Samuel García Gil: «La radio tiene el gran reto de conseguir rejuvencer su audiencia»

Samuel García-Gil

Carmen Aguado le ha entrevistado para elnortedecastilla.es: El periodista palentino e investigador de la Universidad del País Vasco (UPV/EHU) ha presentado el libro ‘Libertad en las ondas. La radio informativa de la Transición española (1977-1984)’



La radio en la transición es la protagonista del nuevo libro del periodista Samuel García-Gil (Palencia, 1993) quien a través de sus páginas recoge no solo la historia de este medio después de la dictadura franquista sino también la evolución que tuvo aportando datos y curiosidades inéditas fruto del rastreo de nuevas fuentes. ‘Libertad en las ondas. La radio informativa de la Transición española (1977-1984)’ es un libro exhaustivo, pero también accesible al mismo tiempo, tal y como recalca su autor, y que está enfocado a su consulta. Esta recopilación nace fruto de la tesis doctoral que el palentino presentó en el año 2022 donde trata este periodo de tiempo que apenas ha sido recogido anteriormente. Tras más de ocho años de ardua documentación, este periodista e investigador de la Universidad del País Vasco (UPV/EHU) ha dado forma a un libro en el que recoge cómo cambió la radio española desde la libertad informativa, siendo este el medio que más tarde la experimenta, por detrás de la prensa escrita.

Este viernes, 12 de abri, ha presentado en la Biblioteca Pública de Palencia su libro, con la participación de los históricos periodistas palentinos May Chaparro y Julián García Torrellas.

-¿Qué se pueden encontrar los lectores en este libro?
-Este libro hace un repaso en muchos ámbitos de la radio en la época de la transición. Del legal, lo primero, porque es desde donde parte todo, pero también de cómo afecta a las estructuras empresariales, a toda la evolución de contenidos informativos, al crecimiento de audiencias, al crecimiento publicitario. También, desde el punto de vista técnico, cómo se transforma radicalmente la entrada de la información en la radio, en la radio privada y la competencia informativa que se genera.

-Se habla de la radio pública, pero ¿también de aquellas privadas?
-Sí, claro. Sobre todo, me he enfocado principalmente en Radio Nacional y en la cadena SER, porque eran las dos cadenas más importantes de entonces, al fin y al cabo. Radio Nacional tenía el soporte de la pública, a pesar de que en esta época se forma Radio Cadena Española, que también se llegó a escuchar en Palencia, pero Radio Nacional es la radio oficial del Estado y la radio que durante la época del franquismo se impulsó técnicamente ya que contaba con más medios.

-¿Por qué la radio es el medio de comunicación que menos se ha estudiado?
-Los estudios de radio siempre se han visto como la hermana pobre de la comunicación en el ámbito académico. Es una constante que poco a poco se va compensando porque cada vez hay más estudios, pero una de las dificultades de estudiar la radio es la dificultad de acceder a fuentes.
La prensa tiene un rastreo mucho más sencillo. Yo, para estudiar radio en esta época, tenía que haber consultado los audios, pero gran parte de ellos están desaparecidos. Porque no es hasta justo después cuando los departamentos de documentación se asientan en la radio privada y empieza a haber una costumbre de grabar y almacenar las emisiones. Entonces, no se guardaban los programas informativos, pero sí que se guardaban las ficciones, por ejemplo, los contenidos muy especiales o que tenían motivo de redifusión.
Afortunadamente, la técnica avanzó y la conciencia documental también avanzó y esto ya se ha ido corrigiendo y hoy tenemos más fácil el acceso a las emisiones radiofónicas. Pero digamos que un gran motivo es efectivamente, que hay pocas grabaciones y además ni siquiera yo he tenido acceso a todas ellas. La principal fuente ha sido el relato de la radio a través de la prensa, a través de todas las referencias en El País, ABC, Diario 16 y de algunas revistas como Telerradio. Este ha sido el rastro que hemos seguido para intentar reconstruir la radio de esos años.

-Respecto a la irrupción de los podcasts, ¿ha sido una forma de adaptarse a los tiempos o ha matado de cierta forma la magia de la radio?
-Según a quien preguntes. Aquí tiene que ver mucho la barrera generacional. Yo te diría que, de una forma u otra, el audio prevalecerá. Lo llamemos radio o lo llamemos podcast, hay empresas públicas y privadas que ya utilizan el término de audio como noción general para hablar tanto del FM y del lineal tradicional como de los contenidos bajo demanda. Me es muy difícil imaginarme el futuro, pero sí que la radio siempre ha tenido capacidad de adaptación y en el libro se demuestra.

-¿Es el medio que mejor se ha sabido adaptar?
-Cuando aparece un medio de comunicación nuevo, parece que implica la aniquilación de los anteriores, o la eliminación de los anteriores. El tiempo ha demostrado que las cosas no son necesariamente así. Yo no sé exactamente si la radio ha sido el medio que mejor o peor se ha adaptado, porque es verdad que la radio tiene tareas pendientes. Entre ellas, rejuvenecer a su audiencia, y estoy hablando de la radio tradicional, por ejemplo, y seguir buscando al público joven, porque la edad media de escucha de la radio tradicional sigue elevándose poco a poco, y evidentemente, eso de cierto modo es preocupante. Y el relevo está viniendo a través del podcast. Entonces, bueno, yo no sé si es el que mejor le está adaptando, pero tenemos que seguir luchando porque la radio sigue mereciendo la pena.

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