Fallece José Antonio Baeza, ex Radio Popular de Las Palmas

José Antonio Baeza

Alberto García Saleh escribe en laprovincia.es que el pasado martes fallecía en Las Palmas de Gran Canaria uno de los gestores de medios de comunicación más intuitivos y sagaces del Archipiélago. Un parkinson acababa con la vida, a los 86 años, de José Antonio Baeza Betancort, cuyo talento para conseguir el éxito en las ondas en medio de las situaciones más complicadas resulta poco menos que inigualable.



Baeza ya dio muestras de ser un hombre especial cuando, siendo un niño en el colegio de los Jesuitas en el que estudiaba, le otorgaron la distinción de Príncipe en varias ocasiones, un galardón que recaía en el más inteligente de todo el centro y que también lograría el propio Jerónimo Saavedra, con cuya vida existen varios paralelismos. Baeza siempre mostró ser una persona sólida intelectualmente en numerosos ámbitos, aunque su mayor aportación provino de su especial vinculación con los medios de comunicación.

El periodista grancanario fundó y dirigió al principio de su carrera, por encargo del Obispo Infantes Florido, la emisora Radio Popular de Las Palmas, creada por la Diócesis de Canarias como sucesora de otra mucho más antigua que se llamaba Radio Catedral. En un momento en el que el espectro radiofónico local era ocupado por Radio Las Palmas, Radio Atlántico y Radio Ecca, Radio Popular de Las Palmas comenzaba sus emisiones en septiembre de 1971, animada, desde el comienzo de su andadura, por un espíritu claro de apoyar las ansias reformistas de la mayoría de la población y servir de voz al clima de transición que se palpaba en la calle. Su primer golpe maestro fue transformarla en una emisora de verdad, en un hogar de democracia dentro de la dictadura, para lo que reunió a un grupo de profesionales de entre lo mejor del periodismo que había entonces en la Isla.

Régimen
En un momento en el que la censura aún contaminaba las noticias de los informativos y cuando los periodistas tenían que conseguir el visto bueno del régimen, concretamente de los funcionarios del Ministerio de Información y Turismo, Baeza llevaba la noticia para conseguir la aprobación de los funcionarios de la funesta dictadura, pero luego, en la radio, contaba la verdad. Un riesgo muy alto que le costó varios expedientes y alguna que otra multa gubernativa de la que tuvo que pagar 25.000 pesetas de la época. Sea como fuera, Radio Popular, durante los años que lo dirigió Baeza, fue un reducto para los demócratas y la información libre en un país muy oscuro. Por allí pasaron Gonzalo Monasterio y Cristóbal Campos, dos ilustres pioneros de la radio en Canarias, Paco Montesdeoca, Jefe de Programas y Emisiones de la emisora y posteriormente presentador del Telecanarias y, más tarde, hombre del tiempo en la Primera de TVE durante muchos años. También estuvo Alicia Fernández, que llegó a dirigir Radio Nacional de España; Flora Martín, una de las locutoras más populares de Canarias, Antonio Betancor, que luego fue uno de los presentadores de Tenderete o Esteban Morales, un todo terreno que combinaba su presencia ante el micrófono con el apoyo a la gestión de la dirección de la emisora. Pero también Pepe Alemán, Antonio Ojeda Frías, Pepe Orive, Manolo Rodríguez, Fernando Díaz Cutillas o Antonio Cruz Domínguez. Fundó y dirigió Radio Popular cuando era simplemente un grupo de emisoras diocesanas, que funcionaban autónomamente, sin la centralización que ahora tienen las emisoras a través de la cadena Cope, a la que pertenecía exclusivamente porque todas las emisoras de entonces tenían que estar vinculadas a una cadena nacional.

Tras ser protagonista y notario de excepción del tránsito de la dictadura a la democracia, disfrutando de una emisora sólida y saneada, líder de audiencias, Baeza debió afrontar un segundo gran reto profesional, a raíz de que las emisoras integradas en la Cadena Cope pierden su condición de emisoras fundamentalmente locales y son obligadas a emitir en Cadena la mayor parte de sus programas. Esta suerte de colonización fue una consecuencia del fichaje de las grandes estrellas de la radio por parte de las cadenas. En el caso de la Cope el fichaje para las mañana fue Luis del Olmo, que llegaba procedente de Radio Nacional a golpe de talonario, y para las tardes Encarna Sánchez. La jugada ponía en cuestión el importante altavoz que tenía la provincia de Las Palmas en las ondas hertzianas y, al tiempo, hacía peligrar los puestos de trabajo de su plantilla. Y es entonces cuando José Antonio Baeza, una vez más con la idea de sobrevivir en otro panorama hostil, tiene una nueva iniciativa inteligente. Por aquel entonces la dinámica de la radio se centralizaba en la emisión a través de las ondas medias, por lo que las FM permanecían en una situación de abandono. Era un tipo de frecuencia que sobrevivía de una forma algo mortecina porque estaba casi inexplorada.

