Armando Pomar (RNE Mallorca): «Como director de RNE nunca recibí presiones ni del PP ni del PSOE»

Armando Pomar

Josep María Aguiló le ha entrevistado para mallorcadiario.com: El reconocido periodista Armando Pomar (Palma, 1958) acaba de jubilarse, tras una dilatada y amplia trayectoria laboral, vinculada sobre todo a Radio Nacional de España (RNE), si bien ha colaborado también con diversos medios escritos, entre ellos mallorcadiario.com. Licenciado en Periodismo y máster en Comunicación Audiovisual, Pomar posee además un grado en Turismo y es además doctor igualmente en Turismo.

  • ¿Cómo fueron sus inicios en la radio?
  • Bueno, yo soy un caso único en toda España, pues empecé de botones hace 49 años. Luego hice trabajos de administración y discoteca. Posteriormente, hice oposiciones para ser técnico de sonido. En ese ámbito, llegué a ser el jefe de emisiones y producción. Poco después, pasé a ser locutor y también comentarista. Los siguientes pasos fueron la obtención de la plaza de redactor y el nombramiento como jefe de los informativos de RNE en Balears, hasta llegar a la designación como director de dicha emisora. Fui el primer botones y el último director -sonríe-.
  • ¿Su labor ha estado centrada sólo en el periodismo radiofónico?
  • He colaborado en diversos medios escritos, entre ellos mallorcadiario.com y Última Hora. En televisión, en cambio, no he hecho nada. Nunca me interesó trabajar en un informativo televisivo.
  • ¿Qué ha cambiado y qué sigue igual en RNE con respecto a la época en que usted empezó?
  • En aquella época hacíamos programas, entrevistas y reportajes, y salíamos a la calle. Ahora, en cambio, hacemos esencialmente boletines informativos y algún que otro reportaje. Nuestro modelo es diferente al de las emisoras privadas o al de IB3 Ràdio, en donde tú conduces un programa y durante una o dos horas traes invitados, hablas o haces directos.
  • ¿Por qué hubo ese cambio?
  • Ese cambio se produjo porque a partir de un determinado momento RTVE apostó por el modelo informativo de 24 horas. De hecho, fue la primera cadena de España «all news». En aquel momento, en Radio 5 hacíamos los programas territoriales, pero los quitamos todos para hacer esencialmente sólo informativos. Cuando empezamos, en Radio 5 hacíamos una desconexión y un informativo cada 15 minutos. Además, hacíamos tres desconexiones más al día, una por la mañana, otra al mediodía y otra por la noche, con informativos de una hora.
  • ¿Y ahora?
  • Ahora, la información se ha centralizado. Así, damos todo lo que da Madrid y participamos en programas que se hacen en Madrid o en Barcelona, que son los dos grandes centros de producción. Paralelamente, desconectamos una serie de horas, tanto en Radio 1 como en Radio 5, para emitir nuestros informativos territoriales de media hora por la mañana, al mediodía y por la noche. Y cada hora hacemos un informativo de cuatro minutos.
  • ¿No cree que hoy hay, en general, una cierta saturación informativa en nuestro país?
  • Bueno, yo le diría que ha habido un movimiento muy curioso en ese sentido. Hace diez o quince años, los estudios de audiencia decían que en España la gente quería programas, no quería noticias, pues esos espacios eran más divertidos, los presentadores hacían bromas y hablaban de todo un poco. El contenido de esos programas era más agradable y entretenido.
  • Era así, sí…
  • Pero, poco a poco, la gente empezó a demandar cada vez más información, porque quería saber qué estaba pasando exactamente. Por lo tanto, hubo una recuperación del interés por las noticias porque hubo una evolución del receptor.
  • ¿Fue entonces cuando se saturó el mercado?
  • Es cierto que en ese momento se saturó el mercado comunicacional e informativo de toda España, debido a la aparición de nuevas redes sociales y de medios de comunicación en Internet. Hubo un momento en que todo el mundo hacía información, porque era lo que la gente demandaba, en concreto, información rápida, corta y buena.
  • ¿Y a partir de ahí?
  • A partir de ahí, los medios se dieron cuenta de que cuando te ocupas de una información durante un breve periodo de tiempo, según qué empresas lo tenían muy difícil para intentar influir en las decisiones de los partidos y en la creación de una conciencia social. En ese contexto, los grandes medios decidieron volver al modelo antiguo de hacer programas.
  • ¿Por qué?
  • Porque en los programas hay algunas cuestiones que son más fáciles de manejar, es decir, si tú quieres transmitir una idea política muy concreta, te va mal hacerlo en una noticia, porque una noticia dura apenas un minuto.
  • ¿En qué situación nos encontramos ahora?
  • Hoy en día, lo que pretenden la mayoría de cadenas de radio y televisión es transmitir la opinión que tiene el propio medio sobre tal o cual cuestión, porque detrás hay un poder económico, social, deportivo o religioso que lo que quiere es que la gente tenga una idea concreta sobre una situación.
  • ¿Esto ocurre también en las emisoras públicas?
  • No, en las emisoras públicas no ocurre esto, por ejemplo en RNE, porque nosotros no tenemos ese tipo de programas. La ventaja de las cadenas públicas es que nuestro ideario es el de trabajar para todos. A ello hay que añadir que además los sindicatos y los trabajadores están pendientes de que así sea.
