José María Roselló Gomis trabajó más de cuatro décadas en Radio Popular de Alicante para informar o divertir a los oyentes

José María Roselló

Informacion.es publica que casi toda su vida ha transcurrido sentado en un estudio ante un micrófono. O asistiendo a festejos y demás presentaciones cargado con un magnetófono.
Sus compañeros y rivales en las ondas consideran que su voz fue la más bella de la radio alicantina. Cuatro décadas dedicado a contar cosas a sus oyentes, y escuchándolos en Radio Popular, ahora COPE.
Empezó en 1965, casi en la prehistoria de este medio de comunicación. Casi todo era manual en aquellas emisoras, artesanía de técnicos y locutores, entre clavijas y bobinas. Lo mejor de cada día en la radio es no saber qué va a ocurrir. Es la experiencia de este amable y sincero locutor e informador que iba para maestro de escuela. «Si volviera a nacer volvería a elegir la radio».



José María Roselló Gomis (Alicante, 1947) nació en la calle Trafalgar, en el barrio de San Antón Bajo. Su abuelo materno, José María, nacido en Cheste (Valencia), se ganaba la vida montado en un carro cargado de enseres y tirado por cuatro mulas con destino Villena. Ahí conoció a Mariana. Se casaron. Establecidos en Alicante, montaron un bar en la calle Trafalgar. Los padres de nuestro protagonista, Antonio y Adelina, siguieron la tradición familiar detrás del sufrido mostrador hasta que se cansaron de la taberna y cambiaron de oficio: el padre trabajó como estibador en el puerto y la madre estuvo empleada algún tiempo en el Hotel Playa. José María Roselló tiene una hermana algo menor, Adelina, que hasta su jubilación ejerció de profesora en Jesús María.

Sus primeras lecciones fueron en la academia de «Don Antonio». Se hizo en bachiller en el instituto Jorge Juan y se matriculó en la Escuela Normal de Magisterio. Allí coincidió, entre otros, con profesores universitarios como Enrique Jiménez o Mario Martínez Gomis, a su vez compañeros de un grupo de teatro más o menos estable. Su primer trabajo como maestro fue en la misma academia que aprendió a leer, a escribir y a contar. Un año estuvo en aquellas aulas. Pero un buen día, una de sus tías le comentó que había escuchado una oferta de trabajo como locutor en Radio Popular (actual Cadena COPE). La emisora estaba ubicada en la Casa Episcopal, cerca del estadio Rico Pérez. A la prueba se presentaron una veintena de chicos y alguna chica en una tarde de canícula de agosto de 1965. Días después, un botones de la emisora, debidamente uniformado, llamó a la puerta de su casa con una carta en la mano. Había superado el examen de locución y sólo faltaba la entrevista con el director de aquella radio, Félix Parreño. Jornadas después empezó a trabajar en sustituciones por libranzas o enfermedades de sus compañeros. Hizo de todo en un espacio habitado por recordados compañeros de la radiodifusión como Manolo Jarabo, Mariano Castejón, Manolo Varela, Kati Marchante, Antonio Cutillas, Eugenio Esteve, Petrita Antón y tantos otros.

Empezó conduciendo programas musicales como «Discoforum 67», «Domingo 68», «Los 50 populares» o «Minuto 0», pero se convirtió en chico para todo: magacines, espacios de entretenimiento, deportes; días enteros delante del micrófono con grandes aliados, técnicos de la casa como Tomás Borrás, Rafael Carratalá, Joaquín Benabent, Toñi Amorós y demás. Eran tiempos de dictadura, de censura. Los informativos estaban prácticamente prohibidos, excepto para los medios controlados por el Estado.

La emisora fue creciendo. A esas ondas llegaron más voces, como las de Rafa Rodríguez, Pepe Miquel Campos, José María Priego y algo más tarde las de Juan Carlos Gumiel, Vicente Climent y las de muchos más. Además de Parreño, durante su trayectoria tuvo otros directores: Gabriel Fernández, Sergio Peláez y José Manuel Cuenca. Casado con Maite, Roselló ha sido padre en cuatro ocasiones: José María, Pablo, Teresa y Alba. La pareja tiene tres nietas y dos nietos.

La actividad profesional de José María Roselló es amplia y diversa. Además de contar todo lo que ocurría alrededor de sus oyentes trabajó en cosas que le apasionan, como las tradiciones y las fiestas populares. Se convirtió referencia en Fogueres, Moros y Cristianos, y demás festejos vecinales. Tuvo un espacio televisivo en el desaparecido Canal 37. También presentó las elecciones a Bellea del Foc de 1987 y 1997. Fue miembro de la comisión Foguerer-Carolinas y uno de los fundadores de la barraca Tots contents. Participó en la comisión del monumento al Foguerer que se inauguró en 1982 en la Plaza de España.

Y, por ello, recibió varios premios por toda su contribución a la fiesta sanjuanera, como el «Emblema de Oro Individual de las Hogueras», o el de «Mejor Labor de Difusión de La Fiesta». Roselló ha sido un magnifico comunicador: sabía contar al detalle y plácidamente historias a quienes le escuchaban detrás del transistor. Siguiendo con su tradición juvenil, llegó a ejercer como de narrador de tres obras en el Teatro Principal.

Hizo un paréntesis en la radio. A petición de Julio de España, recién elegido presidente de la Diputación Provincial, José María se incorporó en 1995 como jefe de Prensa y Protocolo de la institución. Ahí estuvo ocho años. También tuvo aparición en la escena política. A propuesta de Francisco Bernabeu Alberola, ex alcalde del municipio y último director general de la Caja de Ahorros Provincial de Alicante (CAPA), en 1999 fue candidato a la Alcaldía de Mutxamel por el Partido Popular y compatibilizó el acta de edil con su labor como asesor en la Diputación. Al concluir la excedencia, retornó a la radio hasta su jubilación, cinco años después.

La radio le ha permitido conocer a mucha gente y mejorar su formación personal y profesional. Empezó como locutor cuando las emisoras tenían escasa tecnología: «Era bonito coger una bovina del grabador y arreglarla cuando se rompía o poner discos en un giradiscos; ahora la informática y sus avances permiten mejorar la realización». La radio no acaba cuando termina el programa.

Mantuvimos la conversación durante casi dos horas en la Venta Diego, en Mutxamel, donde reside desde hace muchos años. José María Roselló lo tiene claro: «Si volviera a nacer volvería a elegir la radio». La radio no es sólo contar la vida de la gente, sino oír a los demás. Posiblemente su voz más fue la más bella y amable de la radiodifusión alicantina.

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