Cristina Mitre, Soy La Forte o Carolina Iglesias están al frente de algunos de los podcast más escuchados de España

Podcast

M. Hortelano escribe en lasprovincias.es: Dicen los que saben que María Teresa Campos abrió un día un camino a las mujeres periodistas en la tele y la radio. También que durante años, la reina de los micrófonos se llamó Julia Otero, y que no eras nadie en el mundo de la farándula si no habías pasado por el plató de una de las reinas de las mañanas. El poder femenino en la comunicación. Pero, ahora, las prescriptoras de temas, modas y asuntos varios de nuestras tertulias han dado el salto a un ciberespacio lejano, detrás de los micrófonos de un formato llamado podcast. Las nuevas ondas que se escuchan desde el móvil, dónde y cuándo quieras, y en las que eliges quién te cuenta qué y con qué estilo y duración. Y dentro de ese universo podcaster, los escuchantes ya han encontrado a algunas de sus nuevas referentes femeninas.



Cristina Mitre, Alma Andreu (Soy La Forte) y Carolina Iglesias acumulan miles de oyentes, seguidores en sus redes y adeptos a su formatos. Sus programas de podcast, ‘El podcast de Cristina Mitre’, ‘Mi patio de vecinas’ y ‘Estirando el chicle’, no faltaron en ninguno de los listados de los más escuchados de 2020 y comienzan a tener enormes comunidades, incluso por delante de algunos formatos respaldados por emisoras de radio o televisión. Los proyectos de las tres estarán, además, como cabezas de cartel en Podwoman, el evento que organiza la alcoyana María Santonja, una de las productoras más conocidas en el mundo del audio, para demostrar la fortaleza de las mujeres en el universo del sonido. El congreso, que se celebrará el próximo 6 de marzo de manera online, contará con más de una treintena de mujeres referentes en el mundo del audio. Desde editoras, productoras, pasando por podcasters, guionistas a directoras de plataforma. «Vamos a hacer un evento con voz femenina», asegura Santonja, que atribuye a este movimiento de mujeres podcasters la inclusión en la agenda de algunos temas que hasta ahora no ocupaban minutos de radio.

Las cifras avalan una creciente revolución femenina en las ondas. De hecho, uno de los primeros programas en viralizarse en Estados Unidos, , estaba conducido por una mujer, Sarah Koening (más de 250 millones de descargas). Queda camino por recorrer, pero las nuevas reinas de las ondas ya se escriben en femenino y en la Comunitat se recoge buena parte de ese germen de talento. Por algo la valenciana es la tercera región de España en escuchas de podcast (14,5%) por detrás de Madrid y Andalucía, según un estudio de Prodigioso Volcán.

Cristina Mitre (Gijón, 1977) es desde hace casi una década el alma de The Beauty Mail, un blog de éxito sobre cosmética, estilo de vida saludable y running. Exdirectora de Belleza de una biblia en el sector como la revista Elle, exdirectora en España y Portugal de Women’s Health y escritora de éxito de varios libros sobre running femenino, Mitre es ahora su propia jefa y una de las generadoras de contenido y divulgadora de estilo de vida más reconocida del panorama del audio en España.

Desde Dubai, donde vive actualmente, arrastra a una legión de escuchantes (como le gusta llamar a sus oyentes) cada domingo, día en que lanza su programa. Por sus micros han pasado ya todo tipo de perfiles de la primera división del mundo de la ciencia, la dermocosmética, el periodismo o la nutrición. Pero también de la salud sexual femenina, o de la literatura. Cristina Mitre no tiene límites y ha conseguido colar en la agenda mediática misterios hasta ahora femeninos como la endometriosis o el suelo pélvico. «La mayoría de mis proyectos han nacido de mis necesidades. Escribí un libro de mujeres que corren porque quería un libro de running y no lo encontraba. Con el podcast me pasó lo mismo. Estaba enganchada a formatos de estilo de vida en inglés y me lancé«, nos cuenta por videoconferencia desde Dubai.

