Pepe Artal, el coleccionista con más de 300 aparatos de radio: «A cada paso, te tropiezas con una»

La radio para Pepe es una pasión desmedida. Incluso desusada y sin límites. No tanto por lo que contamos cada día los que nos dedicamos a este fantástico invento, que también, sino a los aparatos de radio en sí. Aquellos que revolucionaron el mundo de la información, que permitieron contar las cosas que sucedían al instante y abrieron las casas de varias generaciones a una nueva forma de ocio y entretenimiento.



Pepe Artal, quien pasó más de 40 años como antenista en RNE, atesora más de 300 aparatos de radio de todas las épocas, modelos y fabricantes. Su colección parte de 1920, con una vieja radio de galena. Un receptor primitivo por el que pagó un buen dinero. Bien empleado, por cierto, porque aún funciona.

Esta radio es el ejemplar más antiguo que guarda, conserva y repara Pepe. Piezas de museo. Aparatos desusadas en un mundo tecnológico como en el que vivimos, pero que no podemos olvidar porque nos han traído hasta aquí. Nunca como hoy tenemos tantas oportunidades para escuchar la radio: desde el móvil, desde un altavoz inteligente o desde el coche.

«Cuando trabajé en RNE, tiraron cuatro aparatos, los encontré, los guardé y con ayuda, empecé a restaurarlos y ahi empezó la historia», cuenta Pepe.

Entre los aparatos más destacados que atesora: «Tengo el primer aparto Philips. El altavoz está separado del cuerpo de la radio», describe.

100.000 pesetas la más cara
La mas cara llegó a pagar hasta 100.000 pesetas. «Tengo una por la que pagué 100.000 pesetas. La tengo en mi mesilla de noche. Es un aparato muy grande», describe.

Muchos de las radios más antiguas las compró en Francia. «Había aparatos de los años 40 de mejor calidad», explica. Es más, la gran mayoría funciona. «De todas las que tengo, un 90% está en marcha».

En este Día Mundial de la Radio, Pepe ha puesto en valor el sonido analógico. «Lo digital no es lo que más me gusta. La calidad de sonido de estos apartos es superior a la de cualquier medio digital. La calidad de un altavoz no te la da ningun aparato digital», señala.

Todo este arsenal radiofónico lo alberga Pepe bastante repartido. «Tengo un local de 100 metros y ahí tengo los aparatos pendientes de reparación y los repuestos», cuenta. «La mayoría los tengo en una buhardilla en la casa del campo. En el salón, tengo 15 o 20. Compro todo lo que puedo, explica. «Cada paso que das, te tropiezas con una radio», afirma.

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