Pepe Domingo Castaño (COPE): «He cumplido los sueños más importantes de mi vida»

Pepe Domingo Castaño

Javier Oliván Lázaro le ha entrevistado para cartv.es: El popular comunicador, segundo de 12 hermanos (uno de ellos residente en Sabiñánigo), ha visitado Zaragoza para presentar su último libro ‘Hasta que se me acaben las palabras’



Pepe Domingo Castaño (Padrón, 1942) presenta en Zaragoza su último libro ‘Hasta que se me acaben las palabras’. Con el prólogo de su íntimo amigo Julio Iglesias, el comunicador repasa a través de 568 páginas los emocionantes recuerdos y vivencias de un hombre hecho a sí mismo. La recaudación irá destinada íntegramente a Caritas y a la Fundación Aesleme España.

  • ¿Qué sería de Pepe Domingo Castaño sin el don de la palabra?
  • Si yo no tengo radio, palabras, creo que sería animador de orquesta, por ejemplo. Me encantaba subir a los palcos de las orquestas en las verbenas y cantar con ellos. Andaría de pueblo en pueblo, como un titiritero, en alguna orquesta gallega.
  • ¿Cuánto hacía que no visitaba Aragón?
  • Desde la Expo de 2008, cuando estuvimos un par de días y nos lo pasamos en grande. Disfrutamos muchísimo, pero no he tenido oportunidad de volver a esta tierra que me tira mucho.
  • Uno de sus 11 hermanos reside en Sabiñánigo. ¿Qué recuerdos le evoca esta tierra?
  • Recuerdo un programa especial que hicimos Iñaki Gabilondo, Joaquín Prat y yo con motivo de las Fiestas del Pilar. Nos lo pasamos en grande. Y, además, en el Zaragoza jugaron dos futbolistas de mi pueblo, Padrón. Coincidiendo con Los Magníficos, Antonio Pais y Manolo Fontenla.
  • ‘Hasta que se me acaben las palabras’ es un viaje apasionante a lo largo de sus innumerables experiencias.
  • No le llamo memorias porque me parece muy trascendente. Lo mío son trocitos de vida, recuerdos de toda la época de niño, de joven, mi estancia en el convento, mi lucha en Padrón trabajando en una empresa en el departamento de contabilidad, la oportunidad de entrar en la radio, toda mi vida en Madrid, lo que cuesta cumplir un sueño, lo difícil que es… Todo eso está ahí dentro.
  • Ver un sueño cumplido. ¿Es eso lo más bonito de su trayectoria?
  • Yo tenía tres: grabar un disco y fue número uno; presentar El Gran Musical y lo conseguí; y presentar Carrusel Deportivo y también lo cumplí. Mis sueños más importantes se cumplieron.
  • ¿Qué siente cuando escucha que se refieren hacia usted como ‘La leyenda’?
  • Me parece excesivo, yo no soy ninguna leyenda. Leyenda es Rafa Nadal, Paco Fernández Ochoa, Pau Gasol, Miguel Induráin… yo soy un aprendiz de leyenda. No sé por qué me atribuyen ese calificativo, que no me convence del todo.
  • ¿Le costó convencer a Julio Iglesias para que escribiera el prólogo?
  • Soy amigo suyo desde hace tiempo. Un día me llamó y me preguntó: Pepito, me he enterado de que estás escribiendo un libro, ¿hablas de mí? Le dije que claro, que había escrito un capítulo dedicado a él. Se lo mandé y me llamó para decirme que le había encantado y que igual no me había correspondido a tanto cariño. Entonces pensé que una buena manera de corresponder era que hiciera el prólogo.
  • Estudió para convertirse en fraile, ha hecho sus pinitos como profesor de latín, trabajó en una fábrica de pieles, ha sido presentador en televisión, cantante… No le ha dado tiempo a aburrirse.
  • Solo me aburrí cuando estaba en mi pueblo, en aquella oficina siniestra amargado todo el día. Me iba de juerga todos los días para olvidar. Me lo he pasado en grande y me lo sigo pasando. No perdono una juerga, no perdono un tequila bien tomado, no perdono una noche de cachondeo, una buena cena… porque eso es lo que te da fuerza para seguir viviendo.
  • Hasta que llegó la radio.
  • Llegó en un momento mágico. Volvía de una verbena y escuchamos en la radio un anuncio de Radio Galicia en el que pedían voces nuevas. Tardé unos días en presentarme y, cuando lo hice, ya estaba elegida la persona.
  • ¿Y qué hizo?
  • Le debí dar mucha pena a la chica que me abrió la puerta porque le dije: acabo de dejar mi trabajo, soy de una familia con 12 hermanos, mi madre no sabe nada, he venido en un ataque de locura… solo pido que me oigan. Fue a hablar con alguien y al día siguiente a las 11 hice la prueba. Fui seguro de que ganaba, y así empecé en la radio, en Santiago en el año 1965.
  • ¿Qué es lo más bonito que le han dicho todos estos años?
  • Que venga la gente con el libro y, mirándote a los ojos, te diga: gracias por hacernos felices. Eso es lo más grande que le puede pasar a un profesional.
  • ¿Por qué la radio actual es mejor que hace 50 años?
  • Ha mejorado mucho técnicamente. Ahora tienes un móvil y eso es una emisora. Pones nueve móviles en Zaragoza y pones la ciudad patas arriba con el sonido de la vida en la calle. Antes eso era imposible. Los ‘podcast’, Twitter, Tik tok, Twitch, han generado una corriente juvenil que está revitalizando los resortes de la radio. Ya no es uno que habla y otro que escucha.
  • A usted, como a miles de personas, también le golpeó la COVID-19. Su mejor medicina fue el cariño de la gente…
  • Ahí te das cuenta de lo importante que es la radio y de la importancia que le tenemos que dar. El respeto que te merece la audiencia, no puedes fallarle nunca, debes contarle siempre la verdad, que hable más el corazón. La cabeza cuando hable que sea fría, el corazón es abierto, libre, divertido… Yo, afortunadamente, le he dado más trabajo al corazón que a la cabeza, y no me ha ido mal.
  • ¿Por qué dice que la vida le ha dado «infinitamente más» que usted a ella?
  • ¿Yo qué le he dado a la vida? No le he dado nada, la he vivido y la pienso seguir viviendo. La vida me ha dado a mí la oportunidad de cumplir sueños, tener un montón de amigos, un equipo de gente más joven de la que aprendo… Tal vez lo que me ha mantenido tanto tiempo es tener a mi alrededor gente tan joven. Salgo con ellos porque me dan vitalidad, futuro, eso es básico en la vida.
  • ¿Se arrepiente de algo?
  • No, todo lo que he hecho, hecho está. Equivocarse es maravilloso. ¿Cómo sabes que tienes éxito, si no has conocido el fracaso? Todo ayuda al triunfo, el fracaso es la antesala del triunfo.
  • ¿Le queda algún sueño por cumplir?
  • Siempre tuve ganas de hacer un programa de noche. Me metían en programas con mucha publicidad y nunca me han dado un programa de madrugada. Me hubiera gustado, pero creo que ya no lo voy a hacer.

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