No había hecho radio en su vida, pero vio en el podcasting una forma más de contar historias, lo que al fin y al cabo ha hecho durante toda su vida como periodista. Con más de 140 episodios, la prueba que inició en 2018 se convirtió en una profesión y a día de hoy es uno de los programas más escuchados de todas las plataformas «La voz y el audio me han enganchado». Detrás de su podcast hay un equipo que da lustre a cada episodio desde distintas partes del mundo. Entre ellas, Valencia, desde donde Jose Olcina se encarga de toda la parte técnica y la posproducción, un elemento diferencial en su programa. «Intento que el audio tenga una calidad muy buena porque estoy una hora hablando al oído del escuchante«. Pedro Manero se encarga de la parte gráfica, porque el podcast de Cristina Mitre, además de escucharse, puede seguirse mediante fichas resumen que permiten aclarar, aún más, los temas y trasladarlos a las redes. De ellas se encarga Concha Sanz, una periodista que también vive en Dubai, y que verifica los datos que se divulgan desde el podcast, además de editarlo. Mientras, Mitre ejerce de mujer orquesta. «El podcast tiene mucho trabajo previo. Hay temas que voy a tratar de los que no tengo ni idea, pero necesito documentarme para poder entrevistar al mejor experto posible. Yo no tengo las respuestas, pero sí la capacidad de hacer las preguntas de las que saldrán. Es como un consultorio. Pienso en lo que querrán saber mis escuchantes«, dice.

Cuando en 2018 se lanzó a la piscina de los audios reconoce que tuvo dudas porque su comunidad no conocía el formato. Pero explicó en qué consistía y dónde se podía encontrar y su comunidad decidió seguirla. Tampoco ella, que se formó con tutoriales para saber qué micros usar y dónde subir los programas. Su formato está pensado para que quien lo escucha pueda hacerlo mientras hace cosas, de ahí la elección del domingo como día de publicación,«para que la gente cumpla con los pasos que marca el teléfono y salga a caminar, porque dura mínimo una hora».

La oportunidad de la pandemia
La pandemia, lejos de convertirse en un obstáculo para su trabajo, acabó suponiendo una oportunidad para hacerlo crecer. Cristina Mitre grababa todas sus entrevistas en España, de manera presencial, en viajes planificados para zanjar varias de una tacada. Pero el coronavirus trastocó su modus operandi y pasó a grabar por videoconferencia. Acostumbrada a trabajar en remoto, por sus funciones anteriores, improvisó y logró grabar un programa al día. «La tecnología ha sido mi gran aliada», explica.

Pero, detrás del éxito de Cristina Mitre sólo está ella y su equipo, no hay una gran plataforma que dé soporte a su formato. No hay grandes cadenas que ayudan con la promoción. «Empecé sola y cuando lo hice no sabía ni dónde se subía un podcast. Pero dije, si he logrado llegar hasta aquí sola y puedo seguir siendo 100% independiente, mejor. Mi objetivo es crecer, que mi comunidad crezca, mi contenido sea de acceso gratuito y que cada uno acceda desde la plataforma que quiera». Mitre no tiene agente, lleva ella misma la parte comercial de su trabajo y busca sus propios patrocinadores. Mecenas, como ella prefiere llamarlos, para hacer viable económicamente el proyecto. «El podcast al principio lo financié yo, pero enseguida eché mano de agenda. Marcas con las que colaboré en mis trabajos anteriores, otras que he visto, otras que se han acercado. Algunas marcas no sabían ni qué era un podcast. Pero confiaron en mí. Por eso les llamo mecenas y no anunciantes. Apuestan por mi contenido, pero sin meterse en él. Les ayudo a contar historias. Hacer un podcast lleva más trabajo que salir con un bote de crema para promocionarlo«, dice.

