Carmen Remirez escribe en diariodenavarra.es que entre los objetos adquiridos en una de estas ventas están dos objetos, dos pirámides, vendidas a una de las víctimas por 1.000 euros cada una. Para los policías, se trata de otro ejemplo más de un producto de dudosa utilidad y comercializado muy por encima de su precio de mercado. “En la denuncia se recoge cómo, en una de esas visitas, uno de los investigados comenzó a realizar una serie de comentarios recelosos acerca de dos aparatos de radio que este hombre tenía en su vivienda, comentándole que ya notaba algo raro en el ambiente y que seguramente la razón estaba en las radios y las ondas electromagnéticas que estaban emitiendo. Qué casualidad que para prevenir los riesgos este señor tiene en cartera las dos pirámides”, relataba uno de los investigadores.
Con respecto a este tipo de productos, la Policía maneja un informe publicado por el Ministerio para la Transformación Digital y elaborado por un experto del comité de radiofrecuencias y salud que concluye que “es bastante probable que este producto sea un fraude al consumidor” o que “la información de folleto carece de rigor técnico y científico”. Añade asimismo que se deberían iniciar acciones administrativas para recabar a la empresa que comercializa el producto para que presente pruebas objetivas de su eficacia. “Es muy probable que esté incumpliendo el Real Decreto que regula la publicidad engañosa y la propia Ley de Defensa del Consumidor. Una vez obtenida esta información, debería valorarse la adopción de alguna medida legal que evite el alarmismo, elimine la impunidad de estas empresas y se transmita un mensaje de seguridad”.
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