  • ¿No hay entonces presiones de los gobiernos de turno?
  • Hubo una época en que eso fue efectivamente así, al poco de reinstaurarse la democracia en España. Recuerde que durante la dictadura no opinaba nadie, porque los boletines de noticias los daba exclusivamente RNE, hasta que la SER pudo empezar con sus informativos y luego también la COPE.
  • En cualquier caso, ¿sí podríamos decir que hay hoy una cierta dependencia política?
  • Siempre hay una dependencia estructural del gobierno de turno, porque en España no se ha querido potenciar en las universidades el trabajo de un periodista independiente. Aquí no se valoran ni la neutralidad ni el periodismo independiente de búsqueda e investigación. De hecho, algunos medios han ganado dinero cuando se han colocado al lado de una ideología política. No olvide que los medios son empresas. A partir de esa evidencia, la pregunta que debemos hacernos es quién tiene el dinero, si el oyente o el poder político.
  • Como director de RNE en Balears, ¿recibió presiones de algún tipo?
  • Le puedo decir claramente que no, ni del PP ni del PSOE, ni del PCE ni del PSM, ni de las fuerzas políticas que surgieron luego. Durante los dieciséis años que ocupé ese cargo, nunca, nunca, nunca -afirma por tres veces- recibí una sola indicación de lo que tenía que hacer o sobre cómo hacerlo, ni nadie intentó tampoco ordenarme nada. El PP y el PSOE siempre me han respetado, y yo siempre los he respetado a ellos. Siempre -recalca-.
  • Eso está muy bien…
  • Piense, además, que en RTVE no puedes hacer tonterías, pues tienes detrás redacciones muy grandes. Por tanto, si tú haces una pequeña tontería y se ve y se nota que lo que estás haciendo es propaganda, los compañeros se te tiran encima y te lo dicen a la cara. Dicho esto, también es verdad que en algún momento ha habido algún periodista que se ha dejado llevar por sus opiniones personales, pero han sido casos muy aislados.
  • ¿Cuál es la línea editorial de RNE en Balears?
  • Nuestra línea editorial está determinada aquí por dos libros, la Constitución Española y el Estatut d’Autonomia. Son nuestros dos libros de cabecera. No hay ninguna orden ministerial ni de nadie en nuestro día a día. Aun así, es evidente que en el plano privado cada periodista tiene sus propias ideas políticas y las tenemos que respetar. En cambio, la radio pública no tiene ideas políticas como tales.
  • ¿Cómo se financia RNE?
  • La radio pública la pagan todos los españoles, que es una cosa que todo el mundo debería tener muy clara. En Balears, RNE se financia exclusivamente con los Presupuestos Generales del Estado. A mí me paga usted con sus impuestos. Yo trabajo, porque usted paga impuestos. Por tanto, yo trabajo para usted y para millones de españoles más, sean cuales sean sus ideas o sus creencias. Mi «jefe» es, en teoría, cualquier ciudadano español, porque es él el que paga para que yo pueda hacer este trabajo. Lo mínimo que puedo hacer es realizar mi labor como toca.
  • Aun así, ¿a veces hay también errores o equivocaciones?
  • A veces nos equivocamos, claro, porque no somos perfectos, pero en conjunto, como organización, trabajamos con suma independencia y profesionalidad.
    Yo le diría que los jóvenes escuchan la radio porque descubren que existen formas gratuitas de escuchar música, en donde una voz les acompaña además de una forma agradable. Asimismo, han descubierto que pueden reír mucho con los programas matinales de humor. Por lo que respecta a las personas mayores, se han cansado de ver en la televisión los rifirrafes permanentes entre los partidos políticos y han recuperado la búsqueda de programas más agradables en la radio por las noches.
  • ¿Señalaría quizás algo más?
  • Sí, señalaría que la radio se ha convertido también hoy en un púlpito desde el que criticar. Antes se opinaba, ahora ya no. Ahora se critica. Hoy hay emisoras de radio que se pasan todo el día diciendo cosas como «este hijo de p…», refiriéndose a alguien con quien no comulgan, o «este sinvergüenza», por idéntico motivo. O, dicho de otro modo, la radio se ha convertido en la poltrona que distintas ideologías políticas utilizan para hacer propaganda de su filosofía.
  • ¿Qué busca ahora mismo la gente en la radio?
  • Busca sobre todo más entretenimiento, porque ya no necesita tanta información, con la excepción de quienes siguen la información deportiva. Como sabe, en este ámbito el periodista José María García creó décadas atrás un modelo de dar caña durante su etapa en la SER. Se trata de un modelo que en la actualidad continúa con otros periodistas deportivos. Y luego están los oyentes que buscan escuchar un mensaje político. Todavía hoy, muchas emisoras se basan en el mensaje de un partido político.
  • ¿Qué ventajas tiene la radio sobre otros medios?
  • A mi juicio, cuenta con dos grandes ventajas. Una es que es gratuita, es decir, no tiene un coste añadido. Y la otra es que como hay mucha oferta, puedes escoger lo que tú quieras escuchar, música o entretenimiento. Por ello, la mayoría de emisoras mantienen un tipo de programación generalista, que le pueda gustar a todo el mundo. Eso es lo que ha salvado a la radio y creo que continuará siendo así durante muchos años.



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