El videopodcast ‘Sí soy’ de Radio Bilbao se ha trasladado hasta la Facultad de las Ciencias Sociales y la Comunicación

Radio Bilbao

Los cuatro estudiantes que participan en el especial ‘Sí Soy’ sobre las elecciones municipales y forales saben bien quién es el alcalde o alcaldesa de su municipio, no así el diputado general de Bizkaia. Es un buen resumen del seguimiento que hacen de la actualidad y que están realizando de estos comicios. El videopodcast de Radio Bilbao se ha trasladado a la Facultad de las Ciencias Sociales y la Comunicación para charlar con varios jóvenes sobre cómo ven la actividad política y conocer sus inquietudes y preocupaciones que harán inclinar su voto.



Los cuatro estudiantes que participan en el especial ‘Sí Soy’ sobre las elecciones municipales y forales saben bien quién es el alcalde o alcaldesa de su municipio, no así el diputado general de Bizkaia. Es un buen resumen del seguimiento que hacen de la actualidad y que están realizando de estos comicios. El videopodcast de Radio Bilbao se ha trasladado a la Facultad de las Ciencias Sociales y la Comunicación para charlar con varios jóvenes sobre cómo ven la actividad política y conocer sus inquietudes y preocupaciones que harán inclinar su voto.

Paula Gutiérrez-Ponte, Guillermo Sabas, Alba Agüero y Juncal Munduate se sientan en la mesa de Radio Bilbao para explicar su visión en torno a las políticas que rodean temas que les preocupan, como la emancipación, el acceso al mercado laboral y su precarización, la movilidad por el territorio o el ocio y la cultura. «Me dejo guiar más por las políticas sociales y las propuestas para mejorar la calidad de vida de las personas, más que el nacionalismo o el independentismo en sí», reconocía Paula y asentían el resto al unísono.

«Salir de casa de tus viejos»
En Bizkaia, según datos de un estudio del Gobierno vasco, alquilar un piso cuesta de media 700 euros al mes. El metro cuadrado a la hora de comprar está en 2.900 euros. «Yo aspiro a comprar una casa, pero empezaremos alquilando, sobre todo, viviendo en Getxo», admite Guillermo en Radio Bilbao. Alba, en cambio, dará «un poco de guerra aún» a sus padres porque no tiene previsto salir en el corto plazo. Sobre salir de su municipio actual, Juncal tiene claro que unos años se iría de su localidad natal, de Irun, sobre todo «por tema de oportunidades laborales».

Las ayudas son insuficientes para los cuatro estudiantes. «Es una ayuda significante, pero no es definitiva», señalan. Las ayudas están «bien», pero debería ir en base a los precios del alquiler, a juicio de Paula. «Es necesario regular el precio del alquiler y de los precios. Además, me parece muy importante dar un uso a la vivienda vacía existente en Bilbao y dejar de construir tanto», añade.

«Llegar a tener un curro digno»
El mercado laboral de Bizkaia tiene dos problemas fundamentales, según la Diputación. Por un lado, la cronificación y, por otro, el desajuste entre competencias y necesidades de las empresas. «Lo del máster, se ha convertido en una necesidad, pero me parece complicado, al menos algo a analizar, porque tienes que seguir pagando», critica Paula. El acento, sin embargo, lo pone en encontrar un trabajo digno. Alba teme que cuando termine la carrera no trabaje de lo que ha estudiado: «Muchas veces lo que se pide es experiencia y es algo que los jóvenes no tenemos. Por eso nos cuenta encontrar un trabajo»:

Para Guillermo, la oferta de másteres fuera de Euskadi impulsará su salida de casa para realizar estos estudios. «Yo siempre he barajado la posibilidad de irme fuera, incluso al extranjero, pero con ‘v’ de vuelta porque me gusta estar donde estoy». En relación a trabajar toda la vida en la misma empresa, como ocurría con sus padres, Juncal cree que es «muy complicado» llegar a tener antigüedades de 40 años en una misma empresa. «Me gustaría tocar muchos palos», sentencia en la SER.

«Moverte por Bizkaia»
Dos de cada tres jóvenes vascos se mueven de forma sostenible, según el Gobierno Vasco. En Bizkaia, la red de transporte público es muy amplia con Metro Bilbao, Bizkaibus, Renfe, tranvía y autobuses urbanos. «Si tuviera que mejorar algo en el transporte público, sería el tema de horarios nocturnos», anuncia Alba, quien tiene que subir en coche a la universidad porque no tiene cortas frecuencias de autobús desde Etxebarri. Lo mismo cree Guillermo, que tiene que esperar dos horas cuando sale de fiesta hasta que el metro realiza sus primeros servicios.

Los municipios ya están trabajando en planes para crear zonas de bajas emisiones, a pesar de que tendrían que estar en funcionamiento desde principios de año. Juncal es usuaria además de Bilbobizi. Sueña con una ciudad pensada para el peatón y para las bicicletas porque ahora mismo «hay muchos coches y tienes poco espacio para andar por las carreteras cuando no hay carriles bici». Para Paula es «un puntazo» peatonalizar los centros, tanto para que las bicicletas y peatones se muevan, como para que las personas con movilidad reducida o mayores puedan hacerlo con seguridad».

«Cenas, birras, conciertos y demás cultura»
Juncal se hasta entre 15 y 20 euros una noche que sale a cenar. Admite que en Bilbao acude a grandes cadenas, pero en su localidad natal va a restaurantes locales. Alba intenta ir siempre que puede a bares locales: «Los precios de la capital a los municipios se notan mucho, Bilbao es más caro. Otra cosa es que quieras salir del pueblo porque ya te cansas de las caras». Sobre el ruido, que tantos problemas genera en lugares como Pozas o Somera, Guillermo cree que la presencia policial no hace mucho. «Es meramente disuasorio».

En un aspecto musical, estos cuatro jóvenes aseguran que pagarían por acudir a festivales con artistas locales. «Hay alternativas para conciertos de bandas del pueblo, sin embargo, en Bilbao veo que se fomenta mucho traer artistas internacionales, pero dejan de lado el talento local emergente», reflexiona Paula en ‘Sí soy’.

También piden más bonos culturales para comprar libros y discos por parte de las Juntas Generales y ayuntamientos. Sobre todo, que no se puedan llegar a más jóvenes y no solo a los 18 años, en referencia al bono de 400 euros para los jóvenes de 18 años que repartió el Gobierno español. «Con menos cantidad, podrían haber abarcado más rango de edad», calculan Juncal y Alba.

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