Y es que detrás de cada episodio hay casi una semana de trabajo, jornadas laborales al uso. «Cuando no hago podcast, escucho podcast», ríe. «Para aprender de otros, para entretenerme. Me gusta el formato y quiero crecer y aprender», nos cuenta mientras ya estudia el mundo de la no ficción sonora. «En España hay pocos proyectos, pero se convertirán en una gran opción», avisa. Pero, de momento, el periodismo sigue siendo su pasión y su profesión. «Sigo teniendo los mismos referentes en el oficio» y Rosa María Calaf, a la que entrevistó en su podcast hace meses, ha sido siempre una de ellos. Mitre ha hecho de las redes una plataforma de éxito para sus podcast, pero siempre como «una extensión más» de su trabajo. «Me sirven para promocionarme, pero son sobre todo una herramienta de trabajo. Mi contenido es la estrella de mi instagram, no yo, aunque yo luego aparezca por los stories», reconoce. Y, si se tiene que pedir a una reina de las ondas tradicionales, se queda con Julia Otero. «Aprovecho para pedirle que venga al podcast». Mitre no descansa ni cuando la entrevistada es ella.

Soy La Forte, la vecina que todos querríamos tener
Quizá por el nombre de Alma Andreu ( Torrent, 1983) no les venga nada si del mundo del podcast y de las redes sociales hablamos. Porque según nos reconoce su alter ego Soy La Forte, hay ya pocas personas que la llama por su nombre. «Me gusta que me llamen Forte. Así hago marca», dice entre carcajadas, mientras nos atiende desde su casa, ahora en Barcelona. Cuando hablamos con La Forte, en su ‘Patio de vecinas’ aún no vivía Bacon, el cachorro de teckel que ha llegado para revolucionar un poco más su vida y la de su pareja, Enric Sánchez, también podcaster de éxito y mitad del programa ‘Sí es lo que parece’.

Esta joven periodista valenciana triunfa dentro y fuera de las redes, con su perfil de instagram y sus dos programas semanales de podcast, en los que el humor y la ironía son la marca de la casa. En ‘Mi patio de vecinas’ Alma entrevista a personas y personajes del panorama actual que coexisten en sus redes entre millones de seguidores y plantan cara a monstruos de la escena offline que llevan toda la vida dando la cara en los medios tradicionales. Con él se ha colocado como el segundo programa más escuchado creado por una mujer, tras Cristina Mitre. Pero, ¿qué hay de Alma y qué de Forte? «Está todo muy mezclado, pero lo que le pasa a Alma, La Forte lo cuenta de una manera que resulta cómica. Es inevitable que a todo le dé un toque de humor». Por ejemplo, hace unos meses a Alma se le rompió la muñeca en una caída tonta al salir de la ducha. Pero La Forte ha hecho broma a diario con el asunto en sus perfiles. Por si fuera poco, al dúo se ha incorporado ahora un nuevo personaje, la voz de su conciencia. La santisima trinidad, como la que componen sus tres ídolos masculinos (Mario Casas, Paco León y Quim Gutiérrez), pero sin salir de casa.

Sus dos podcast, alojados en Podimo, una de las plataformas de referencia del panorama del audio, se publican dos días distintos de la semana. En uno comparte protagonismo con su pareja. Una especie de Matrimoniadas modernas en las que ambos airean sus intimidades, situaciones cotidianas o momentos de su día a día que ahora amenazan con llevar de gira por España si la pandemia lo permite. Pero, los domingos, La Forte se mete a entrevistadora con lo más granado del panorama nacional. Actores, escritores, nutricionistas, psicólogos o influencers.

