6.11-2025.- Diego Aitor San José escribe en Levante: Se busca: titulado universitario en Periodismo, Comunicación Audiovisual, Ciencias de la Información o Relaciones Públicas con nivel B2 de valenciano; motivo: director de À Punt Radio. Es una de las ofertas que se prevén incorporar a la estructura laboral de la Corporación Audiovisual de la Comunitat Valenciana (CACVSA), la empresa pública que rige la gestión de la radiotelevisión valenciana, dentro de la nueva Relación de Puestos de Trabajo y que podría dejar una situación paradójica: el máximo responsable de la radio tendrá menos exigencia a nivel formal de valenciano que los redactores que tendrá por debajo en el escalafón organizativo (y salarial).
En concreto, al futuro nuevo director de la radio de À Punt, un cargo que hasta ahora no estaba en el ente, se le exigiría (así consta en la propuesta diseñada por la cúpula del ente) contar con un B2 para optar a este puesto con funciones de «dirigir, coordinar y supervisar la programación, producción y emisión de contenidos radiofónicos». Este nivel B2 es menos que un mitjà que en el Marco Común Europeo de Referencia para las Lenguas (MCERL) equivale a un C1, nivel que sí que se pide para los redactores, los nuevos puestos de «periodista presentador», administrativos, técnico jurídico o meteorólogo, entre otros.
Este nuevo director de radio es uno de los 15 puestos que se prevén crear con la nueva RPT que debía votarse en el consejo de administración este miércoles pero que se ha aplazado ante la polémica suscitada internamente. Esta nueva distribución de puestos de trabajo que ha añadido más olas a una situación de marejada interna en la cadena autonómica y que cuenta con el rechazo de los sindicatos que lo han trasladado hasta la propia reunión del órgano gestor de la radiotelevisión pública donde les han insistido en que esta nueva RPT nace sin consenso y sin asuntos básicos como un plan estratégico o un contrato programa.
De modo genérico, tanto UGT PV como CCOO PV han criticado en los últimos días la «discrecionalidad» de la dirección para elaborar esta nueva organización, que se haya hecho sin «plan estratégico» y que hay «destrucción de trabajos muy valiosos» frente a crear «algunos que no son necesarios» lo que “allana el camino de la privatización». Asimismo han insistido en que el proyecto que se había planteado por parte de la dirección del ente socavaba el rumbo de la radiotelevisión autonómica.
En la concreción de la propuesta que se había conocido hasta la fecha, y que podría sufrir modificaciones ante el aplazamiento de la votación, señalan cuestiones «ideológicas» como la reducción a la mitad de la plantilla de lingüistas (traductores y revisores del valenciano) que pasa de 12 a solo 6 personas, el recorte del 30 % de la plantilla digital o eliminar el cargo de jefe de Meteorología que ocupa Victoria Roselló, muy insistente desde el día de la dana de la información disponible ese día, para crear una de base en la sección en la que podría continuar, aunque sin el rango de jefa.
Fuentes de la dirección de À Punt justificaron el pasado fin de semana el despido de la mitad de los lingüistas del ente público en que este departamento está “sobredimensionado” y que tiene “funciones atribuidas que no debían realizarse” como corregir textos periodísticos a redactores que para entrar en À Punt precisan un C1. Asimismo, aseguran que la corporación busca “agilidad de los procesos implementando mayor flexibilidad y dinamismo a la hora de la toma de decisiones, mejor comunicación vertical en cada uno de los departamentos y aumento de la funcionalidad de los puestos».
Quejas ante el consejo
Las quejas de los representantes del comité de empresa han ido tomando fuerza en los últimos días y avisan de que es el primer paso de la apertura de un «periodo de lucha y movilizaciones» con la que tratar de hacer «visible lo que se esconde» y que va más allá de la RPT: la falta de plantilla, temporalidad, inexistencia de un convenio y contar con un presupuesto insuficiente. Lo cierto es que la radiotelevisión pública valenciana vive inmersa en un marejada de vaivenes y cambios desde que PP y Vox impulsaran una nueva ley con la consiguiente creación de una nueva empresa.
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