María Cazorla representa la imagen de Alhamilla Radio Mar con acento en el flamenco

María Cazorla

Antonio Torres escribe en lavozdealmeria.com que desde siempre le llamó la atención el medio radiofónico y descubrió la magia.
Trabaja para una emisora local que tiene buena cobertura al adaptarse al mundo digital. “Buenos días Almería y desde Almería a toda la humanidad”, así comienza la sintonía de cada día.
“Mi objetivo es crear ilusión, optimismo y dar la mayor información posible en todos los ámbitos y, por supuesto, rememorar la importancia que tiene la copla en nuestro acervo cultural”.
De ahí que viaje por un mundo global hiperconectado y donde le salen oyentes desde todos los rincones.
La idea de la emisora nació por el trabajo, dedicación y empeño de dos emprendedoras, Pilar del Barco Martínez y de María Cazorla.
Las radios locales desarrollan un papel terapéutico. Personas mayores llaman y hay locutorio que les atiende y abre el micrófono al mundo.
“Nuestra gente es el motor con el slogan que no se pierda lo nuestro”. No le pierde ojo a los momentos actuales, confiando en la democracia y el Estado de derecho.



Radio Alhamilla Mar sobrevive a la enorme capacidad de María Cazorla. Se emociona hablando de su padre, tratante de ganado y de su madre, Dolores, que aguantó 30 años con una enfermedad de Hodking, fallecida en1996 en aquella trágica de excursión a La Manga del Mar Menor donde murieron siete personas, todos vecinos de Fuensanta, barrio de Huércal de Almería donde Cazorla ha sido pregonera de sus fiestas de julio. “Fuensanta no es un barrio cualquiera. Hemos hecho de la unión una bandera porque todo lo conseguido ha sido obra de los vecinos unidos”, dice orgullosa. Casada, madre de dos hijos y de un nieto. El mayor de sus hijos, Santiago, sigue la estela de la radio y a Cazorla le encantaría que tomara el relevo. “Su programa de rock, Abracadabra, es muy bueno y espero que sepa entender que la seña de identidad de la emisora es la variedad cultural y sobre todo la copla”. Su otro hijo, Álvaro, es técnico de instalación de fibra óptica.

La radio comenzó para María Cazorla de casualidad. Acababa de morirse su abuela y escuchaba Alhamilla Radio porque ponían coplas. “Como homenaje a mi abuela seguí pidiendo coplas hasta que me llamó Juan Martín, locutor, y me invitó a visitar la emisora.
El director José Luis Moreno, un coco, que mostró pasión por la radio, me pidió que le leyera el periódico y al momento me dijo que me fichaba y esa primera relación se prolongó durante el periodo 1993-2005.
De ahí pasé un año con un programa de coplas para Dipalme Radio de la Diputación. Luego se inició una experiencia en la televisión con Cadena Indal donde José Luis Moreno siguió confiando poniéndome al frente de los informativos dando la cara desde el plató.
La radio es magia, preserva tu intimidad y el anonimato. La televisión te quita intimidad y nadie te señala por la calle. Llegó 2011 y me hice cargo directamente de la emisora. Confieso que fue la audiencia la que me hizo volver a Alhamilla Radio Mar”.
Siempre la he aparecido un oyente especial para que no tire la toalla. “Una persona llamó asegurando emocionado que gracias a la radio ha dejado de tomado las pastillas para la depresión. Eso es un chute de energía impagable”.

Copla en la radio. La copla es historia y sociología.
Se emociona y pone pasión la curtida locutora. “Retrata perfectamente la vida de la mujer, de la emigración, quién no ha llorado al escuchar El emigrante de Juanito Valderrama. Independientemente de todo eso, la Transición pensó equivocadamente que había que desechar todo lo anterior.
Ha costado muchísimo esfuerzo en poner en valor no solo la copla sino la memoria. Recuerdo cuando en casa de mi abuela se ponía La pirenaica o en la emisión en castellano de Radio París para enterarnos de lo que pasaba en la dictadura.
Hay que preservar la memoria para que perseguir al que piensa diferente no se repita”.

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