Carmen Abal (Radio Pontevedra): «Nunca he sido locutora: he sido periodista»

Carmen Abal

Belen Lopez le ha entrevistado para Diario de Pontevedra: Carmen Abal entró en Radio Pontevedra, para hacer prácticas, en 1982. Y acabó siendo una de las voces de referencia de la ciudad. Hace unos días se puso por última vez frente al micro

  • ¿Cómo empieza usted en el oficio?
  • Mira, yo con trece años, al acabar Primaria, me marché de Vilalonga. Me fui a estudiar Bachillerato y COU a Cáceres. En el propio centro había unos orientadores que, en el último año, te decían los estudios en los que creían que tú mejor encajabas según tus capacidades, intereses, carácter, etc. A pesar de haber hecho el Bachillerato de ciencias, a mí me dijeron que creían que yo debía estudiar o Derecho o Periodismo. Hasta ese momento nunca me había planteado lo de estudiar periodismo. Pero al decírmelo se me encendió una bombillita. Con todo, me preinscribí en Derecho en Santiago y en Badajoz, porque ni en Galicia ni en Extremadura había Periodismo. Y también solicité plaza en esta última carrera en la Universidad Complutense de Madrid, sabiendo que tenía muy difícil entrar por la cantidad de solicitudes que recibían y porque todas las de Madrid tenían prioridad sobre mí. El día antes de cerrar el plazo de matrícula me llegó la notificación de que me habían admitido. Y de cabeza. La verdad: no me he
    arrepentido ni un solo día.
  • ¿Ni uno?
  • Ni uno solo. Es más, ahora que lo dejo después de toda una vida dedicada a esto, me siento muy afortunada por haber podido disfrutar de una profesión que me ha apasionado realmente. ¡Y encima me pagaban! El único consejo que les he dado a mis hijos es este: que elijan dedicarse a algo que les guste de verdad. Lo que sea, pero que les guste. Tiene que ser horrible levantarte por la mañana para trabajar en algo que no te guste. Y esto te lo dice alguien que sabe bien lo que es madrugar. La mayor parte de mi vida profesional me he estado levantando a las cinco y media de la mañana. Imagínate tener que hacerlo para ir a trabajar a un sitio que odias o en el que hay mal ambiente. Porque precisamente eso es algo que también siempre he agradecido muchísimo: el buen ambiente de trabajo de Radio Pontevedra. Con todas las diferencias que hemos podido tener y los malos momentos que hemos pasado, siempre se ha trabajado muy a gusto.
    No me he arrepentido ni un solo día de haber estudiado periodismo. Me siento muy afortunada por haber podido disfrutar de una profesión que me ha apasionado realmente.
  • ¿Cómo fue su entrada en la emisora?
  • Entré a hacer prácticas. Como se entra hoy. Igual. Acabé la carrera en junio de 1982 y en julio entré en Radio Pontevedra. Y hasta hoy. Por cierto, ¡qué mala era cuando empecé! Aún me lo recordó mi jefe el otro día, cuando me llamó después del último informativo para despedirse de mí.
  • ¿Por la falta de experiencia?
  • ¡Claro! Salías de la universidad con mucha teoría, pero poca práctica. Ahora es diferente: tienen radio, plató de televisión… Pero yo en mi vida había visto un micrófono delante. Me faltaba práctica, me faltaba técnica… Pero todo se aprende. Luego puedes tener más o menos facilidad para las cosas, pero se aprende. En esto no somos muy diferentes de cualquier otra profesión. No hay más que ver, todavía hoy, cómo llegan los chicos y chicas que vienen a hacer prácticas y cómo se van.
  • ¿Se da cuenta de que su voz forma parte de la memoria sentimental de varias generaciones de pontevedreses?
  • Sí. Y saber eso es muy bonito y emocionante.
  • Cuando entré en Radio Pontevedra, no había visto un micrófono delante en mi vida. Me faltaba práctica, me faltaba técnica… ¡Qué mala era! Pero todo se aprende. En esto no somos muy diferentes de cualquier otra profesión.
  • Deja una Pontevedra muy distinta a la que encontró en 1982.
  • Mucho. A mí no me gustaba nada de nada Pontevedra. Y hoy me parece una joya. Es una preciosidad de ciudad esta de ahora. Lo que ha cambiado. Y lo que costó que cambiase, que se venciese esa inercia de ir con el coche a todas partes. Hoy piensas en la Oliva o la Ferrería llenas de coches y te parece inconcebible.
  • ¿Se va de la ciudad sintiéndose un poquito pontevedresa?
  • Más que un poquito. Nunca seré eso que llaman una PTV, pero soy una persona que ama Pontevedra y deja aquí parte de su corazón.
  • ¿Es la radio el mejor medio de comunicación?
