José Calderero De Aldecoa le ha entrevistado para alfayomega.es: El nuevo consejero delegado de Ábside Media apuesta por la transformación digital y pide no perder de vista al oyente: «Tiene que estar en el centro y ser lo primero».
Javier Visiers (Fuenterrabía, 1977) entró como becario en COPE en 1997. Ahora, 25 años después, se ha convertido en el nuevo consejero delegado de Ábside Media, grupo que engloba los medios de comunicación de la Iglesia (COPE y TRECE). Toma el relevo, junto con José Luis Restán –nuevo presidente no ejecutivo–, de Fernando Giménez Barriocanal, que deja la presidencia tras doce años.
- Felicidades por el nombramiento. ¿Qué supone para usted sustituir –a medias, junto a José Luis Restán– a Fernando Giménez Barriocanal?
- Gracias. Para mí es un privilegio y un orgullo poder llevar el timón de la empresa en la que entré como becario hace ahora 25 años y en donde he podido desarrollar toda mi carrera profesional. Hacerlo junto a alguien de la talla intelectual, humana y profesional de José Luis Restán, con el que llevo trabajando codo con codo en los últimos años y del que aprendo tanto, es una gran suerte. Restán es garantía para todos los que trabajamos en Ábside de rigor, intuición, clarividencia y solidez editorial. Fernando ha sido el capitán de este buque durante los últimos doce años, deja el rumbo bien marcado y va a seguir acompañándonos de cerca.
- Todo lo que he leído sobre usted, incluida la nota de su nombramiento, contiene la palabra transformación. ¿Por qué? ¿En qué se tiene que transformar Ábside?
- Desde hace años vivimos una época de transformación en la sociedad y más concretamente en la industria de los medios de comunicación, que, más allá de generar incertidumbre, creo que es apasionante y está llena de oportunidades para aquellos que sepan leer bien el contexto. La transformación digital está amplificando la fuerza de la radio y la televisión con enormes posibilidades para el streaming, el audio, el vídeo o el pódcast que debemos saber aprovechar para llegar a las nuevas audiencias. La transformación es un concepto que, incluso, va más allá de lo digital y creo que debe permear en todos los puntos de la organización: convergencia de recursos, investigación, datos, tecnología, transversalidad, cultura organizacional, gestión integral de contenidos, talento, nuevas narrativas… Esa debe ser nuestra evolución necesaria para poder estar más cerca de nuestros oyentes, telespectadores, usuarios y anunciantes.
- La progresión de COPE en el EGM es clara. ¿El objetivo es ver a la cadena líder, por encima de la SER?
- Nuestro objetivo diario es ser útiles, relevantes, entretenidos, cercanos e informativos para el oyente, sobre todo en este tiempo que nos toca vivir. No te ocultaré que también nos da satisfacción comprobar que los datos de audiencia del EGM de nuestros principales productos y marcas respaldan, ola a ola, este trabajo. Pero para nosotros el oyente siempre tiene que estar en el centro y ser lo primero. Más allá de las cifras concretas, llevamos tiempo trabajando sobre conceptos que están en el ADN de la visión de esta compañía: liderazgo, referencia y relevancia. El objetivo es poder llegar cada día a más personas para hacer presente nuestro ideario de forma atractiva, actualizada y profesional porque sabemos que nuestra voz es más necesaria que nunca en la sociedad.
- Elsa González acaba de escribir el libro Cadena COPE. La radio de las estrellas. ¿Le pesa la juventud para lidiar con ellas?
- La verdad es que la historia de la Cadena COPE es fascinante. Todavía me sigue maravillando la audacia de aquellos primeros, como el padre Gago o don Bernardo Herráez, que supieron ver la oportunidad de un modelo de radio generalista, comercial y católico, que contara con profesionales de primera y un claro ideario. Es un lujo trabajar con comunicadores tan potentes. Siempre me han tratado con exquisito respeto profesional y aprendes mucho a su lado.
- ¿Cómo es ese Javier padre de cinco hijos?
- Tener una familia como la que Dios me ha dado, mi mujer y mis hijos, es un regalo y una enorme responsabilidad. Viene muy bien al llegar a casa tener que cambiar algún pañal, cocinar, dar un biberón, ayudar a hacer deberes, jugar, tener diálogos en familia… No hay nada como estas rutinas para tener los pies en la tierra, relativizar los problemas y desarrollar, a pesar de mis torpezas, mi auténtica vocación. Este equilibrio entre familia y trabajo a mí me ayuda mucho.
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