La residencia para la tercera edad de Fundación Caja de Burgos desarrolla Cordia Radio, un programa de envejecimiento activo a través de podcast

Cordia Radio

Gabriel De la Iglesia escribe en burgosconecta.es que a veces, el día a día en una residencia para la tercera edad puede mostrarse tedioso, y dar con un programa que aúne valores de envejecimiento activo e interés puede resultar complicado.
Sin embargo, de vez en cuando surgen propuestas que se convierten en un éxito inmediato en diferentes niveles. Ese es el ejemplo de Cordia Radio, un podcast desarrollado en la residencia Cordia de la Fundación Caja de Burgos que en apenas unos meses se ha convertido en un referente indiscutible para los propios residentes.



Según explica Óscar Martínez, responsable del Área de Transformación Asistencial de la Fundación, se trata de un programa novedoso que bebe, sin embargo, de experiencias anteriores.

La propuesta surgió con la puesta en servicio de la ampliación de la residencia. Entonces, los responsables de la instalación quisieron ir «un paso más allá» y dotar a la infraestructura de un proyecto general más ambicioso, en el que el envejecimiento activo es una parte fundamental. En ese marco, y tomando como referencia el «éxito» de la radio impulsada años atrás en el colegio Aurelio Gómez Escolar, también gestionado por la Fundación, la propuesta surgió de manera casi inmediata. Y no tardó mucho en atraer la atención de los residentes.

Ahora mismo, son ocho los que de manera permanente participan en Cordia Radio, a los que se han ido añadiendo de manera puntual otros residentes. Y según cuentan los propios protagonistas, la experiencia está siendo, cuanto menos, enriquecedora.

Así lo reconoce por ejemplo Malaquías, antiguo repartidor de periódicos, que asegura estar «aprendido mucho» y pasárselo genial. Una impresión compartida con sus compañeros Justiniano, Ignacio, Paco y Pilar, que han formado una piña a base de trabajo y muchas risas. Esa es, de hecho, una de las claves: el buen humor. «Nos lo pasamos muy bien», reconoce Pilar mientras sus compañeros asienten en el estudio de grabación durante la preparación del próximo programa.

Pero, ¿de qué va el podcast? En realidad, de todo y de nada. Son ellos mismos quienes eligen de qué van a hablar en cada uno de los programas y el abanico de temas es inabarcable, desde la actualidad de la propia residencia, hasta historia, pasando por fiestas, costumbres o simples curiosidades. También son los residentes quienes eligen la música que se pincha. Sólo hay una línea roja, además autoimpuesta. En Cordia Radio «no se habla ni de religión ni de política». A partir de ahí, todo cabe. Ignacio, por ejemplo, es un apasionado de la historia bélica y le encanta narrar antiguas batallas.
Paco, por su parte, tiene multitud de intereses, como la heráldica, mientras que a Pilar le interesa «de todo».

De hecho, en los últimos programas se han atrevido incluso con el formato de la entrevista, y por el pequeño estudio adaptado en la residencia han pasado ya algunos invitados, como el máximo responsable de la Fundación Caja de Burgos, Rafael Barbero. Ya están, por cierto, tramitando la visita de otras personalidades de la ciudad.

Mejoras tangibles
En todo caso, el podcast va mucho más allá del simple entretenimiento para participantes y residentes en general. Así lo asegura Tania Araguzo, técnico de Animación Sociocultural, quien se encarga de la coordinación de un programa asistencial que está obteniendo magníficos resultados. Y es que, más allá de dar un poco de ‘vidilla’ a la residencia, lo cierto es que el programa sirve como instrumento perfecto para promover el envejecimiento activo.

Así, Araguzo destaca el potencial socializador del programa y de los efectos positivos que tiene en aspectos como «la memoria», la «atención», al concentración o la simple dicción. Básicamente, subraya, los residentes tienen «un propósito» y trabajan en él durante toda la semana, preparando y ensayando sus propios temas para que una vez delante del micro y con los auriculares en los oídos salga todo rodado.

El programa permite mejoras en diferentes ámbitos para los residentes
En este sentido, la preparación es tremenda. El podcast, que se graba cada dos semanas, tiene una duración de algo más de 20 minutos, pero lleva un ingente trabajo por detrás, que se sustancia en una grabación que se puede prolongar durante varias horas.

El resultado está luego a un clic de distancia de residentes, familiares y, en general, para todo aquel que tenga curiosidad en la materia.

Se trata, en suma, de una «experiencia profunda» para los participantes, que además de practicar un envejecimiento activo y mantener «voz propia», «han hecho piña» y «se lo pasan muy bien». Al final, la risa y la sonrisa quizá sean la clave de todo.

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