Yendo contra las inercias radiofónicas del momento, Baeza se arriesga y traslada toda su programación de Radio Popular a la FM y logra dar un impulso a este tipo de frecuencia. Allí también estuvieron trabajando gente destacada del periodismo de Canarias. Entre ellos estaba José Luis Díaz que más tarde dirigió programas informativos de Canarias Radio. O Antonio Cacereño, actual director de LA PROVINCIA / DLP. También pasaron Valentín Auyanet, Loreto Gutiérrez, Evelio Portillo, José María Hernández Ravina, Rosi Morera o Francisco Javier Chavanel, entre otros. Radio Popular se distinguió siempre por ser capaz de nuclear equipos de periodistas muy selectos y puede presumir de ser la emisora de radio donde se generó lo mejor de las ondas de Canarias. Entre otras actividades, tuvo una división de enseñanza, donde estuvo gente como Ana Doreste Suárez que, aparte de docente, ha sido una de las líderes históricas del feminismo en Canarias, además de otros nombres ilustres como Gonzalo Jiménez Ventura, o Rafael Rivero, una institución y un adelantado a su tiempo con sus programas y cursos sobre dietética. En esta última época, durante varios años, Baeza combinaba su trabajo en la radio con la labor como profesor de filosofía en la Facultad de Derecho de la Universidad de Las Palmas de Gran Canaria.

Pero cuando las cadenas empiezan a apretar también en la frecuencia modulada, con nuevos fichajes de otras figuras, en este caso José María García, que trae consigo una nueva limitación de la parcela local de Cope Las Palmas y vuelven a peligrar de nuevo puestos de trabajo, Baeza monta su tercer y último proyecto dentro de su trayectoria como gestor de medios de comunicación. Junto a quién era su adjunto en Radio Popular, Esteban Morales, deciden montar, aprovechando los resquicios existentes en la legislación reguladora de las frecuencias de radio, Radio Libertad. La propia denominación y el eslogan que la acompañaba –la radio sin cadenas- era toda una declaración de intenciones y un resumen de su filosofía: nacía para ser voz exclusivamente local en un espectro radiofónico copado por las cadenas estatales. De su necesidad y de la expectación que generó su nacimiento da cuenta el hecho de que el día que inició sus emisiones ya contaba con una facturación de un millón de pesetas, una cantidad respetable para la época.

La emisora arraigó pronto entre los oyentes y se convirtió en un curioso fenómeno social. Su plantilla se nutrió, fundamentalmente, de personal procedente de Radio Popular. Entre ellos se contaban Higinio Rayo, una de las leyendas de la radio musical de Canarias; Candelaria Delgado, pionera en el ejercicio de una función entonces inexistente en la radio canaria, la de productora, y hoy Directora de Producto, Comunicación y Marketing de Televisión Canaria; José Antonio Cabrera, que luego sería jefe de gabinete y de prensa de varias instituciones; Reyes Martel, que hoy es jueza de Menores; Jesús Alberto Rodríguez, actual jefe de deportes de la Televisión Canaria; Nicolás López, jefe de deportes de la Ser; Armando Vallejo, presentador de deportes de la tele canaria, o la propia hija del periodista, Isabel Baeza, que hoy es una de las caras visibles de la Televisión Canaria. Y, junto a ellos, una pléyade de colaboradores para atender todas las áreas que cubría la emisora, entre la que destacaba la información del motor y las transmisiones de las pruebas automovilísticas, que coordinaba Emilio Macías.

El proyecto de Radio Libertad tuvo, al tercer año de su fundación, un hijo televisivo, Libertad Televisión, que también fue pionero en muchos aspectos de la historia de la televisión en las islas y, especialmente, en el área de informativos, donde puso en marcha un equipo que más tarde sería la base de la plantilla de la Televisión Autonómica en Las Palmas de Gran Canaria. Tras este proyecto, que duró en total unos siete años, Baeza dejó el mundo de la comunicación y se dedicó diversas actividades docentes, entre ellas las de dar cursos de inteligencia emocional a profesorado para incorporarla a la enseñanza a través del sindicato Ampe; y a la escritura, publicando una docena de libros, en los que abordaba, entre otras cosas, inteligencia emocional y filosofía.

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