Federico Jiménez Losantos (esRadio): «Uno es como es, y la radio lo desnuda»

Federico Jiménez Losantos

Mariano García le ha entrevistado para heraldo.es. Federico Jiménez Losantos es un hombre de verbo fácil y torrencial. Periodista, locutor y empresario informativo, dueño de un particular estilo periodístico, crítico y corrosivo, tiene acérrimos seguidores y detractores. Este año recibe el premio Mompeón Motos, que siempre ha distinguido a periodistas comprometidos con su oficio por encima de cualquier ideología, de Iñaki Gabilondo a Carlos Herrera, pasando por Susanna Griso o Augusto Delkáder. Turolense de nacimiento y devoción, Jiménez Losantos no falta un día a su cita con oyentes y lectores. Ha aprovechado el verano para terminar de escribir un libro, ‘El retorno de la derecha’.

  • El premio Mompeón Motos de periodismo le supone, en parte, ser profeta en su tierra.
  • Mucho más que eso. Los que somos de Teruel, como yo, agradecemos los premios que nos dan en Zaragoza mucho más que los que recibimos en cualquier otra ciudad. Y es un premio que da HERALDO. Cuando yo era niño, la gente de mi pueblo (Orihuela del Tremedal) recibía el HERALDO con uno o dos días de demora. Yo estuve muy enfermo a los siete años, sobreviví, hice la primera comunión y me llevaron a Zaragoza a pasar por el manto de la Virgen. Era la primera vez que visitaba Zaragoza, y mi visión de la ciudad, lo que más me impresionó, fue el Pilar, lógicamente; luego, que los infanticos bajaban de espaldas de pasar los niños por el manto; también que vi mi primer cine; y que allí, en los quioscos, tenían el HERALDO de ese mismo día. El premio lo agradezco enormemente.
  • Usted estuvo en el colegio San Pablo de Teruel, donde daban clases José Antonio Labordeta y Eloy Fernández Clemente, y las recibían Joaquín Carbonell, Gonzalo Tena, Jaime Caruana o Manuel Pizarro. Asistió al nacimiento de la nueva canción aragonesa. ¿Qué recuerdo tiene de Labordeta?
  • Fue un hombre muy cordial, todo corazón, tierno, divertido. Mi padre murió cuando yo tenía 16 años y, en cierto sentido, reemplazó la figura paterna, fue casi un segundo padre para mí. Preparé con él una antología de poesía aragonesa de posguerra, con autores como Ignacio Ciordia o Julio Antonio Gómez. No llegó a publicarse nunca, imagino que aún estará entre sus papeles. En cuanto a la canción… Yo lo presenté la primera vez que cantó en público, en el colegio San Pablo. Muy poca gente sabe que al poco de comenzar estuvo a punto de dejarlo. Hace poco encontré unas cartas suyas en las que me agradecía los ánimos que le había dado para seguir. Tenía ese temperamento zaragozano muy de grandes euforias y pequeñas depresiones. Era muy tierno, tremendamente generoso.
  • Cumple ahora 40 años en Madrid. ¿Qué le ha dado y quitado la capital?
  • Madrid es España, una ciudad en la que entras y sales, en la que siempre eres bienvenido y donde, como dice Ayuso, «no te encuentras a tu ex».
  • Aunque se le puede considerar ya capitalino, raro es el programa en el que no haga referencia a Aragón.
  • Siempre que puedo hago propaganda de mi pueblo, de Teruel y de Aragón.
  • ¿Y qué problemas le ve a Aragón?
  • Aragón tiene su propia personalidad pero sufre los mismos problemas que el resto de España, y es que vivimos una crisis institucional que se arrastra de lejos, y a la que se ha sumado recientemente una crisis económica muy grave, agigantada por la guerra. El problema es que estamos gobernados por gente que no cree en España, y así es muy difícil salir adelante. Fíjese en esto que ha pasado recientemente con el proyecto de organizar los Juegos Olímpicos de invierno. Como de costumbre, Barcelona ha engañado a Zaragoza, pero esto no es nuevo, ya pasó en la época de Marcelino Iglesias. Aragón tiene personalidad propia pero no nos pasa nada que no suceda en otros lados. Quizá se note algo más la despoblación, porque somos solo tres provincias.
  • La famosa España vacía…
  • No creo mucho en ese concepto. La gente se mueve y es lógico que así sea: mi pueblo tenía 1.000 habitantes y ahora tiene 500. No es un caso único, sucede en muchos otros lados y el derecho a vivir donde uno crea que va a estar mejor es más importante que otro tipo de factores. Lo verdaderamente importante es conseguir que la gente pueda ganarse bien la vida en todos los lados, que tenga acceso a educación, sanidad y seguridad. El problema es que en las autonomías se ha favorecido un sistema rentista en lugar de crear cosas.
  • ¿Y Zaragoza? En Aragón lo concentra casi todo.