Todo el que tiene algo que decir, lo dice delante de su micro. Porque ella se lo gestiona casi todo. «No tengo un redactor jefe por encima que me diga qué temas entran y cuáles no. Así que yo apelo al sentido común», explica. Forma parte de una generación de periodistas que, reconoce, salió de la carrera aprendiendo unos medios que ya no existen o han cambiado mucho. «Los medios tradicionales están mutando en otros. Han cambiado. Yo tengo unos referentes que aún están en activo en medios tradicionales como María Teresa Campos, que empezó en el periodismo cuando era cosa de hombres. Los minutos de directo que tiene esta mujer…«, explica. Pero, reconoce que ahora tiene otros imputs de las nuevas tecnologías. »Por ejemplo, las influencers como María Pombo, Dulceida, Alexandra Pereira…Las admiro por su parte empresarial. Son genios para eso. Se han dado cuenta de que necesitaban un equipo, una empresa… no están solo en lo online. Han montado cosas offline y analógicas por si un día lo digital peta. Ellas ya tienen un universo paralelo ahí. Las admiro por esa parte emprendedora, que yo la tengo apagada«.

Apoyo de empresas
La Forte, a diferencia de Cristina Mitre, sí tiene contrato con una gran plataforma, aunque asegura que para ella todo han sido facilidades. «Ha sido una suerte para mí. La confianza ha sido total. Podimo me dijo: tú haciendo blanco has llegado aquí, yo no te voy a pedir hacerlo negro. Han sido un apoyo para poder crecer. Por suerte, hay empresas observando que el trabajo digital merece ser remunerado. Ellos no me dan indicaciones. A veces pienso, igual ni lo han escuchado«, asegura. Alma llegó a esto del podcasting después de haber sido entrevistada decenas de veces para otros programas, así que un día en la ducha decidió pasarse al otro lado del micro. «¿Por qué no lo puedo hacer yo?». A priori, no requería de una gran infraestructura, y de cables y micros aprendió con tutoriales de youtube. «Empecé tirando de amiguetes y ahora ya hay gente que me escribe para salir en el podcast. La pasión se me ha acabado juntando con la profesión».

Ahora, con su formato consolidado y entre los más escuchados cada semana, se ha profesionalizado más si cabe, con una mayor organización para las grabaciones, mejor sonido, e incluso cebos de imagen. Y es que en eso, a ella, la pandemia también le ha ayudado. Dejó de poder viajar para grabar las entrevistas en persona y las ha acabado haciendo por videoconferencia y aprovechando trozos de esos vídeos para promocionar el programa en redes. Entre los temas que más triunfan en su patio de vecinas, los de mujeres emprendedoras y los de gastronomía y nutrición. El crecimiento de la marca ha sido tan rápido que está en ese punto en el que necesita equipo. «Se me ha ido de las manos. Tengo algo externalizado, pero si quiero seguir creciendo necesito ayuda». Porque eso es lo que quiere Alma para su proyecto, seguir haciendo lo mismo, pero hacerlo más grande. «Subirlo de nivel». «Una persona que estudia periodismo quieren que la vean, la lean y la escuchen muchos». Porque si se trata de llegar a ser como una reina de las de antes, ella ya ha cogido turno para ser la nueva Campos. «Ella ya tenía ya un patio de vecinas en un deslunado. Me gusta el poder que ha podido tener una mujer como ella. De llevar entretenimiento, política o lo que fuera y decir: me vais a respetar«. Pero, sentencia: «yo en mi instagram mando mucho y en los pasillos de Mediaset no me dejarían mandar tanto», ríe. Atención, porque igual en breve aterriza en el streaming como la vecina que todos querríamos tener.

