Jordi Grau escribe en elpuntavui.cat: Me escribió Maria Terradas, entusiasmada con el viaje que su hija Helena hacía, en calidad de enviada por Naciones Unidas, a Uzbekistán, una república de Asia central.
Helena es ingeniera de telecomunicaciones y licenciada en ciencias políticas. Ejercer de politóloga ha ganado sobre la ingeniería. Empordanesa de pura cepa, ha trabajado en Londres y durante nueve años en Bruselas, ocho de ellos en el Parlamento Europeo.
Ahora es técnica de igualdad en el Parlament de Catalunya y fue escogida por la ONU para ir a explicar a Uzbekistán cuáles son las políticas de igualdad que se aplican en nuestro país.
Maria Terradas está orgullosa de las hijas que ha tenido con Joan Albert Argerich, su marido. También de Alba, bioquímica, casada con un ampurdanés y residente desde hace muchos años en Estados Unidos.
Allí, en Oregón, nació el nieto de Maria, antes de que sus padres se trasladaran al Estado de Missouri, donde Alba trabaja en la Universidad de Columbia.
Mientras me escribía, pensé en María, que conocí en La Voz de Gerona. Nacida en Avinyonet de Puigventós y residente durante muchos años en Girona, entró a trabajar en la radio a finales de los años sesenta y allí conoció a Joan Albert Argerich, un perito industrial con alma de radiofonista que trabajaba en Ràdio Barcelona y que también pasó por Radio Reus y Radio Girona.
Que se quedara en Girona seguro que tuvo mucho que ver con que conociera a Maria Terradas. Ella misma ha explicado más de una vez cómo fue el conocimiento que se transformó en relación y finalmente, un día de Sant Andreu, en boda.
Maria hacía de locutora en La Voz de Gerona. Tenía una voz hermosa, agradable. Iba a su aire, como ha escrito alguna vez, pero tenía controlado al entonces director de la emisora, Eleuterio Paniagua, que mucha gente pensaba que era cura porque hacía un programa llamado El banco de Dios.
Allí conoció a Joan Albert, con quien un día quedó encerrada en la emisora. No fue esa la causa, pero se acabaron casando.
Joan Albert sería después la primera voz de Ràdio 4 y el presentador de Crónica en TVE, informativo en catalán. A su regreso a Girona revolucionó la nueva marca de la emisora Radio Cadena Española, de la que Joan Albert fue director ocho años.
María hacía de productora y por aquel entonces hicieron un trabajo que Narcís-Jordi Aragó calificó de “extraordinaria experiencia que, muy avanzada la transición democrática, enterró definitivamente la letra y el espíritu de La Voz de Gerona”.
Aragón fue una de las personas que participaron en aquella nueva radio ciudadana y participativa, que estuvo al lado de la audiencia, como durante las nevadas de 1986.
María religaba a toda aquella gente que participó, de Ramón Rovira a Lluís Falgàs, de Jordi Busquets a Jaume Peral o Jordi Soler. Maria acabó haciendo de jefa de informativos en RNE hasta que se jubiló, 38 años después.
Aparte de la radio, presentó innumerables concursos y actos en la Girona de aquellos años, algunos de ellos en la discoteca Piscis. Y así ha ido que hablando de las hijas, he terminado escribiendo de una voz de radio recordada, la de Maria Terradas.
79814