  • Es todo, y la concentración de población en Zaragoza no es muy diferente a la que se da en otros lados. La pena es que, estando apenas a una hora y cuarto de distancia de Madrid, no esté creciendo ni creando tanto como Guadalajara. Zaragoza lo tiene todo para ser la segunda ciudad de Madrid y, si funciona Zaragoza, acabarán funcionando también Huesca y Teruel.
  • Usted fue de los primeros en alertar de los peligros del nacionalismo. En 1979 publicaba ‘La cultura española y el nacionalismo’.
  • Y todo lo que dije entonces se ha acabado cumpliendo. Se veía venir con toda claridad. Hoy somos un país en el que en algunas partes no se puede estudiar en español y hay varias generaciones de jóvenes que están privados de estudiar en la lengua de sus padres, que es un derecho fundamental del ser humano. Y lesionar un derecho fundamental tiene sus consecuencias.
  • El periodismo de la Transición, ¿era mejor que el de ahora?
  • Sin ninguna duda. Pero es que también España era mejor. España era entonces un país inocente pero estaba educado en la cultura del esfuerzo. La Transición se hizo porque todo el mundo trabajó a su favor. El rey Juan Carlos habló con Carrillo, y gracias incluso al antiguo Movimiento y al PC, salió adelante la Transición. Algunos de los discursos de entonces sorprenden mucho viendo a dónde hemos llegado. Marcelino Camacho, por ejemplo, decía aquello de que «los españoles nos hemos amnistiado los unos a los otros». Hoy la situación es muy distinta: están haciendo las leyes los que hace 10 años estaban matando. Entonces había una libertad de expresión enorme, y eran tiempos con muchos problemas; existía una buena voluntad, un cierto candor social. Veníamos de una España pobre pero con valores, sobre todo el del esfuerzo. Ahora todos son más grandes y más guapos.
  • Libertad Digital está a punto de cumplir 22 años.
  • Libertad Digital nació en 1999 en las Jornadas Liberales Iberoamericanas de Albarracín. Estaba entonces Manuel Pizarro en Teruel. Allí nació ‘La Ilustración Liberal’, luego Libertad Digital y finalmente Esradio. Tomamos la decisión de crear un periódico liberal porque se nos iba a cargar no la izquierda, como podría suponerse, sino la derecha. Hemos pasado alguna época mala, sobre todo con la televisión, pero es una satisfacción ver que un medio liberal, el único de nuestro país, cumple 22 años de compromiso informativo. Es una satisfacción, también, saber que toda una generación de españoles ha podido tener, gracias a Libertad Digital, una visión liberal de la nación.
  • Usted defiende el periodismo de combate.
  • El periodismo tiene que ser crítico, de combate, o no es periodismo. Y es así porque más pronto o más tarde el periodista, o el medio de comunicación en el que trabaja, va a tener que pelear con el poder político. Y está comprobado que hoy son los grupos pequeños, pero autónomos y con independencia económica, los últimos reductos de libertad que hay. En los grandes grupos mediáticos, en casi todos, la subordinación económica al poder es tal, que lo de la independencia es mera apariencia.
  • Hoy los españoles consumimos más noticias que nunca.
  • Sí, pero está cambiando mucho la forma en que lo hacen, está continuamente evolucionando. La gente, hoy, ya no escucha un programa de radio a la hora en que este se emite. Hoy los programas se consumen a la carta, cuando al público le conviene o le viene mejor, y eso les da una segunda vida. Y este fenómeno lo vamos a ver reforzado en los próximos años.
  • Siendo un hombre de radio, usted no renuncia a sus columnas de opinión.
  • Llevo 40 años escribiendo en los periódicos y pienso seguir haciéndolo. Y lo he hecho en todo tipo de medios, desde el ‘Lucha’ a ‘El País’… Ahora que lo pienso, seguramente el único medio en el que me gustaría escribir y no lo he hecho todavía sea el HERALDO.
  • Se están equivocando los agoreros que vaticinaban la desaparición de la prensa en papel.
  • Eso no sucederá nunca. Siempre habrá lectores que quieran estar informados de todo lo que ocurre leyendo periódicos en papel. Y eso es así porque el periodismo clásico, el de siempre, está en los periódicos. Tu puedes hacer un periódico digital y lo que tienes no es un periódico, sino una página de internet. Y en este panorama tan cambiante, lo que sobrevive es el periodismo clásico, el de verdad. En realidad, si uno se fija en las páginas informativas que tienen mayor número de visitas, descubre que quienes están detrás de ellas son grandes medios informativos, que saben hacer periódicos, que han aprendido en ellos a informar y servir a su sociedad. Yo, cuando me jubile dentro de unos años y esté descansando en Orihuela del Tremedal, seguiré leyendo todos los días HERALDO.
  • ¿Está en peligro la Constitución?
