Ana Del Barrio le ha entrevistado para El Mundo: Diez años después del fin de ‘¿Donde estás, corazón?’, el presentador vuelve a la televisión con ‘Atrápame si puedes Celebrity’, un concurso que pone a prueba a varios famosos en Telemadrid.
- ¿Me lo pondrás fácil en la entrevista o harás como Paulina Rubio?
- Siempre la recuerdo como la mujer que me ha hecho pasar dos momentos muy incómodos en el plató. ¡Y mira que es difícil que yo me sienta incómodo con alguien! Pero ella fue reincidente. Así que te lo pondré fácil.
- ¿Qué otro personaje te lo ha hecho pasar mal?
- Bárbara Rey. Es una magnífica invitada, pero había veces en los que se desbordaba totalmente y daba grandes momentos de televisión.
- Le preguntaban al protagonista de ‘Érase una vez en América’ qué había hecho en todos estos años y contestaba: «Acostarme temprano». ¿Qué ha hecho Jaime Cantizano en este tiempo?
- Mucha radio por una decisión personal y ya sido una de las más acertadas de mi vida. Y lo de acostarme temprano, falso. El gran drama de los últimos años ha sido descubrir que no dormir es una auténtica tragedia. Estoy saliendo de ello.
- ¿Qué tiene ‘Atrápame si puedes Celebrity’ para haberte hecho regresar a la televisión?
- Es un concurso y desde ‘Pasapalabra’ no había vuelto a un concurso. Volvía a trabajar con gente a la que quiero y aprecio.
- ¿La clave para hacer un buen programa está en el equipo?
- Siempre. Yo no soy un comunicador brillante, pero si se tuviera que buscar una cualidad sería la del tener olfato para crear equipo y sacar lo mejor de cada uno de ellos. Sería mi gran cualidad como comunicador.
- ¿Por qué dices que no eres un comunicador brillante?
- Honestamente, me veo así y todavía hoy sufro mucho analizándome y descubriendo cómo podía haber enfocado una entrevista en la radio. Me sigo fustigando. Mi fórmula es la naturalidad. No pretendo subirme a un estrado ni ser referente de nada.
- ¿Qué harías si todo tu equipo te acuchillase como le han hecho a Pablo Casado?
- Si todo mi equipo empieza a acuchillarme, lo mejor es tomar la puerta de salida y no resistirme. Es imposible continuar si tienes el mundo contra ti.
- ¿Has vivido ese momento cuando el teléfono deja de sonar?
- No. Permanentemente en todos estos años he tenido trabajo y me siento un afortunado. Si no apareces en televisión, parece que no existes. La radio me ha dado grandísimos momentos y una enorme estabilidad.
- ¿Has rechazado muchas ofertas televisivas?
- Sí, además se sabe. Yo, en determinado momento, me marqué un camino. Yo no vivo para trabajar. Adoro mi vida y adoro mi trabajo, pero intento que todo esté compensado.
- ¿Qué cosas no has tragado en esta profesión?
- Lo fundamental que hice en un determinado momento fue no seguir el camino que se suponía que tenía que seguir después de haber terminado mi etapa en Antena 3. Todos me decían que continuase en televisión incluso en otro grupo. Tuve claro que no iba a seguir con la misma fórmula. Por eso, pegué ese quiebro tan radical y volví a la radio.
- ¿Qué programas eliminarías de la televisión?
- Me niego a señalar y a eliminar programas. Hoy en día todo el mundo te dice cómo tienes que ser como ciudadano, como progresista, como conservador, como heterosexual, como homosexual, como padre… Me niego a que nos digan cómo nos tenemos que comportar y a señalar ni tachar programas. Vamos a hablar del sentido crítico de cada uno de nosotros y la capacidad para decidir.
- ¿Qué te ha dado la radio?
- Me ha hecho crecer y consolidarme como comunicador. Cuando me preguntan si soy presentador o periodista, la palabra clave es comunicador. Me ha mostrado mucho mejor de lo que la televisión me llegó a mostrar. La relación con la persona que te sigue es mucho más íntima que en televisión. Después de tantas horas hablando en la radio, el oyente sabe cómo piensas sobre casi todas las cuestiones.
- A Isabel Gemio no le sentó muy bien que la sustituyeses en Onda Cero, ¿no?
- [Ríe] Luego es verdad que me envió un libro que publicó y me puso una nota en la que me decía que yo no tenía que ser señalado como culpable. Tengo una relación fluida con ella.
- ¿Echas de menos tus tiempos en ‘¿Dónde estás corazón’?
- No soy nada nostálgico. Soy más de mirar a lo que voy a hacer en los próximos dos años que de recrearme en las etapas anteriores. Es verdad que han pasado 10 años y aún me siguen preguntando si volvería. Y les contesto: «No, estoy en una autopista totalmente distinta».
- ¿Cómo lograbas domar a María Patiño, Gemma López o a Jesús Mariñas?
