Adiós a Guillermo Pérez de Castro, técnico de sonido de RNE Oviedo

Guillermina Pérez De Castro

La Nueva España informa que la muerte ayer de Guillermo Pérez de Castro (Willy) enmudeció a la Asturias radiofónica y a la Asturias musical. El histórico técnico de sonido en la radio y decisivo defensor del flamenco en el Principado a través de la peña Enrique Morente falleció en Oviedo, la ciudad en la que nació hace 78 años.



La capilla ardiente está abierta en la sala 1 del tanatorio Ciudad de Oviedo, donde habrá un responso a las cinco de la tarde antes de la incineración de los restos mortales.
Deja esposa, Alicia Herrero, y tres hijos, Guillermo, Rosi y Nieves.

El exalcalde de Oviedo, Gabino de Lorenzo, fue el impulsor de una peña flamenca de prestigio nacional. Ayer, el ex edil recordaba a La Nueva España al fallecido como «una persona entrañable con la que compartí sentimiento profundo por el flamenco».

Un sentimiento que en Pérez de Castro convivía con la pasión por las ondas. Su hijo Guille –Willy junior–, que continuó la tradición como técnico de sonido, recordaba ayer que su padre fue muy precoz, iniciando su carrera desde abajo en Radio Oviedo con sólo 14 años.
Aprendiz entusiasta, sintonizó una vocación que le llevaría a Radio Cadena, COPE de Avilés, y, ya para siempre en RNE, donde se jubiló en 2006 a los 63 años.

Tuvo buenos maestros y él era un alumno aventajado de figuras como Menchu Álvarez del Valle o Emilio Tamargo. También hubo alguna escapada profesional a Madrid y a las Olimpiadas de Barcelona de 1992.
El periodista Fernando Romero sucedió a Pérez de Castro como presidente de la peña flamenca, y reconoce en su predecesor a un gran maestro que recogió el testigo de la primera época, cuando llegó a haber 600 socios, de las más importantes de España.
Fue un trabajo muy intenso. Tenía relaciones con muchos artistas y eso dio mucho caché. Cuando yo ocupé su puesto fue fácil porque se me abrían muchas puertas, todo el mundo tenía interés en actuar. La puso arriba, en lo más alto.

Recordaba Romero que Pérez de Castro «empezó escuchando a Caracol en la radio, fue entrando por el fandango, y se hizo un loco del flamenco poco a poco. Con el tiempo estuvo menos vinculado, pero cuando le encargamos un taller sobre los palos del flamenco estuvo muy bien, lo sistematizó todo y sabía cómo impartir sus conocimientos. Fue, sin duda, la persona que más hizo por el flamenco en Asturias. Una persona cariñosa, abierta, extrovertida, campechana y muy directa, lo que le vino bien para estrechar lazos con las peñas. No se callaba, si alguien tocaba poco, se lo decía en público, ‘¡cántanos más!’, no se cortaba».
Bueno era Willy, que tampoco era parco en elogios cuando era necesario. Y a Morente que no se lo tocaran, ¿eh? «Era Dios para él como innovador que mantenía las raíces. Era muy amigo de toda la familia, cuando venían por aquí se veían siempre. Me asesoraba y buscábamos gente que tuvieran algo de Morente en el repertorio».

Insustituible Soledad González, actual presidenta de la peña, destacó que Pérez de Castro era una «persona excepcional». Y un máximo conocedor del flamenco, que «no es un arte fácil, todo lo contrario. Conocimientos y muchos conocidos».
Una figura «insustituible para Asturias, gran amigo de sus amigos. Siempre se dice que se van los mejores, pero en este caso es cierto, Si podía ayudar en cualquier cosa, lo hacía. Sin el menor problema. Era alguien muy ameno y muy amable, siempre con una sonrisa. El mundo del flamenco no está hecho para gente introvertida, él era mucho de cantar, tomar vinos, conversar, compartir un pincheo tras las actuaciones. En diciembre pasado me decía: ‘el pincheo no sé cómo lo vais a pagar, está buenísimo, debe ser caro’. Era lo opuesto a alguien tacaño, siempre invitando. El flamenco en Asturias se ha quedado huérafano».
El duende llora por Willy.

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