«Un Micro por el Sahara» produce un podcast para inmortalizar la tradición oral del Sáhara

Un micro por el Sahara

Guillermo Martínez escribe en ctxt.es que la palabra, la voz, siempre ha vertebrado un territorio como el saharaui. Ahora, la asociación Un micro para el Sáhara busca que cualquier persona en cualquier lugar pueda acceder a su cultura



En el Sáhara occidental, lo normal en cada jaima es tener una radio con pilas para escuchar los servicios informativos y programas culturales de la noche. Saben bien que este instrumento y manera de transmitir emociones, información y conocimiento juega un papel determinante para combatir el intento por parte de Marruecos de asimilar su cultura, identidad y singularidad. La radio cohesiona y la voz vertebra un territorio en guerra que resiste y lucha a partes iguales en estos momentos. No es ningún secreto: la traición por parte del Gobierno de Pedro Sánchez golpeó unos campamentos de refugiados en los que la dignidad es la bandera. Ahora, un grupo de periodistas quiere volver para escucharles, para ofrecerles una de las cosas que mejor saben: cómo hacer radio.

Este grupo de informadores formó la asociación Un micro para el Sáhara y no es la primera vez que se embarcan en esa empresa. En 2017 ya participaron en la Radio Nacional junto a los saharauis y, dos años más tarde, volvieron a hacer lo propio en radios comunitarias. Cuatro años después, enfilan un nuevo proyecto: recoger parte de la tradición oral del Sáhara en un podcast, pero eso precisa de financiación. Por ello, el próximo 28 de marzo, las cantantes Rozalén, María Peláe y Amparanoia levantarán sus voces en el concierto benéfico Ellas por el Sáhara, en la madrileña sala de La Riviera, con la intención de recaudar fondos para ayudar a la asociación.

Ebbaba Hameida, integrante del colectivo y saharaui de nacimiento, resume así su cometido: “Lo primero es compartir con ellos su forma de hacer radio, compararla con la nuestra y aprender; lo segundo es intentar conseguir el material para que eso sea posible; y también la difusión del conflicto, porque viajamos varios periodistas y siempre intentamos que se dé a conocer la situación de los campamentos”. En realidad, a esta periodista de Radio Televisión Española (RTVE) no le falta razón: todos los integrantes de Un micro para el Sáhara terminan con una historia que contar una vez regresan a España. Así, la oralidad es un hilo tejido que no conoce fronteras y que nace de la empatía, pero también la denuncia de la injusticia a la que se ven sometidos.

Los abuelos, sus libros de historia
Tal y como cuenta esta comunicadora, el trabajo que desempeñaron en 2019 estuvo muy enfocado en las mujeres de una radio comunitaria de El Aaiún. “Hicimos unos talleres de empoderamiento, de utilizar la voz, incluso llegamos a hablar de libertades sexuales y derechos reproductivos a través de una canción como La puerta violeta de Rozalén, que estaba con nosotras. Eso generó un debate oral muy interesante y bonito”, relata.

Hameida nació en aquellos campamentos de El Aaiún. Pronto desarrolló una celiaquía que le hizo ir a Italia dada la imposibilidad de tratarse en el Sáhara. Después de vivir a caballo entre Italia y España, ahora es una cara conocida de RTVE. “La saharaui es una cultura oral que siempre se ha transmitido de generación en generación. Decimos que nuestros abuelos y abuelas son nuestros libros de historia y que, cuando se marcha uno, se lleva una biblioteca que empobrece de alguna manera el legado, nuestra Historia”, se explaya.

Parecido opina Ali Salem, periodista y escritor saharaui que trabajó durante años como redactor y locutor en la Radio Nacional del Sáhara. “Aquí siempre ha habido grandes oradores y relatores de historias. En cada campamento existe la figura del nómada, personas que se dedican a contar fábulas que ya están en nuestro imaginario popular”, dice. Este profesional de la palabra defiende que “la oralidad vertebra al Sáhara occidental porque el tipo de poesía y literatura, por ejemplo, cambia de una región a otra, de unos poblados a otros”.

Frente a la asimilación marroquí, cultura saharaui
En la Radio Nacional del Sáhara, conscientes de la importancia de cohesionar a la sociedad, siempre se han empeñado en programar espacios en los que reinara la cultura e identidad saharaui. “La radio ha jugado un papel esencial para combatir el intento por parte de Marruecos de asimilación de nuestra cultura. En este contexto, la radio ha sido efectiva en la medida en que ha sabido transmitir la poesía, cultura, música y tradición oral surgida por la singularidad del pueblo saharaui, un pueblo bereber”, desarrolla el propio Salem.

Este periodista y escritor pone el foco en cómo ha cambiado la cultura saharaui en los últimos años: “Ha sufrido debido a la globalización. En las nuevas generaciones no habrá un conocimiento tan profundo de la lengua hassanía, de nuestros cuentos o música popular en cierta medida por la influencia de otras culturas del entorno y a nivel internacional”, sostiene.

Para intentar luchar contra esta dinámica, esta vez han pedido que Un micro para el Sáhara se vuelque en la creación de un podcast. “Es un medio barato y accesible y consideramos que puede ser un gran aporte para la continuidad y cultura oral de la tierra saharaui”, añade Hameida. Con esas cintas de audio podcast, cualquier saharaui desde cualquier rincón del mundo podrá disfrutar del legado cultural e histórico. “Allí están muy interesados en aprender a hacerlo y construir los podcasts desde los campamentos, y lo vamos a hacer llevando todo lo que se necesite para ello”, recalca la periodista.

Los periodistas de Un micro para el Sáhara pronto verán la forma en que los saharauis harán sus podcasts, charlas de té mediante, huyendo de lo frenético y acercándose a lo calmado, lo sosegado. “Allí son muy de tener conversaciones largas, reposadas, y estoy segura de que no solo enseñaremos nosotros, sino que de ellos también aprenderemos muchas cosas”, añade la propia Hameida.

Llegar y escuchar, irse y contar
Santiago Echevarría es otro de los periodistas que integra Un micro para el Sáhara. Afincado actualmente en Latinoamérica, lo primero que recalca tiene que ver con la escucha activa: “Yo me encargo de la parte del taller de radio y una de las cosas más importantes de las que depende que salga bien o mal es llegar y escuchar. Escuchar qué radio querrían hacer y cómo la querrían mejorar”. Lejos de paternalismos y con los medios que tuvieron a su alcance cuando estuvieron en la comunitaria Zemla Radio, incluso con horas de electricidad restringidas al día, consiguieron romper la monotonía en la que caían los programas de la emisora.

“El resultado fue magnífico. Tras una semana de trabajo consiguieron hacer directos con medios muy limitados. Hicieron un magacín que contenía un informativo presentado a dos voces, una entrevista a Xavier Aldecoa, periodista que nos acompañaba, y también había lugar para un espacio de poesía donde los participantes leyeron y comentaron poemas de Nizar Qabbani, un poeta sirio”, describe Echevarría mientras se le atisba cierta sonrisa en su relato.

Un micro para el Sáhara quiere volver a los campamentos este octubre para realizar el ansiado podcast pero, sobre todo, querrían volver para continuar la conversación abierta que mantienen desde hace años con sus habitantes. Ahora, el empeño se fija en que la conversación parta desde los saharauis al resto del mundo, más allá de pequeñas radios comunitarias y su Radio Nacional. “Por eso el concierto de Ellas por el Sáhara es esencial, es una fecha marcada en rojo en nuestro calendario. Sin esos fondos, no podríamos hacer nada de esto que nos proponemos”, concluye Echevarría.

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