Detenido en Francia Félicien Kabuga, fundador de Radio Mil Colinas de Rwanda

Felicien Kabuga

Por france24.com sabeños que el empresario hutu fue, además, el fundador de la radio pública Mil Colinas, un instrumento de propaganda que sirvió para llevar a cabo el genocidio de miles de tutsis.



Radio Mil Colinas está en la memoria de la infamia, una emisora desde la cual se coordinó y se impulsó un discurso de odio que terminó en una de las peores tragedias del siglo XX: el genocidio en Ruanda. Su fundador, Félicien Kabuga, fue arrestado en París, la ciudad en la que vivía con una identidad falsa, a sus 84 años.

Kabuga fue detenido por la Policía en Asnières-sur-Seine, tras ser requerido por tribunales internacionales por crímenes de lesa humanidad. Sobre él, pesa la acusación de ser el principal financiador de los extremistas de la etnia Hutu que acabaron con la vida de más de 800.000 personas en pocos meses en 1994.

Por más de 25 años, Félicien huyó de la Justicia, aunque era buscado por todos los medios. Incluso el gobierno de Estados Unidos ofrecía una recompensa de cinco millones de dólares por información que llevara a su captura.

La oficina del Tribunal Internacional de La Haya dijo, a través de un comunicado, que el hombre era escondido por sus hijos y fue arrestado en una “operación coordinada» que demandó búsquedas en varios lugares.

Por años, según la BBC, se creía que Kabuga era arropado y protegido por un sector del poder en Kenia. Pero su arresto sucedió a las afueras de París.
Las calaveras y los objetos personales de las víctimas del genocidio de Ruanda se ven como parte de una exhibición en el Genocidio Memorial en Gisozi en Kigali, Ruanda, 6 de abril de 2019.
Las calaveras y los objetos personales de las víctimas del genocidio de Ruanda se ven como parte de una exhibición en el Genocidio Memorial en Gisozi en Kigali, Ruanda, 6 de abril de 2019. © Baz Ratner /Reuters

¿Cuál fue el papel de Kabuga en el genocidio?
Primero, fue financiador de las llamadas Interahamwe, grupos paramilitares que hicieron el trabajo sucio del gobierno hutu: asesinatos masivos, mayoritariamente con machetes, de miembros de la etnia tutsi.

Kabuga además habría financiado la Radio Mil Colinas, un servicio informativo público que daba instrucciones e incluso felicitaba a los perpetradores de las masacres. La diplomática Samantha Power, testigo de los hechos, dijo para el portal The Conversation que “a los asesinos acostumbraban a llevar un machete en una mano y un radio en la otra”.

El ejemplo de Radio Mil Colinas ha sido ampliamente estudiado y abre el debate sobre la responsabilidad de la información al servicio de un poder y del periodismo en los conflictos.

Ahora, Kabuga deberá enfrentar las acusaciones y, para miles de familias tutsis, es una señal de que las heridas del genocidio solo cerrarán cuando haya verdad y justicia.

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