
La expansión de internet como herramienta de comunicación ha transformado de manera profunda los hábitos de consumo. La inmediatez y la interactividad que ofrece la red han hecho posible nuevas formas de disfrutar del ocio, donde la información fluye de manera constante y sin interrupciones. Este cambio se refleja de forma evidente en la retransmisión en streaming, en las plataformas que permiten seguir acontecimientos en tiempo real y en todos aquellos sectores que han sabido adaptarse a un público cada vez más conectado y exigente.
La radio, símbolo de transformación
No podíamos empezar de otra manera que no fuese con la radio. Hace un par de décadas, la única manera de seguir la radio comercial era a través de un transistor. Esto requería estar pendiente del reloj para seguir las emisiones que eran de nuestro mayor interés. Los programas posteriormente quedaban archivados, y era complicado volver a recuperar una emisión si no era alguna efeméride especialmente relevante. Con la invención de los podcasts, este problema ha pasado a la historia. Hoy en día es posible recuperar cualquier programa, filtrando únicamente por fecha y hora, dando una libertad total al usuario. Lo mismo sucede con las aplicaciones conectadas a internet, que permiten seguir la radio a través de este canal.
Entretenimiento online, nuevas interacciones y comunidad
La inmediatez comunicativa que ofrece internet también ha transformado otros sectores vinculados con el ocio digital. Un caso que lo ejemplifica es el del casino online en España, donde los portales han potenciado este intercambio instantáneo de información a través de funciones como los chats en tiempo real o la presencia de crupieres en vivo, que permiten interactuar de forma constante con los usuarios y reproducir la experiencia del juego presencial. Algo similar ocurre en el ámbito de los videojuegos multijugador, donde las conversaciones de voz han añadido una capa extra de interacción: en medio de la partida es posible dialogar con compañeros y rivales, construyendo una experiencia más inmersiva que lleva la socialización digital a un nuevo nivel.
La música y el streaming
El ámbito musical es otro de los ecosistemas que más se han transformado en los últimos años. La compra de discos y de vinilos se ha convertido en un acto de coleccionismo, y hasta hace bien poco era la única manera de poder consumir música. Eso o conectarse a la radio para escuchar una lista de éxitos que iba sonando de manera aleatoria. Aplicaciones como Spotify, muy relacionada con los podcasts, o Apple Music han modificado ese paradigma, dando el control al usuario, que puede reproducir las canciones que prefiera a demanda. Lo único que hay que hacer es darse de alta a través de un programa de suscripción mensual o anual, que libera los respectivos catálogos. Esta transformación también ha democratizado no solo el acceso a la música, sino también la promoción de talentos emergentes. Los nuevos artistas pueden publicar sus canciones en la red, consiguiendo una visibilidad que anteriormente era impensable.
El mercado cinematográfico
El cine ha protagonizado una evolución similar a la del sector musical, y no únicamente en la manera de llegar a los usuarios, también en sus formatos. Las series han ganado un peso muy significativo, generando una gran aceptación entre los usuarios. Plataformas como Netflix, HBO o Amazon Prime funcionan también a través de un modelo de suscripción, esto permite que puedan controlar unos presupuestos elevados para poder afrontar proyectos de gran formato. Anteriormente, las series se estrenaban básicamente en televisores, un contexto muy lejano al enorme parque de dispositivos que ofrecen las plataformas. Hablamos de apps presentes en televisores, ordenadores portátiles, tabletas, móviles, que permiten acceder al contenido a millones de personas en un escaparate global.
Webs de contenido en directo
Para acabar, es importante destacar los portales de retransmisión de vídeo en directo, como es el caso de YouTube o Twitch. Estos sitios web permiten que exista un intercambio de información directo entre el creador de contenido y los usuarios. Los vídeos que se retransmiten son muy diversos, y van desde conversaciones informales, entrevistas o actividades en directo.
Todos los ítems que hoy hemos repasado tienen un nexo común, y es el canal a través del cual funcionan: internet. Esta es la verdadera revolución, y el fenómeno que ha provocado que el entretenimiento en directo evolucione hasta unos límites que hace poco parecían impensables. Es difícil imaginar cuándo aparecerá una revolución similar, quizás la inteligencia artificial (IA) continúe incidiendo sobre los hábitos de consumo. Personalizando la experiencia y segmentando el contenido. El futuro es esperanzador, y por suerte, la red que constantemente teje internet, no cesa nunca en su empeño de crecer.
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