‘Ellas improvisan’: el programa de radio de la cárcel de A Lama que emula ‘El Faro’ de Mara Torres

Cada mañana, Alfredo y su pareja van a la cárcel de A Lama a trabajar con El Faro de Mara Torres de fondo en el coche. El educador de la prisión reconoce que al principio le preguntaba a su mujer: «¿¡Otra vez El Faro!?». Pero tardó poco tiempo en engancharse y volverse un oyente más. Gracias a eso, un día tuvo una idea: trasladar el formato del programa de la SER a la radio de la prisión de Pontevedra. De ahí surgió ‘Ellas improvisan’.



Como explica Mara Torres, la diferencia entre su programa y el que propuso Alfredo es que en el de la cárcel las presas no conocen la palabra del día hasta que no se sientan delante del micrófono. Un reto para este grupo de mujeres, que tienen que ir reflexionando y aportando ideas sobre la marcha.

La radio es para ellas una manera de evadirse. «Aprendo muchísimas cosas, me encanta. Estar aquí es muy complicado y la radio es lo mejor», asegura Masiel, una de las internas que participa en el programa. En ‘Ellas Improvisan’ han hablado de la música, de la felicidad o del perdón, y en esta edición especial de ‘El Faro’ lo hacen sobre el tiempo.

‘Ellas improvisan’ sobre la palabra tiempo
El tiempo pasa de una manera distinta dentro de los muros de una cárcel. Por eso, ‘tiempo’ ha sido la palabra escogida para unir ‘El Faro’ y ‘Ellas improvisan’. Junto a Mara Torres se han sentado Rocío, Begoña, Masiel y Carlota, cuatro de las internas que suelen participar en el programa de A Lama. Todas ellas comparten una misma idea: que el tiempo se hace más largo cuando uno está privado de libertad. Y que hacer cosas en ese tiempo es vital para que la condena pase rápido.

«El tiempo aquí en la prisión es muy relativo», dice Carlota. «No pasa, es como si el reloj fuese hacia atrás». Para Masiel, lo importante es tener actividades para entretenerse: «Estoy en fútbol, en la escuela de cocina… hago muchas cosas y el tiempo se me pasa rápido. Pero por la noche, de repente se para. A las ocho te metes en el »chabolo’ y ahí empieza la realidad de todo esto». Su sensación la comparte Rocío, que asegura que entrar en la celda después de la cena es «horrible».

En la radio, la cosa es diferente. Durante una hora a la semana disfrutan delante del micrófono haciendo un programa que se reemite todos los días en la emisora de la cárcel. El resto de internos lo escuchan y lo comentan. Este hermanamiento con ‘El Faro’ también podrán escucharlo. En la SER o en la radio del Centro Penitenciario A Lama. Aunque Masiel tiene claro que no va a olvidarlo «esto va a quedar para toda mi vida, gracias».

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