En 1924, en el Teatro Rojas se escuchó la primera sesión emitida desde Madrid por Radio Ibérica dedicada a Toledo

Radio Ibérica

Rafael Del Cerro Malagón escribe en ABC que la base constitucional de 1876 fue liquidada por el general Primo de Rivera al impulsar un Directorio militar en septiembre de 1923. En ese momento, en Madrid, dos empresas que vendían equipos de radiotelefonía fundaron una tercera, Radio Ibérica S.A. que, al margen de los objetivos previstos, a finales de año, emitió con éxito el sorteo de Navidad por «telefonía sin hilos» (radio). Después se hicieron otras pruebas aisladas hasta crear, en abril de 1924, una emisora con contenidos sistemáticos para una corta audiencia dueña de frágiles receptores de galena. Sin embargo, los crecientes gastos de producción motivaron muchas etapas silentes que llenarían los programas editados por un grupo de comerciantes del ramo de la radioelectricidad con el indicativo de Radio Madrid, sin nexo alguno con la actual cabecera de la cadena SER. Aquel medio funcionó de mayo a junio de 1924, cuando ya nacía una ordenación española de las ondas.



El 14 de junio, una Real Orden reguló las estaciones privadas fijando la potencia, tasas, períodos de emisión, contenidos o las cuotas por la radioescucha. Las primeras emisoras registradas y más próximas a la geografía toledana fueron las madrileñas: EAJ-2 Radio España, EAJ-4 Radio Castilla (creada por Antonio Castilla) y EAJ-6 Radio Ibérica, ya con nuevos accionistas. En 1925, desde la Gran Vía, inició sus emisiones EAJ-7 Unión Radio. Las ondas de todas ellas se anticiparon en Toledo a las emitidas, a partir de 1933, por la hoy decana EAJ-49 Radio Toledo, la primera estación habida en la ciudad a partir de un Decreto que, en 1932, alumbraría numerosas emisoras locales.

Radios en el escaparate
Desde 1922, una de las empresas matrices de Radio Ibérica ya comercializaba «receptores de telegrafía sin hilos para recibir conciertos y audiciones radiotelegráficas y radiotelefónicas» emitidas desde el extranjero. Solo una selecta minoría social podía acceder a los aparatos más potentes cuyo precio superaba las mil pesetas. En abril de 1924, en Toledo, E. Gullón avisaba al público que, «en breve», en su local de la calle del Comercio, 14, podía probar los aparatos de «telefonía sin hilos Establissments, GMR. de París». Meses después los recomendaba a «aficionados, casinos, cafés y bares», a partir de 200 pesetas. Un maestro percibía en esos años menos de cinco pesetas diarias. Por entonces, en la misma calle, Casa Álvarez proclamaba ser la primera tienda en Toledo que vendía «aparatos de Radiotelefonía y accesorios para [su] construcción».

Estos ejemplos confirman el creciente interés por la radio en una doble dirección: quienes montaban sus propios receptores de galena –lo que eludía pagar la tasa anual por la compra y tenencia de una aparato- y avanzados radioaficionados que probaban sus propias emisiones. Estos últimos solían informarse por los artículos de ciertas revistas o bien a través de nuevas academias por correspondencia, como la creada por un pionero de la radio en España, Julio Cervera Baviera (1854-1927), cuya Institución Cervera se publicitó en la presa toledana hasta1922.

Por otra parte, el poder de la radio como un amplio medio de comunicación lo podemos ver en otros detalles de la vida toledana. En 1924, el maestro de Orgaz, Alfonso Ruiz Recuenco, en un artículo, «La radiotelefonía y la enseñanza», aparecido en La Bandera Profesional, pedía al Ministerio de Instrucción Pública y Bellas Artes que se dotase de aparatos de radio a todos los centros de cultura. En 1925 el colegio de los Hermanos Maristas, en su flamante edificio de la calle Alfonso XII, ofrecía entre sus modernos recursos didácticos una «estación-radio», tal vez la montada por un profesor de Física el año anterior, según había notificado otra gaceta de prensa.

Radio Ibérica
El periodista Arturo Pérez Camarero fue, desde julio de 1925, el principal efectivo de esta emisora. Procedía del diario La Libertad, donde escribía con el seudónimo de «Micrófono». Dirigió una revista semanal dedicada a la radio, TSH (Telegrafía Sin Hilos, 1924-1926) que recogía las emisiones de Radio Ibérica, luego reproducidas por el diario toledano El Castellano. Esta fuente nos acerca a la radiodifusión -o «broadcasting»- de los primeros programas regularizados que se escucharon en nuestra provincia.

Desde septiembre de 1924 se inserta la programación de las emisiones, entre las siete de la tarde y la media noche que, en 1925, según fuesen días pares o impares, la Junta Técnica e Inspectora de Radiocomunicación obligaba a alternar los horarios nocturnos con las emisiones de Unión Radio. Se emitía música y canto –siempre en directo- charlas, cotizaciones de la bolsa, previsión del tiempo y las señales horarias. Desde los inicios, las populares partituras del toledano Jacinto Guerrero fueron un habitual recurso de cantantes y grupos instrumentales en las veladas radiadas.

El domingo 29 de septiembre de 1924, en el Teatro Rojas, hubo una función a favor del Comedor de Caridad actuando la cantante y bailarina Mireya. La precedió una charla de Enrique Mata sobre la radiotelefonía y una audición, en directo, de Radio Ibérica. Días antes, tres técnicos de Telégrafos (Heraclio Valiente, Gregorio Rojos y el referido Mata), entregados a difundir en nuevo medio, habían probado con éxito unos receptores en la sede de la Sociedad Arte –entonces ubicada en la calle de la Sierpe- donde se gestó la velada del Rojas. La crónica del día 30 recoge que, por los altavoces, llegaron a la sala unas audiciones «claras, limpias y potentes». La gaceta añade: «Un dato para la historia de la radiotelefonía…Toledo ha sido, en la noche de ayer, la primera población de España que ha escuchado en alta voz y en un local cerrado, espacioso y lleno de público que ha pagado su localidad los conciertos trasmitidos sin hilos metálicos». La crónica agradeció el saludo dirigido a Toledo desde la emisora y felicitó a «los señores de la Riva», los verdaderos impulsores de Radio Ibérica.

La noche del 17 de noviembre de 1924 intervino ante el micrófono el reconocido periodista toledano Rómulo Muro (1867-1927) leyendo una composición propia: Poesías de la tierra de don Quijote. La prensa local omitió la guía diaria de Radio Ibérica en 1925, tan sólo, por otra fuente periodística, sabemos de una conferencia, el 19 de abril, sobre la Labor pedagógica de Escuela Central de Gimnasia, a cargo del profesor Adolfo Revuelta que, años después, dirigiría un curso para los maestros toledanos. El vacío informativo sobre esta estación se extendió a 1926. La postrera alusión apareció en El Castellano, el 12 de marzo de 1927, para avisar del «reciente acuerdo» de Radio Ibérica con Unión Radio. En realidad, aquello fue la compra que ésta última empresa hacía de la primera, al tiempo que también adquiría Radio Castilla y otras estaciones para ir preparando una futura cadena.

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