Fernando Martínez (Bom Radio) pone voz al documental de TV3 «Megamix brutal»

Fernando Martínez

El martes 25 de junio, «Nit Sense ficció» de TV3 y la plataforma 3Cat estrenan «Megamix brutal», una serie documental que muestra una historia de éxito, la de Ricard Campoy y Miquel Degà, dos amigos de juventud que crearon un imperio discográfico y que acabó de la peor forma.

«Megamix brutal» es la historia de cómo, desde Barcelona, ​​la música de baile se convirtió en todo un fenómeno social con tanta o más repercusión que la «movida madrileña». Pero más allá de la música, es un viaje por la España de los 80 y de los 90, una época salvaje y despreocupada.

«Megamix brutal» es una docuserie de 3 capítulos producida por 3Cat y RTVE en colaboración con Producciones del Barrio. Dirigida por Rafa de los Arcos (realizador de Salvados y La maldición del Windsor), cuenta con la narración del locutor badalonés Fernandisco.

La serie documental tiene un formato innovador que mezcla los testimonios de sus protagonistas (como los dj’s Platinas, Peret, Castells y Tejada) con recreaciones de todo lo que vivieron y donde también aparecen.

Los «Max Mix» y el megamix: la gallina de los huevos de oro
El megamix era un pequeño collage sonoro que incluía, enganchados, los estribillos de los éxitos del momento rellenos con efectos sorprendentes por la época porque se hacían de manera artesanal: cortando y pegando la cinta en un magnetófono a bobina.

«Max Mix», «Máquina Total», «Bombazo Mix», «Ibiza Mix», «Rambo Total», «Caribe Mix», «Rumba Total», «Currupipi Mix»… Si ibas a la discoteca a los 80 y en los 90 seguro que bailaste todos los temas de estos populares recopilatorios. ¿Pero quién estaba detrás?

Max Music, un pequeño sello discográfico, fueron quienes revolucionaron, desde Barcelona, ​​la industria discográfica. Sus fundadores, Ricard Campoy y Miquel Degà, dos amigos de la infancia, editaron estos discos mezclados por disc-jockeys de la talla de Mike Platinas, Toni Peret, Josep Maria Castells y Quique Tejada.

Mientras la crítica les menospreciaba, batieron todos los récords de ventas, superando incluso a artistas como Julio Iglesias y provocaron, por exigencias de las multinacionales, que se hicieran listas separadas entre recopilatorios e intérpretes e hicieron que el disc-jockey dejara de ser el «pinchadiscos» y se convirtiera en una figura mediática.

Aparte de los megamix, Max Music también descubrió a artistas que han hecho bailar a varias generaciones. Es el caso, por ejemplo, de Jordi Cubino, director musical de «Euforia», pero que con sólo 20 años y el apodo de David Lyme interpretó éxitos del italo disco como «Let’s go to Sitges», «Playboy» o «Bambina», entre otros.

Triunfar a cualquier precio
Campoy y Degà se propusieron hacer todo lo necesario para triunfar y hacerse multimillonarios: explotaban a los disc-jockeys para que produjeran más recopilatorios, escatimaban pagos a los artistas, sobornaban a los jefes de las emisoras de radio para que sus discos sonaran más que los de la competencia , pagaban a un guardia civil para que traspapelara las denuncias que recibían en los juzgados y, si algún proveedor les debía dinero, recibía la visita de sus gorilas y todo se arreglaba.

El éxito internacional de los megamix y las ventas millonarias llevaron a Max Music a abrir sucursales en México y Miami, pero la relación entre los dos socios, que habían creado un imperio, eran vecinos de chalet y padrinos de sus hijos, acabó envenenándose . Campoy decidió marcharse para formar una nueva compañía (Vale Music) y Decano se vengó contratando a unos sicarios mexicanos para que le secuestraran. El problema es que se equivocaron de objetivo…

«Megamix brutal» es la primera colaboración entre 3Cat y Producciones del Barrio.

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