Entre 1924 y 1925 nacieron Radio España y Unión Radio. Sus ondas precedieron a las de EAJ-49 Radio Toledo

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Rafael Del Cerro Malagón escribe en ABC que los inicios de la radiodifusión en España se fechan en 1924. La primera estación tolerada por la Dictadura de Primo de Rivera, y con inestables fases, fue Radio Ibérica, aunque formalmente registrada en sexto lugar. En el pasado artículo (3/4/2022) referimos que sus pruebas las captaron en la geografía toledana escasos oyentes con arcaicos aparatos de galena y en una velada especial, el 30 de septiembre de 1924, en el Teatro Rojas. Entre 1924 y 1927, su programación fue reseñada por el diario toledano El Castellano que, a su vez, la tomaba del semanario TSH (Telegrafía Sin Hilos), dirigido por Arturo Pérez Camarero y director de la misma emisora desde 1925. A pesar de reunir medios de calidad, la falta de ingresos y el incremento de gastos arruinaron el proyecto frente al dinamismo de la competidora Unión Radio S.A., empresa dirigida por Ricardo Urgoiti y apoyada por multinacionales como RCA, ITT, AEG, Marconi, Ericson…



Hasta 1936, El Castellano también incluyó las emisiones de la breve EAJ-4 Radio Castilla que, en 1927, junto a Radio Ibérica fue adquirida por Unión Radio S.A. El periódico añadiría las parrillas de otras dos estaciones que surcaron el valle del Tajo: EAJ-2 Radio España y EAJ-49 Radio Toledo. Esta última emisora, cuya historia la abordaremos en otra ocasión, iniciaría sus pruebas en 1933.

Unión Radio y Toledo
El 17 de junio de 1925 Alfonso XIII inauguró oficialmente la emisora ubicada en la Gran Vía madrileña. Al principio, los horarios de sus emisiones alternarían con los de otras estaciones según fijaba la Junta Técnica e Inspectora de Telégrafos. En los años treinta ya ofrecía tres tramos separados: la mañana, la sobremesa y la tarde-noche. Músicos y cantantes de diversos géneros acudían a los estudios, como el popular compositor de Ajofrín, Jacinto Guerrero, interpretando sus partituras en el piano. Se añadían noticias, charlas, la bolsa, diversiones, el tiempo y retrasmisiones especiales.

Unión Radio editó la revista Ondas que aportará algunas reseñas toledanas, como los afiliados, en 1926, a la Unión de Radioyentes residentes en Illescas, El Carpio de Tajo, Los Yébenes, Fuensalida, La Calzada de Oropesa, Mora, Urda, Villacañas o Villatobas, la mayoría vinculados a Telégrafos, algunos médicos y un maestro. Otra reseña es la emisión, en 1926, del III Congreso Eucarístico Nacional desde la Catedral, cuya factura supuso 811,75 pesetas. Se sabe que para ello Standard Eléctrica instaló “veinticuatro potentes altavoces” en las naves del templo. Meses antes, en los estudios de Madrid, la profesora toledana Inés Cutanda ya había disertado sobre la seo primada.

El 12 de abril de 1927 Unión Radio dedicó un programa a Toledo, también reemitido por Radio Barcelona. Se oyeron los saludos de todas las autoridades locales y los textos locutados por J. Polo Benito, Angel Vegue, Félix Urabayen, F. Jimenez Rojas, E. Ramírez Ángel, Francisco San Román, Calixto Serichol, R. Molina Nieto y música de Guerrero. Asimismo, intervino el alcalde de Talavera de la Reina, Justiniano López Brea. Días más tarde, El Proletario. Órgano de la Casa del Pueblo, criticó aquella emisión cuyo coste, seis mil pesetas, pagó «en buena parte el Ayuntamiento».

El 13 de diciembre de 1930, Unión Radio, retransmitió desde el propio Palacio Arzobispal algunos actos del Congreso Mariano Diocesano presididos por el cardenal Segura. En mayo de 1931, José Ballester, el primer alcalde republicano de Toledo, a través de Unión Radio, invitó a la audiencia a visitar la ciudad el día del Corpus. El 28 de mayo de 1935, con motivo del III Centenario de la muerte de Lope de Vega, la misma emisora radió desde el Teatro Rojas una gran velada con lecturas, representaciones, la coral del Instituto, música de la Academia y la aplaudida presencia de los dramaturgos Serafín y Joaquín Álvarez Quintero con el popular maestro Alonso.

Zocodover y Radio España
En los años veinte, los cafés más céntricos ya tenían «pianolas automáticas» -en 1929, la del Bar Toledo ofrecía los ritmos de las jazz-band- y nuevos receptores de radios de válvulas. En la tercera década, el Casino estrenó el cine sonoro mientras surgían muchos discos con pegadizos cuplés, coplas, música clásica y de baile: un gran apoyo de las emisoras para atraer más oyentes. En esta creciente realidad hubo, en mayo de 1931, una ilusionante, pero fallida, propuesta del concejal González Alegre para fomentar la cultura de la ciudadanía: la instalación de altavoces en las plazas del Ayuntamiento y de Zocodover para emitir programas de radio, audiciones o cualquier aviso público.

Mientras, El Castellano seguía publicando los programas de Unión Radio y de EAJ-2 Radio España, estación registrada en Madrid, en el verano de 1924. Según expresa el investigador Angel Faus (2007), tuvo una «paternidad dudosa y una gestación difícil», sufriendo renovaciones societarias hasta su cierre. En marzo de 1925 ya hubo un cambio de patronos que crearon la sociedad Radio España SA, pudiendo regularizar las emisiones en 1926 y obtener la concesión definitiva en agosto de 1927.

Así, un mes después, El Castellano anunciaba a los lectores la creación de Radio España, pidiendo que todos los católicos se inscribiesen en la Asociación de Sinhilistas Españoles para ayudarla a difundir «nuestras ideas y doctrinas». Aquel ruego se enmarca en el progresivo interés de la Iglesia española para dotarse de sus propios medios de comunicación, según se fijó en las tres asambleas de la Buena Prensa habidas en 1904, 1908 y en la de 1924 celebrada en Toledo. De ellas surgieron periódicos, revistas e, incluso, prensa infantil. En Lugano (Suiza, 1924) se abordó abrir en cada país emisoras de «telefonía inalámbrica». Propuesta defendida por el sacerdote Ildefonso Montero (1883-1936), director de la fundación Ora et Labora, que años después sería canónigo tesorero de la Primada, cuya semblanza ha estudiado Miguel Ángel Dionisio Vivas.

Hasta 1936 Radio España emitió tramos de dos horas en la sobremesa y en la tarde-noche, y un espacio matinal los domingos con una «emisión religiosa». Cada tramo se abría con las «notas de sintonía» previas a todo tipo de música, canciones, charlas, noticias, cursos y las peticiones del oyente al final del día. El 22 de abril de 1936, hubo otra refundación empresarial a cargo de la Sociedad Cultural Radio España que adquirió la emisora por 7.000 pesetas. Al frente del grupo figuraba Carlos Rodríguez San Pedro, que ya fue miembro de la Junta Nacional de Prensa Católica, constituida en 1925 por el arzobispo de Toledo, F. Reig Casanova. Durante la Guerra Civil, la emisora, como otras muchas, fue incautada y gestionada por los bandos contendientes antes de volver a manos privadas. El 2001 llegaría su final y el silencio del histórico indicativo EAJ-2 Radio España en la onda media.

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