Lavozdigital.es informa que la sesión plenaria correspondiente a marzo en el Ayuntamiento de Cádiz ha comenzado este viernes (el último del mes) con acuerdo, con respeto y reconocimiento en forma de consenso de los cinco grupos políticos que lo forman. Es el entendimiento que genera el cariño a las figuras, personas o instituciones nombradas como nuevos hijos predilectos o adoptivos, así como la entidad receptora de la medalla de oro de la ciudad.
Así -a modo de prólogo y a propuesta de Alcaldía y Gobierno local- han recibido la condición de gaditanos de honor el que fuera alcalde por el PSOE desde 1979 hasta 1995, Carlos Díaz Medina, una figura ya reconocida hasta por su propio partido que le apartó del cargo, y que ha quedado como referencia de dirigente dialogante, afable y negociador.
Aunque vive en Cádiz desde su primera infancia, nació en Sevilla. Idéntico prestigio suscita el periodista vejeriego, Juan Manzorro Burguillos, fallecido el pasado sábado de Carnaval tras una carrera en la que sembró generosidad, bonhomía y un gran cariño por las tradiciones gaditanas que supo contar, ensalzar y transmitir como ningún colega a través de la radiotelevisión pública de Andalucía. La diseñadora Teresa Torres Morgado, también propietaria del célebre Café de Levante, y la cirujana oncológica Pilar Moreno Paredes reciben también una denominación que aúna cariño vecinal con reconocimiento social y profesional.
En el apartado de hijos predilectos, los honrados este año son la enfermera Juana Delgado Pacheco, de la Unidad de Rehabilitación Cardiaca del Puerta del Mar; la empresaria turística Josefa Díaz Delgado; el constructor y benefactor Agustín Rubiales Plaza y, a título póstumo, el sacerdote Gabriel Delgado Álvarez, uno de los mayores valedores de la solidaridad con los inmigrantes y refugiados en la provincia de Cádiz.
En sus breves intervenciones, todos los portavoces celebraron la oportunidad de reconocer a «gaditanos que nos hacen mejores a todos», resaltó el alcalde. El edil no adscrito Domingo Villero incidió en la conveniencia de reconocer a los elegidos en vida, ya que dos de los honores son a título póstumo. Especialmente emocionante resultó la lectura de un intercambio de mensaje entre el portavoz Juancho Ortiz y Juan Manzorro, en el que el fallecido consideraba «excesivos tantos honores para un simple locutor».
Como gesto llamativo en una administración -como la municipal- que hace campaña constante por la educación pública y pone en cuestión el papel de la concertada, la medalla de oro de la ciudad de Cádiz este año ha ido para el colegio de Las Carmelitas, con motivo del 150 aniversario de su fundación.
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