‘La Voz de Vida’, un espacio radiofónico de Onda Color en el que los mayores aprenden y vuelcan toda su sabiduría

Onda Color

Laopiniondemalaga.es informa que este taller de radio del Aula de Mayores, que acaba de recibir un reconocimiento de la Junta por su labor y lucha contra los estereotipos, lleva siete ediciones y tiene lista de espera.



El Aula de Mayores que organiza la Universidad de Málaga, a través del Vicerrectorado de Igualdad, Diversidad y Acción Social, junto con la Consejería para la Igualdad y Bienestar Social, ha iniciado este curso su edición número 29 con más de 150 actividades en su programación. Una de las actividades que se oferta es el taller de radio creado por Fran Martín, docente de la UMA y especialista en radio.

Este proyecto, compuesto por 12 personas de entre 55 y 72 años, cumple su séptima edición y ya tiene incluso lista de espera. El licenciado en Periodismo Fran Martín coordina a un grupo intergeneracional en su aprendizaje de cómo hacer radio.

El programa se puede escuchar los jueves de 10.00 a 11.30 horas en Onda Color, la emisora comunitaria de Málaga, en formato podcast en Spotify y en iVoox bajo el nombre ‘La Voz de Vida’.

Se trata de un taller donde se trabaja la metodología de ‘aprender haciendo’, no tiene un punto de vista teórico sino que se basa en la constancia de hacer programas todas las semanas. «Personas que jamás han hecho radio, que no se han puesto delante de un micrófono, empiezan desde el primer momento», explica el coordinador, que divide la actividad en dos grupos de seis que se turnan las semanas.

La organización es la siguiente: dos semanas se hace en directo y otras dos se hace un falso directo desde la universidad. Tras la sesión de por la mañana, se reúnen de forma digital los doce para realizar un análisis crítico y una propuesta de contenido para el siguiente programa. Cada participante decide libremente qué tema quiere comunicar. «Normalmente, las personas que participan tienen ya una elección realizada, algunas tienen un especial interés por la música, otras por la figura de la mujer, hablar sobre economía, consumo responsable o incluso salud mental», explica el coordinador.

«La propuesta de contenido la hacemos juntos por si podemos ayudarnos, es decir, si yo tengo acceso a una fuente o un conocimiento, se lo facilito. Entonces hacemos mucho trabajo de equipo», añade.

‘Aprender haciendo’ es la línea por la que se rige este profesor: «aprendemos locución locutando, aprendemos a redactar redactando», e incluso los alumnos son los propios encargados de realizar el control técnico y la edición pre y post programa. «Ellos buscan las informaciones, hablan con la fuente, lo graban, son periodistas sin título, pero el trabajo es igual que un profesional», las ganas de aprender de estas personas superan cualquier obstáculo y estereotipo que ponga la sociedad sobre ellos.

Entrevistas, reportajes, tertulias, crónicas… En esta programación se tocan todos los géneros. «Quieren ser expertos en muchas facetas y no puede ser, a veces el periodista no tiene que ser más bien habilidoso. Para una tertulia ellos preparan el contenido como si fueran expertos, y luego en la tertulia focalizan más su participación en lo que saben, porque se han documentado muchísimo, que en hacer diálogo con tertulianos», explica Fran Martín sobre lo que deben mejorar.

«Trabajar con mayores aporta mucho, es muy positivo», afirma resaltando que la edad es una fuente de sabiduría y que él se considera un ‘alumno permanente’. Qué mejor que aprender de las personas que tienen una trayectoria vital, profesional y cultural muy denso.

Fran Martín cuestiona un gran error común y es pensar que las personas mayores son todas iguales. «Cada persona es una escuela y yo tengo muchas escuelas», reflexiona que al final se trata de un grupo heterogéneo e individual del que impregnarse de experiencias.

Lo más satisfactorio de trabajar con este grupo intergeneracional es, sin duda, la motivación que tienen de ‘aprender por aprender’, no buscan aprobar, ni una formación para poder competir en el mercado laboral. Otro punto es la búsqueda de un lugar que ofrezca bienestar: «como monitor del proyecto es muy satisfactorio, ver que la gente está a gusto y repite año tras año». Tras siete años, aún hay alumnos que lo acompañan como el primer día.

La creación de una atmósfera saludable ha provocado una ampliación de plazas debido a la gran demanda. El respeto y el cariño es uno de los presentes que más valora este profesor. «Cuando yo les evalúo o corrijo recibo un agradecimiento por mi labor que otro colectivo no ve», indica. Si de algún adjetivo se les puede calificar más, es de responsables, curiosos e inquietos.

Cada año la propuesta a realizar es diferente e innovadora para que los que repitan el curso sigan aprendiendo. Hacen programas profesionales dentro y fuera del estudio, puntualmente estos mayores son invitados a numerosos espacios para disfrutar de la radio itinerante.

De este proyecto ha surgido una asociación llamada ‘Inquieta’, ya que las inquietudes del grupo trascienden del taller de radio. «Nosotros en verano nos seguimos viendo y viajan juntos». Esta actividad se ha convertido en un espacio de transformación, de donde han surgido relaciones intergeneracionales e incluso interculturales.

‘La Voz de Vida’ representa a la perfección la idiosincrasia del aula de mayores, un espacio para la promoción social, el envejecimiento activo y la salud de las personas. Además de una oportunidad para estar presentes en los medios de comunicación y luchar contra los estereotipos asociados a las personas mayores, que es uno de los objetivos de esta cátedra.

Premio a su gran labor
El taller de radio del Aula de Mayores de la UMA recibió un galardón durante la gala conmemorativa del Día Internacional de las Personas Mayores que se celebró en octubre, otorgado por la Consejería de Inclusión Social de la Junta de Andalucía. Un reconocimiento a su labor por aprender y luchar contra los estereotipos y la discriminación que sufren los mayores en muchos ámbitos.

Su responsable, Fran Martín, agradece que las entidades públicas apoyen estos proyectos, reconociendo el talento y la contienda de estas personas. Lo define como un proyecto de empoderamiento, de captación y divulgación de las capacidades de este grupo intergeneracional. Buscan un lugar donde eliminar los estereotipos, las etiquetas y las categorías.

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