- Era una maquinaria muy bien engrasada. Casi no tenía que actuar. Pero sí, alguna vez pegué algún que otro grito o taconazo, aunque no se veía mucho. Hay que manejarse con mano dura y firme, pero con guante de seda.
- ¿Te sentirías cómodo presentando ‘Sálvame’, donde están muchos de tus antiguos colaboradores?
- Lo que ellos hacen lo hacen muy bien. Ahora mismo no me veo capacitado para desenvolverme en ese engranaje. Realmente, no es corazón. Es un reality y sus protagonistas son los personajes de televisión. La prensa del corazón como tal ha pasado a mejor vida.
- ¿Ese tipo de prensa ha sobrepasado todos los límites?
- No tantos como algunos quieren hacer ver. Se sobrepasan límites mucho más peligrosos hoy en día en la política y en la economía que en la televisión.
- ¿Cuáles son los males del periodismo?
- La precariedad de los que trabajan en los medios y la de las empresas que las hace tambalearse frente al poder.
- ¿Hay demasiado ego en esta profesión?
- Hay mucho ego y eso ha generado muchísimo daño. El ego ha autodestruido a algunos compañeros.
- Tu momento ‘tierra trágame’ en directo…
- He tenido muchos momentos. En la radio tengo un problema porque cruzo nombres y apellidos. El último fue con María Galiana a la que llamé María Galiano. Y ella un poco ásperamente me corrigió. Es un defecto enorme que tengo, pero que forma parte de mi personalidad.
- Te voy a preguntar lo que siempre preguntan a las madres. ¿Cómo concilia un padre soltero?
- Te voy a reconocer que ha sido muy difícil y muy complicado. Antes te hacía referencia a la falta de sueño. En algunos momentos he llegado a la cama y he dicho: «¡Por favor, no puedo más!». Estoy seguro que muchos padres y madres han terminado el día pensando: «No puedo más». Pero a la mañana siguiente es como si te renovaras.
- Se habla mucho del instinto maternal y muy poco del paternal. ¿Cómo lo describirías?
- Del instinto paternal no se habla nada, en parte por culpa del propio hombre durante siglos. Yo creo que eso está cambiando, aunque hay que hacer mucho todavía. Yo soy un elemento extraño todavía, pero la sociedad va mucho más rápido de lo que creemos.
- ¿Qué es lo que nunca te contaron de la paternidad que más te ha sorprendido?
- No me contaron muchas cosas. Lo que más me ha sorprendido es la capacidad de entregarte a un enano como nunca antes te habías entregado a otra persona. Y de una manera muy pura y sin dobleces.
- ¿Cómo se liga más: paseando al niño o al perro?
- Mi perra Duna tiene un enorme éxito.
- Pero, ¿liga la perra o tú?
- [Ríe] Es una buena percha. Tengo amigos que son habituales del parque paseando a su perro porque es la mejor manera de echar la caña.
- ¿Eres padre helicóptero o cometa?
- De los que dejo volar. No he soportado nunca que me controlaran. He sido de dar muy pocas explicaciones y sería contrario a mis principios actuar de padre helicóptero.
- Hay muchas mujeres feministas en contra de la gestación subrogada. ¿Qué les dirías?
- Hace unos años, cuando acababa de ser padre, me encontré en unas escaleras con una conocidísima comunicadora de este país y me dijo: «Me están empujando a que sea más contundente y no lo puedo ser porque tengo amigos que han recurrido a la gestación subrogada y no tiene nada que ver con los argumentos que se están utilizando». Pediría que se informaran y que conociera la realidad de miles de familias españolas donde el respeto es fundamental. Tenemos una relación con la familia gestante que no tiene nada que ver con lo que se cuenta.
- Siempre has dado la imagen de ser una persona perfecta. Confiésame algún defecto.
- Me estoy descubriendo con unos ataques de mal humor que no me hacen ninguna gracia. No son de ira, pero sí de mal carácter. A lo mejor es que me estoy haciendo mayor y aguanto menos cosas.
- ¿Dónde te has corrido las mejores juergas: en Madrid o en Jerez?
- En Madrid, porque se multiplican las posibilidades.
- ¿Cuál es tu mayor tentación?
- Y al mismo tiempo me mata: el ser perfeccionista. La tentación de quererlo todo perfecto, regulado y establecido. Eso al mismo tiempo me genera estrés.
- ¿Todos tenemos nuestro lado negro y nuestro armario?
- Todos tenemos una parte que se queda para nosotros y que no queremos sacarla a pasear.
- La clave del fracaso es tratar de complacer a todo el mundo, ¿te ha pasado?
- Sin duda, me ha pasado en un determinado momento de mi vida. Al final, descubres que no hay que dar explicaciones a nadie y que tienes que asumir que no puedes complacer a todo el mundo.
- ¿Cuál es el mejor consejo que te han dado?
- Nunca pienses que esto va a durar mucho. No hay nada eterno y, en televisión, no hay nada que pueda pasar de los 10 años.
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