Carolina Iglesias, conversaciones sin filtro de una cómica ilustrada
Percebes y grelos nos transportan de inmediato a Galicia, tierra de Carolina Iglesias, la persona detrás del personaje que da nombres a estos dos ingredientes en el mundo de las redes sociales. Iglesias (Oleiros, 1993) forma parte de la última generación que ha coexistido con el mundo digital y analógico. Llegó a Madrid con 18 años para hacer su show de monólogos, pero al final se lió un poquito y casi diez años después es una mujer orquesta. Junto a Victoria Martín, protagoniza uno de los programas más mordaces del panorama del audio, ‘Estirando el chicle’, y ha dado forma a un nuevo concepto de conversación deslenguada entre amigas. Sin filtros, como se dice ahora, «Cuando yo era pequeña no había creadores de internet que se tomasen de referentes, ojalá. Crecí viendo la tele porque me encanta y me entretenía mucho y de pequeña era muy fan de Paz Padilla, por ejemplo. Pero tuve clarísimo que me quería dedicar a escribir y a la comedia viendo a Ángel Martín trabajar en «Sé lo que hicisteis».

El podcast llegó como una idea más de las miles que se le ocurren y surge de la cuarentena, como tantos proyectos audiovisuales, entre ellos, su serie ‘Válidas’. «Por suerte no llevo a cabo todo lo que me pasa por la cabeza», dice, pero con el podcast, funcionó y ya se ha posicionado entre los más escuchados. Ambas habían coincidido ya en programas y las conversaciones entre ambas siempre aseguraban risas. Eligieron el podcast porque podían hacerlo con sus medios, aunque fuese separadas y porque, además, están enamoradas del mundo de la radio.

El guión de ‘Estirando el chicle’ siempre es de ellas, pero en el equipo son cuatro personas, además de la plataforma que lo produce, Podium Podcast, que da respaldo al formato. «El otro día leí un tuit que decía que si fuésemos hombres ya nos habrían dado un programa en algún otro medio y por una parte pienso que es así, pero prefiero seguir mi camino sin pensar mucho en eso. Hacer un podcast, aunque dentro del paraguas de una plataforma, sigue siendo bastante ‘indie’. Seguro que hay personas, pero yo no conozco personalmente a nadie que pueda vivir haciendo un podcast«, reconoce Carolina. Estar vinculadas a una plataforma, de la que dicen, les da libertad absoluta, les han permitido además un refuerzo positivo, además de un salto de calidad técnica en el podcast y un lugar que las ha hecho llegar más lejos.

Preparativos del programa
Aunque pueda parecerlo cuando las escuchas, Carolina y Victoria nunca van a pelo en el programa. «No es que todo lo que digamos esté escrito, pero el orden de los temas a tratar se prepara. Luego cada una piensa que diría y luego llegamos al estudio e improvisamos mucho. Lo que mola es que ninguna sabe lo que va a decir la otra, entonces hay mucha naturalidad porque somos muy fans la una de la otra«.

Cuando no hace podcast, Carolina Iglesias, sigue trabajando en el resto de sus proyectos, como generadora de contenidos. «Ahora mismo estoy subiendo tres vídeos a la semana a mi canal de youtube, escribiendo un monólogo para lo que será mi futuro espectáculo de monólogos, tratando de sacar adelante una ficción, trabajando en publicidad… La vida de la autónoma titiritera. Que no la cambiaría por nada salvo por un día al mes desconectando del móvil de verdad«, dice.

Y si de elegir a una reina de las ondas se trata, Iglesias se queda con Gemma Niega. «Soy muy fan. Haber trabajado en el mismo edificio de la Ser me ha dado la oportunidad de cruzarme con muchas voces que admiro. Me falta por conocer a La Campos, que no me puede parecer más maravillosa y que ahora se ha hecho youtuber». En el futuro aspira a tener su propio programa, pero también a trabajar en cosas de Galicia, su tierra. «En 10 años tendré 37 y como esta profesión es como los años de los perros, que uno cuenta por siete, posiblemente esté agotadísima mentalmente. Pero me imagino igual. Puede que detrás de las cámaras pero seguro que creando de alguna manera. O a lo mejor estoy en Supervivientes y me como mis palabras, pero no creo«, bromea. Entretanto, ya masculla algún, apoyar sus proyectos económicamente o de alguna manera, «porque».

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