Elpais.es informa que la periodista Susana Mendoza Carreño, directora de Radio Universidad de Guadalajara, fue atacada y lesionada de gravedad con arma blanca en el tórax y en el cuello en un asalto, la tarde del viernes en la ciudad de Puerto Vallarta (centro-oeste), en las costas del Pacífico mexicano, informó la emisora.
El ataque ocurrió en ese puerto turístico cuando la periodista y otro colega, Enrique Tellez, transmitían el programa radiofónico «Todas las voces cuentan», dice el reporte del medio de comunicación de la Universidad de Guadalajara, capital del estado Jalisco.
«Subieron a su camioneta, avanzaron unos 15 metros de la puerta del ejido (comuna), y los impactó una camioneta Jeep gris. Ambos bajaron del vehículo y se percataron que llegó una moto con personas armadas, quienes los amagaron y pidieron las llaves de la camioneta y teléfonos», reporta la radiodifusora universitaria.
Los criminales se llevaron la camioneta que conducía la periodista, dice el reporte.
A las 17.00 hora local (22.00 GMT) el gobernador de Jalisco, Enrique Alfaro, publicó en su cuenta de Twitter que la periodista había recibido atención médica de urgencia en un hospital .
«Me informan que Susana Carreño ha salido del quirófano y ya está en proceso de estabilización. Seguiremos atentos a su estado de salud», publicó el gobernante.
Investigaciones y condena
La Fiscalía de Jalisco y las instituciones de seguridad comenzaron las pesquisas y búsqueda de los agresores.
«Hablé con el rector de la Universidad de Guadalajara, personalmente le daré seguimiento al caso y, sobre todo, estamos pendientes en el Gobierno de Jalisco de su estado de salud», escribió en otro mensaje el gobernador.
La pareja de periodistas «fue abordada por varios sujetos, quienes los despojaron de sus pertenencias, así como del vehículo en el que viajaba, para posteriormente lesionarla con arma blanca y darse a la huida del lugar», informó la Fiscalía.
El gremio periodístico de Puerto Vallarta realizó un acto de protesta ante el ataque a la periodista.
Rechazamos la versión de la autoridad estatal que señala que fue un intento de robo y exigimos que la Fiscalía realice las investigaciones, porque esto fue un ataque directo», dice el posicionamiento del grupo de periodistas .
«La presunción es que fue atacada. Una voz crítica fue apuñalada», escribió por su parte en la misma red social el director de red de la radioemisora, Víctor Hugo Magaña.
Por su parte, la Comisión Estatal de Defensa de Derechos de Jalisco denunció «los hechos de agresión en contra de la periodista Susana Carreño».
El organismo pidió a la autoridad de Puerto Vallarta «que garantice la protección de la periodista, a través de la Comisaría de Seguridad Pública.
La Comisión «condena cualquier tipo de violencias que deriven en la afectación del ejercicio periodístico y la libertad de expresión».
Por su parte, Frédéric Vacheron, representante en México de la Organización de las Naciones Unidas para la Educación, la Ciencia y la Cultura (Unesco), lamentó el viernes por la mañana «la situación de violencia por la que atraviesa la prensa mexicana», y la elevada impunidad.
Casi el 70 por ciento de los casos de agresiones cometidas contra el gremio continúan sin resolverse, dijo Vacheron, en la presentación en el Senado de la Ley Modelo de Protección a Periodistas y Personas Trabajadoras de la Prensa.
México es el país con la cifra más alta de asesinatos de periodistas en el mundo, por encima de naciones como Brasil y Colombia, dijo el funcionario del organismo de la ONU.
«La región presenta la cifra más alta de asesinatos de periodistas en el mundo y México, desafortunadamente, presenta el mayor número de periodistas asesinados en el mundo en los últimos 10 años, seguido de Brasil, Guatemala, Colombia y Honduras», declaró el representante.
La organización defensora de derechos humanos, Artículo 19, contabiliza 1.945 agresiones de distinto tipo contra trabajadores de la prensa en todo el país latinoamericano en los tres años y medio de la actual administración de Andrés Manuel López Obrador
Esa cantidad de ataques significa un incremento de 85 por ciento más que en los primeros tres años de Peña Nieto.
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