  • No es que esté en peligro la Constitución, sino que lo que está en peligro es la propia nación que, como sujeto político, es la base del texto constitucional. Cuando España redactó su primera Constitución, en las Cortes de Cádiz, el país estaba en guerra porque había sido invadido por las tropas francesas. Aquellos hombres tenían muy claro que España era suya y no podía venir nadie a quitársela. Esa idea es la que está hoy en desuso. La izquierda se ha acabado uniendo al separatismo con la única intención de impedir a toda costa que la derecha llegue al poder. Esto, a lo que nos hemos acostumbrado, era impensable en el PSOE de Felipe González. Hace unos meses el presidente español tomaba la palabra en el homenaje a Miguel Ángel Blanco en Ermua y aseguraba que «hoy Euskadi y España son países libres y en paz». A mí esta afirmación me parece increíble. Y estamos caminando en esta dirección a tal velocidad, que, como no pongamos pie en pared, esto se nos llevará por delante.
  • Teme que España se rompa.
  • Y un país es muy difícil de rehacer una vez que se ha roto. Si lo intentas luego, te pasa como con los armarios de Ikea, que te sobran o faltan piezas. Afortunadamente, parece que poco a poco se está generando cierta conciencia sobre lo que está ocurriendo. En julio pasado, históricos del PSOE firmaron un manifiesto contra el proyecto de Ley de Memoria Democrática del Gobierno de Pedro Sánchez, por considerar que tergiversaba el «gran pacto constitucional» de 1978. ¿Qué sucede para que Juan José Laborda o Julián García Vargas se espanten por lo que está pasando? Yo creo que se asustan con motivo.
  • Usted es terrible con el micrófono en la mano y encantador en las tertulias de sobremesa.
  • Cada uno es como es y al final la radio te desnuda. Muchos asuntos políticos me indignan y creo que se nota. Pero cada uno es hijo de su tiempo, y yo lo soy también de un zapatero de un pueblo de Teruel y de una maestra riojana. Y tengo una parte seria, aragonesa, y otra más alegre, riojana. Cada uno es como es; se puede ser duro por las mañanas y amable por las tardes, y creo que eso no tiene mayor importancia. Otra cosa es no ser nada.
  • Ha aprovechado las vacaciones para trabajar en nuevos proyectos literarios. ¿Su próximo libro será de…?
  • Se titulará ‘El retorno de la derecha’ y se publicará seguramente en Navidades, con la ayuda de dos vírgenes, la del Pilar y la del Tremedal. Me parecía muy interesante escribir la crónica de lo que se han vivido estos últimos años del gobierno de Sanchez, en los que prácticamente ha desaparecido de la escena pública Ciudadanos, e incluso el PP pudo haberlo hecho; años en los que, además, VOX ha irrumpido con fuerza. He intentado explicar al lector, y explicarme a mi mismo, lo que ha sido la derecha en nuestra democracia, de dónde vienen sus complejos… En realidad he escrito un ensayo de la derecha en democracia. La derecha española y su trasfondo son un asunto a estudiar, y he intentado hacerlo a partir de la experiencia de tantos años intentando explicar sus problemas. En ella han estado, o están, personas y formaciones dispares, como Adolfo Suárez, Manuel Fraga, Leopoldo Calvo Sotelo, el PP, Ciudadanos, UPyD, Vox, el PP de Rajoy, el PP de Ayuso…
  • Un periodismo aguerrido y polemista
  • Iba para poeta, profesor de instituto o incluso político, pero al final la vida de Federico Jiménez Losantos ha estado, y está, ligada a la información. Nacido en Orihuela del Tremedal (Teruel) en 1951, estudió Filosofía y Letras en la Universidad de Zaragoza y posteriormente Filología Española en la de Barcelona. Militante en organizaciones antifranquistas de izquierda, un viaje a China en 1976 le hizo alejarse del comunismo hasta convertirse en uno de sus principales azotes. Hoy se define ideológicamente como liberal y ateo.
  • En la Transición, establecido en Barcelona, se inició en el mundo de la información colaborando en revistas culturales y de izquierda. Llegó a las páginas de los periódicos de la mano de ‘El País’. Fue promotor del llamado ‘Manifiesto de los 2300’, en el que los firmantes se oponían a la ley de inmersión lingüística del catalán en la educación escolar. Crítico feroz del nacionalismo, en 1981 fue secuestrado por Terra Lliure, que lo abandonó atado a un árbol tras dispararle en una rodilla.
  • Trasladado a Madrid, empezó a escribir en ‘Diario 16’, primero, y posteriormente en ‘Abc’. En los años 80 y 90 participó o lideró programas de radio y televisión en distintas emisoras, hasta que en 2009 se convirtió en uno de los cimientos, junto a César Vidal y Luis Herrero, de una nueva emisora, Esradio, del grupo Libertad Digital. Allí sigue, y encabeza ‘Es la mañana de Federico’, programa que se emite también en Libertad Digital Televisión, y donde ejerce un periodismo aguerrido y polemista que tiene cientos de miles de defensores y detractores. En prensa escrita, en la actualidad es columnista del diario ‘El Mundo’.



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