La Banda Ciudadana de 27 Mhz recobra fuerza en Reus

Antonio Casanovas

Varios aficionados a esta banda ciudadana ha retomado la actividad y ya suman más de 100 seguidores en Facebook y han creado un grupo de Whatsapp que cuenta con 25 personas.



Las décadas de los 80 y los 90 del siglo pasado vivieron en Reus un auténtico ‘boom’ de los radioaficionados de emisoras de 27 megahercios, conocidas como las de banda ciudadana. En una época en la que la Internet todavía no estaba instalado en nuestras vidas, estos radioaficionados fueron los precursores de las redes sociales, tal y como explica Pere Duch, uno de los que en aquella época ya contaba con una emisora de 40 canales y que, en la actualidad -y junto a otros compañeros como Joan Enric Sabaté- ha decidido recuperar esta afición.

«Se puede decir que fuimos la primera red social, tal y como se entienden ahora. La emisora nos servía para comunicarnos y hacer ‘bigotadas’ (quedadas), donde gente que no se conocía de nada quedaba para pasar un rato», recuerda Pere Duch. Eran los años dorados de los radioaficionados a las emisoras de 27 MHz y el Radio Club S.E.T. (Sierra, Eco, Tango) llegó a tener más de 500 socios.

Pero con el cambio de siglo, y coincidiendo con el auge de Internet y de sus redes sociales, muchos de estos radioaficionados fueron arrinconando sus emisoras hasta el día de hoy. Aunque pueda parecer una contradicción, estos radioaficionados nostálgicos han visto en las nuevas tecnologías e Internet como un aliado para intentar resurgir esta afición. «Hemos creado una página de Facebook que tiene 108 seguidores. También tenemos un grupo de Whatsapp con 25 personas y cada viernes, sobre las nueve de la noche, en el canal 7 de la emisora siempre hay alguien con quien comunicarte a través de la emisora», explica Joan Enric, quien añade que «se trata de  aprovecharnos de las nuevas tecnologías para estar presentes y conectados».

Estos radioaficionados no tienen prisa en conseguir unos objetivos que se han marcado, tanto a corto como a largo plazo. «Primero queremos recuperar la frecuencia de 27 megahercios, la banda ciudadana, en Reus y cercanías. Por ahora somos un grupo de 27 amigos que esperemos ir aumentando. Se trata de hacer la plataforma lo más estable y gran posible. Además, también apoyamos al grupo en lo que se refiere a apoyo humano, reparando aquellas emisoras que están estropeados. A largo plazo, y si conseguimos crecer, también nos gustaría realizar actividades paralelas como charlas en centros cívicos o exposición de emisoras», comenta Pere Duch.

Un argot particular

Para comunicarse, estos aficionados utilizan el Código ‘Q’, que es internacional y en el que cada letra tiene su nombre (Alfa -A-, Bravo -B-, etc.) Además, cada estación tiene su nombre personal, algunos de los cuales son los originales de los años 80, como la de Pere Duch que se llama ‘Papa Delta’.

Pero si hay algo que caracteriza a estos radioaficionados es el uso de una jerga particular a la hora de comunicarse, con palabras propias como por ejemplo: ‘tía Virginia’ (televisor), ‘X’ (mujer), ‘dos metros’ (cama), ‘vitaminarse’ (comer) o ‘ir al laboro’ (ir a trabajar). Por último, este grupo de amigos insiste en que «uno de nuestros principios es el de la transmisión de valores. Un radioaficionado siempre te ayuda en algo, de manera altruista. Queremos ayudar a transmitir valores como la solidaridad».

Un equipo que cuesta unos 150 euros

Tener una emisora de 27 MHz y poder utilizarla es algo más sencillo que hace unos años, cuando era necesario tener una licencia de Telecomunicaciones, que se adquiría en Gobierno Civil, y que caducaba a los cuatro años. Una vez legalizada la emisora de 40 canales, te daban un carnet. Con la legislación actual, desde abril de 2015, basta con comprar una emisora homologada de 27 MHz (de 40 canales y 4 watios) y guardar la factura. La emisora cuesta unos 60 euros, mientras que si sumas la fuente de alimentación más la antena, todo puede subir a los 150 euros. En caso de emergencia, los radioaficionados están obligados a dejar libre el canal 9.

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