  • Pues no lo sé porque no puedo compararla con otro. Entré en ella en 1982 y me voy en 2022. Me gusta mucho escribir, pero matar ese gusanillo también pude hacerlo en la radio, porque he redactado mis propias informaciones. De hecho, siempre me ha molestado que me llamasen locutora. Yo no soy locutora, soy periodista. En todo caso, una periodista que cuenta historias en la radio. Me he ajustado totalmente a esa norma clásica del periodismo: he ido, lo he visto, lo he escrito y lo he contado. Así que no sé si me hubiese gustado trabajar en otro medio. Pero, bueno, he probado la televisión, en Localia y cuando fui corresponsal de la Televisión de Galicia en Pontevedra, y el periodismo escrito, cuando trabajé para Europa Press.
  • Pero sí que es verdad que la radio consigue establecer una relación con los oyentes que no consigue ni la prensa ni la televisión.
  • Eso es así, que no te quepa duda. Hay gente que se levanta y lo primero que hace es poner la radio. Es una relación muy especial.
  • Cuando usted empezó no había muchas mujeres en los medios locales.
  • En Radio Pontevedra, en informativos, estábamos Pilar Fariña, que se marchó enseguida, y yo. Luego estaba Meli Fandiño. Pero no, no había muchas mujeres.
  • ¿Era muy difícil entonces ejercer de periodista siendo mujer?
  • Muy difícil no era, aunque tengo que admitir que fácil tampoco. Eras una mujer y, a la hora de repartir tareas, pues parece que siempre te tocaban las mismas: cultura, sociedad… Poco a poco eso fue cambiando. Y tengo que decir que, en mi caso, la confianza que depositó en mí Eugenio Giráldez fue fundamental. Si tienes a alguien que tire un poco de ti, eso te lleva a evolucionar rápido. Luego, en lo que es el ejercicio de la profesión en la ciudad, no recuerdo ningún trato diferente al de un compañero, la verdad. Hemos avanzado muchísimo, nos hemos ido haciendo un hueco y hemos demostrado que valemos, pero queda muchísimo camino por recorrer. Entre otras cosas, los hombres deben empezar a aceptar que les toca perder cuotas de poder. Creo que es lo que peor llevan. Estoy deseando ver a más mujeres al frente de las redacciones de los medios, por ejemplo.
    ¿Me hubiese gustado estar más valorada? Claro que sí. ¿Me hubiese gustado ganar desde el primer día el mismo dinero que un compañero que hacía el mismo trabajo? Pues también. Pero las cosas malas las entierro muy abajo. Solo me llevo buenos amigos, buenos ratos y muchas satisfacciones.
  • ¿Un momento inolvidable de su trayectoria profesional?
  • ¡Ha habido tantos! No me podría quedar solo con uno. Los premios que recibió el equipo, la Antena de Oro, el Ondas… Qué sé yo. Malo seguro que también hubo alguno, pero ya no lo recuerdo. Eso lo entierro muy abajo. Yo solo me llevo buenos amigos, buenos ratos y muchas satisfacciones. ¿Me hubiese gustado estar más valorada? Claro que sí. ¿Me hubiese gustado ganar desde el primer día el mismo dinero que un compañero que hacía el mismo trabajo? Pues también. Como te decía, queda mucho por hacer en este sentido.
  • ¿Qué consejo le daría a alguien que acaba de salir de la facultad de Periodismo?
  • El mejor consejo que le puedo dar es que, si de verdad quiere dedicarse a esto, insista. Aunque al principio cueste. Las cosas nunca han sido fáciles. No lo son ahora ni lo han sido nunca. Así que no renuncies a lo que quieres hacer de verdad. Y si las condiciones no son las mejores, pelea por cambiarlas. Nunca hay que rendirse. Siempre hay que aprovechar las oportunidades y tirar para adelante.
    No puedo estar sin escuchar la radio, no puedo. Sigo poniéndola y creo que siempre seguiré haciéndolo.
  • ¿Ha apagado la radio de casa y del coche para siempre o siempre va a seguir escuchándola?
  • No puedo estar sin escuchar la radio, no puedo. Sigo poniéndola y creo que siempre seguiré haciéndolo. Aunque confieso que ahora, de vez en cuando, la cambio por algo de música.
  • Decía García Márquez aquello de que el periodismo es el oficio más bonito del mundo. ¿Lo es?
  • Lo es. A pesar de todo el daño que se le ha hecho y se le sigue haciendo, de la precariedad y de los contenidos poco rigurosos o directamente impresentables, lo es y yo creo que lo seguirá siendo. Te digo una cosa: a mí me molesta muchísimo que se le llame periodistas a personas que no lo son en absoluto. Nos meten a todos en el mismo saco y habría que empezar a enseñarle a la gente a diferenciar lo que es periodismo de lo que no lo es.



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