Los retos más difíciles de la COPE: Del adiós a Carlos Herrera a la jubilación de Ignacio Armenteros

Carlos Herrera y Alberto Herrera

La cúpula de COPE prefiere prevenir que curar. Esta es la razón principal por la que su presidente ejecutivo, Fernando Giménez Barriocanal, estaría llevando a cabo una reestructuración en el organigrama de la directiva. Fuentes cercanas al grupo explican a este periódico que el revuelo se debe al “temor” real de la emisora a un futuro -cada vez más cercano- sin dos de sus hombres clave: Carlos Herrera e Ignacio Armenteros.



Según explican las mismas voces a EL ESPAÑOL-Invertia, cada uno de los cambios que se están acometiendo en las entrañas de la matriz de COPE y TRECE, Ábside Media, viene guiado por un mismo principio. El de preparar a la empresa para sobrevivir a la salida de su locutor estrella y del segundo de a bordo de Barriocanal.

Las cartas del primero de los protagonistas mencionados ya están sobre la mesa. Como ya ha contado este periódico en anteriores ocasiones, Herrera ya ha comenzado a “quitarse de en medio”. El conocido presentador firmó su renovación con COPE en 2020 por cinco años más. Ahora, cumplida la mitad del plazo en la emisora han comenzado los ‘preparativos’ para superar su «dependencia» del periodista.

El adiós a Herrera
No será una salida inmediata, inesperada ni se producirá de la noche a la mañana. Es conocido ya por su entorno que Herrera quiere un proceso escalonado y progresivo que le permita disfrutar de su programa sin permanecer atado al mismo. Para ello, desde la radio se ha intentado buscar un sucesor que mantenga los datos que el andaluz ha cosechado y mantenga el perfil ‘de autor’ en el espacio.

Lo intentaron con Pilar García Muñiz y en ocasiones también se menciona a su propio hijo, Alberto Herrera, como sustituto natural. Sin embargo, fuentes consultadas recalcan que la periodista tiene ya programa propio a mediodía y al joven todavía “le falta tiempo”.

Carlos Herrera y Alberto Herrera Carlos Herrera
En esta tesitura, a poco más de dos años del fin del contrato, con una despedida paulatina, sin un ‘recambio’ a su nivel y teniendo en cuenta que la llegada de Herrera a la COPE supuso que esta transformara una ristra de años de pérdidas en más de un lustro de ingresos y popularidad, la ansiedad se ha multiplicado en los despachos de Ábside Media.

El objetivo está claro, pero para encontrar a su próximo líder de audiencias las miradas ya se dirigen a “otras casas” radiofónicas. Fuentes cercanas a Cope comentan que la Conferencia Episcopal Española estaría dispuesta a negociar con otro veterano de las ondas, Carlos Alsina.

Una radio lastrada
“La situación es más grave tras el intento de unificación”. Fuentes del sector explican a este diario que esta preocupación se ha multiplicado ahora, un año después de la creación de Ábside, porque la actividad no ha terminado de fluir como se esperaba.

A los problemas en las direcciones generales que publicaba este medio hace unos días habría que sumarle el temor a que Trece TV, también propiedad de los obispos, lastre las cuentas de COPE. Cabe recordar que tras su creación, la nueva sociedad se adjudicó el 75% de la radio y del 99% de la televisión.

Plató de informativos de TRECE 13TV
Desde un primer momento, parte del organigrama de la emisora entendió este movimiento como cargar con “una mochila llena de piedras” a un medio que estaba comenzando a mostrar una buena salud económica. Pasados los meses, el miedo a que la deuda de Trece perjudique a la estabilidad de Cope está “muy presente” a la hora de tomar decisiones “comerciales”.

Aunque por el momento se están controlando como negocios independientes, fuentes internas explican que en el grupo sobrevuela la preocupación de que la futura marcha de Herrera -quien se mostró reticente a la creación de Ábside- también traiga consigo una fusión de ambas cuentas que arrastre a la radio a las pérdidas.

La retirada de Armenteros
Por otro lado, a las preocupaciones de Barriocanal se le suma la jubilación no muy lejana de su mano derecha, Ignacio Armenteros Menéndez. Según comentan fuentes internas de Cope, el histórico de la emisora estaría empezando a preparar su retirada profesional.

Armenteros se incorporó a COPE en 1989 como jefe de Control Interno del departamento financiero. En 2010 fue designado subdirector general y, un año después, director general. A finales de 2020, con la llegada de Ábside y la reorganización de los mandos, el empresario fue nombrado consejero delegado del grupo.

En la actualidad es la persona que reporta de manera directa al presidente y su salida supondría para la compañía un nuevo quebradero de cabeza. Cada ingrediente por sí solo ya supone un reto para COPE, pero de darse todos ellos en un corto espacio de tiempo podría suponer un verdadero motivo de desequilibrio para el medio de comunicación del obispado español.

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