Se jubiló Pepe García, ex Ondas Galicia, Los 40 Lugo y RNE Lugo

Pepe García

Elprogreso.es publica: Pepe García acaba de descubrir los fines de semana: que existen, que se pueden hacer planes. «Vou pasear, vou a Portugal…».
Acaba de jubilarse. Tiene conciencia de pensionista porque sitúa en el mismo plano pasear que ir a Valença. Trabajó en la radio. La deportiva es la peor, es voraz con sábados y domingos.



La radio le gusta porque parece un estetoscopio médico de la actualidad. «Prefiero el directo, contar lo que está pasando antes que escribilo».
Empezó en Ondas Galicia. En el periodismo de sus inicios trabajaba con un teléfono y con su credibilidad.
«Cuando estaba haciendo Costas de Galicia en verano, llamé a una gasolinera de Viveiro. Te dijeron: Está nublado, pero va a abrir. Había que confiar, pero no abría.
Al día siguiente te dijeron que ese día abrirían…”.

Luego vino Los 40 Principales, el elenco musical del SER. «Llegué al estudio a las ocho de la mañana. Estaba todo apagado. Fui a buscar a Fidel Fernán. Él encendió la mesa y el micrófono». Todo fue filmado, excepto los títulos de las canciones que presentaba, que insistían en estar en inglés.

Después aprobaría las oposiciones a RNE. Usaba idiomas en los que se sentía más cómodo. Antes, con 18 años, había tenido un año incierto, sin nada concreto que hacer. Vendía enciclopedias. Las puertas eran demasiado frías. «Non vendín ningunha».
Jugaba al fútbol. «Estuve en el Lugo Atlético, filial del Lugo. Me ascendieron al primer equipo al final de temporada, pero elegí ser periodista. Seguí en el fútbol cuando me fui a estudiar a Madrid. Estaba a prueba». «Para Getafe durante tres meses. Tardé una hora de ida y otra de vuelta, estuve toda la tarde.»

Siguió estudiando la carrera de Periodismo. En el último año montó un pub en Lugo, Chicles, con un amigo. Lo sitúa en una casa de aire antiguo en la calle Cidade de Vigo. «Era unha minidiscoteca, onde a xente bailaba». El deporte continuaba patente en su vida cuando regreso a Lugo. «Xoguei catro anos no Riotorto».

Fue responsable de los informativos de Radio Nacional en Lugo hasta que le propusieron dirigir Deportes para Radio Nacional en toda Galicia. «Aceptei porque me gusta o deporte. O problema era traballar a fin de semana: Celta, Deportivo, Obradoiro, Breogán, tres equipos de fútbol sala… Facía as primeiras divisións en diferentes deportes para Tablero Deportivo».

Los periodistas de radio tienen miedo al silencio. Los usan como palabras que no suenan para remarcar una idea que acaban de expresar. Pepe habla mucho, pero poco sobre sí mismo. Recuerda anécdotas en caudal incesante.

Sé que tengo que preguntarle por su padre, Pepe Garalva, el publicista y organizador de concursos de misses. Él parece sospecharlo. Me avisa: «Como periodista intentei ser discreto porque eu non era o protagonista, os protagonistas eran os feitos e os personaxes».

Su padre era una moneda que caía siempre de cara. Su hijo prefirió ser una voz. «Yo era Pepe García o José García, nunca Pepe Garalva. Él vivía de la popularidad, yo era periodista».

En ese momento de la conversación pone en la mesa su carta de orgullo: «Como periodista conseguí lo que no conseguí como futbolista: estar con jugadores y técnicos de Primera División».

El recuerdo de Pepe Garalva mana una y otra vez. Lo define como tenaz «e serio no traballo». Al final, accede a hablar sobre la vida compartida. «Yo era su chófer, ayudante, revisor… Hubo una noche de verano que iba en coche desde Ribadeo a Viveiro poniendo carteles».

Admira la valentía de su padre. Hay aspectos en los que eran distintos. Nos quedamos en la superficie. «No me gustaba su barba. Dijo que era su imagen, que si se la quitaba no sería Garalva».

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