Belén López le ha entrevistado para diariodepontevedra.es: Escribió una serie de reportajes sobre Bodas icónicas para Vanity Fair que ahora se ha transformado en un podcast.
Eso es. Empecé en 2019. Al principio eran artículos semanales con una extensión normal, pero poco a poco me fui volviendo un poco loca y acabaron siendo larguísimos, de entre 10 y 13 páginas. Aunque siempre se dice que en internet la gente quiere leer cosas cortas, la sorpresa fue que, en este caso, cuando empezaron a hacerse más largos fue cuando empezaron a tener más éxito. El año pasado me dijeron en Vanity Fair si quería convertir algunos de los reportajes en un podcast. Y en eso estamos.
- ¿Cuántas historias han incluido en esta primera temporada?
- Hemos hecho 18, pero artículos he escrito casi 100. Siempre pienso que se me van a acabar los personajes, pero no.
- ¿Se documenta mucho para cada pieza?
- Mis amigos me preguntan si todo esto me sale a cuenta y la verdad es que no. Leo libros, leo biografías, veo documentales, veo películas… Realmente lo hago porque son historias que me interesan muchísimo y me apasionan. Incluso los personajes que a priori creo que no van tener tanta chicha, en cuanto empiezas a rascar, la tienen. Estoy pensando por ejemplo en Balduino y Fabiola, los reyes de Bélgica. Empecé a trabajar pensando que iban a ser unos sosos y me encontré con la Segunda Guerra Mundial, con los rumores de que él estaba enamorado de su madrastra, con Jaime de Mora y Aragón, con la influencia de Franco y el Gobierno belga en la relación… Al final, también es muy interesante comprobar cómo estas historias captan muy bien una época concreta.
- A través de estas historias de amor retrata la sociedad.
- De hecho, yo no soy nada mitómana de las bodas. A mí lo que me interesa son las historias personales de los protagonistas y la boda es una excusa para acercarme a ellos. Estudié Historia y me interesa mucho la historia contemporánea. Es algo que seguramente se nota. Igual que creo que se nota que me interesa hablar de la situación de las mujeres. Ahora estamos jodidas, pero décadas atrás lo estábamos muchísimo más. Si te enamorabas, estabas perdida. Ya no es que el hombre, por supuesto, no fuese a asumir la responsabilidad de las tareas del hogar y la crianza de los hijos, es que muchas veces no te consideraban un ser humano a la misma altura. Era imposible tener una relación de igual a igual. Tú eras un actriz fantástica o una cantante maravillosa y, si te enamorabas, descubrías que el ninguneo y las faltas de respeto estaban a la orden del día. El mundo era así.
- ¿Tiene alguna historia favorita?
- Me gusta muchísimo la de Martin Scorsese e Isabella Rossellini. También la de Brigitte Bardot y Günther Grass. Y me encantan todas las que se podrían considerar parejas inesperadas o trash como Marujita Díaz y Espartaco Santoni. También he disfrutado con las historias más sorprendentes, por ejemplo, la de Lucía Bosé y Luis Miguel Dominguín. Casi siempre está todo contado pero, por lo que sea, se olvida. Yo no me invento nada, cuento cosas que los propios personajes han contado en sus biografías o memorias, pero es como si hubiésemos borrado la parte de la historia que menos nos convenía, la menos bonita y edulcorada, para contribuir a la construcción del mito. Por eso sorprende redescubrir ciertas cosas, sobre todo con la mirada de hoy.
- ¿Son los famosos del pasado más interesantes que los actuales?
- Lo que pasa es que la vida de los famosos actuales no ha terminado todavía y puede dar muchas vueltas. ¿Quién podía pensar que Jennifer Lopez volvería con Ben Affleck? Pero es que además, cuando los personajes han muerto, la mayor parte de las veces se empiezan a contar cosas que, con ellos vivos, no se podían contar. Ganas perspectiva.
- ¿Todo está en la revista ¡Hola!, pero hay que saber leerla?
- Todo está en ¡Hola!. Eso lo sabe todo el mundo. La historia de España no se puede entender sin leer esta revista. Lo que pasa es que, como dices, tiene unos códigos muy particulares y un lenguaje muy especial. Es una revista muy amable de ideología bastante conservadora que favorece a unos personajes sobre otros y que tiene esa cosa un tanto rancia. Pero, sí, allí está todo.
- Antes del podcast de Bodas icónicas, usted ya tenía otro, sobre la serie Sexo en Nueva York. Lleva con ella una locura de cinco temporadas y 37 episodios.
- Es un podcast completamente amateur que empecé con mi amiga Pachi, que también es de Pontevedra. A las dos nos encanta Sexo en Nueva York y tomamos la idea de un podcast sobre Perdidos, de un chico que conozco que hace exactamente lo que nosotras: volver a ver la serie y comentar cada episodio. Hemos llegado a hablar dos horas y media de un capítulo que dura 25 minutos. Y sale mogollón Pontevedra. Porque hemos llegado a la conclusión de que Nueva York es Pontevedra y hacemos chistes sobre Carrie yendo a coger el ferry a las Corvaceiras. Lo más bonito del asunto es que se ha generado una dinámica muy guay y alrededor del podcast se ha creado una comunidad muy bonita. Este verano ha habido gente que se ha ido de vacaciones a Pontevedra y nos ha enviado fotos diciendo: «Aquí estamos, en la Quinta Avenida». Nos siguen el chiste. Gente de Zamora, de Burgos… Y en medio de todo esto hablamos un poquito de Carrie y sus peripecias.
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