23.11.2025.- Elindependiente.com publica que Onda Cero celebrará el próximo 26 de noviembre su 35 aniversario y lo hará con un ojo puesto en el futuro y, otro, en el pasado. De hecho, por la redacción de la radio, en Madrid, circulaban estos días el nombre de Ángela Bodega, la encargada de pronunciar las primeras palabras que se dijeron en antena a las 7 de la mañana de ese día, en 1990. Su entonces director general, Tomás Martín Blanco, trazó la hoja de ruta a seguir ese día: «seremos nítidos, claros e identificables”.
Hay quien ha permanecido dentro de este barco desde entonces, como Juan Diego Guerrero, quien recuerda que el paisaje de la radio analógica era muy diferente al actual. Entonces, «llamaba la atención que hubiera un ordenador en alguna mesa. Ahora, es todo lo contrario». Antes de la digitalización —Onda Cero fue la primera cadena española en emitir por internet—, estaban a la vista los soportes de todo cuanto sonaba en antena: cintas abiertas, casetes o vinilos eran imprescindibles para que sonaran sintonías, cortes de sonido o música. «Ahora sólo hay pantallas y todo está dentro del software que empleamos», explica.
«En los 90 llevábamos a cuestas un material que pesaba varios kilos para hace una conexión directo desde cualquier lugar. Ahora basta con llevar un smartphone que pesa menos de 200 gramos», añade. Todo ha cambiado de forma profunda. Esa ligereza permite desplazarse y transmitir desde puntos a los que en 1990 era impensable llegar. Eso ha mejorado la posibilidad de informar al oyente, pero también ha hecho que los periodistas conozcan de primera mano diferentes tipos de sufrimiento, reflexiona.
Con unas cuantas monedas siempre encima
Mercedes Pascua es otra de las veteranas de esta cadena de radio y, en declaraciones a este medio, tira de memoria para explicar que en los 90, cuando uno salía a cubrir una rueda de prensa, lo más importante tener monedas en la cartera. «Las conexiones se hacían por teléfono en cabinas. He llegado a sacar a gente de ellas para utilizarlas primero porque había habido un atentado y teníamos que contarlo los primeros», detalla.
«Mandar una crónica desde el bar de enfrente de la Audiencia Nacional tenía su peligro, no sólo porque se te acabaran las monedas y te quedabas sin conexión, sino porque podía tocar el especial en una tragaperras y la crónica la hacíamos con música de fondo y el jolgorio del bar.
«Más de una vez pedíamos silencio y lo curioso es que la gente se callaba», bromea.
Son infinidad de acontecimientos importantes los que han sucedido durante todo este tiempo, desde los atentados del 11-S y el 11-M, hasta el final de la violencia de ETA, las transiciones en El Vaticano, las guerras de Irak y Afganistán, la caída de Osama bin Laden o la DANA de Valencia.
Del covid-19 al gran apagón
Un directivo de la emisora recuerda la habilidad con la que se gestionó un período tan complejo como la pandemia de covid-19, que obligó a establecer diferentes medidas de precaución para cumplir con las normas y evitar los contagios. «Mantuvimos las emisiones con la gente transmitiendo desde sus casas. Fue casi heroico», incide.
Recuerda también momentos como el paso del temporal Filomena por Madrid, cuando, ayudados por vehículos 4×4, los trabajadores de la emisora se desplazaron por la capital y hasta la sede, en San Sebastián de los Reyes para mantener las emisiones.
No cesaron tampoco durante el gran apagón nacional del 28 de abril. De hecho, mientras la luz se fue y las comunicaciones telefónicas de los ciudadanos dejaron de funcionar, la radio siguió con sus transmisiones como el único medio al que podían acceder millones de ciudadanos durante aquella segunda parte de la mañana.
Mercedes Pascua recuerda algunos de los momentos más duros de estos 35 años en la emisora, de periodismo, contra viento y marea. «Cubrir una noticia era llegar el primero, tanto que a veces llegábamos incluso antes que la policía. Me pasó en el atentado que costó la vida a la fiscal Carmen Tagle cuando llegué me encontré a la víctima tendida en el suelo, nunca había visto un muerto. Estuve días que no levantaba cabeza».
También recuerda otros momentos de relevancia dentro de los oscuros años de actividad terrorista. «Cuando un teléfono sonaba de madrugada en una redacción algo muy gordo había pasado. íbamos a la carrera a cogerlo, la noche que liberaron a Cosme Delclaux simultáneamente con Ortega Lara fue un ejemplo de ello».
Después de tres décadas y media, la pasión que desprenden sus palabras atestigua la viveza de esta cadena y de sus periodistas. «No dábamos abasto a coger teléfonos y hacer llamadas. Se rompía la antena y empezaba un programa en directo. Levantábamos de la cama a políticos, ministros, delegados; y nunca nadie protestó. Todo el mundo nos atendía amablemente».
«El sonido de alerta de los teletipos» —recuerda— «era emocionante: cortar el papel leer, una gran noticia y gritarlo en la redacción. A partir de ahí, se ponía en marcha una maquinaria tan espontánea como bien encajada».
Implicaba coger la grabadora, pedir monedas y salir corriendo a cubrir la noticia. Uno de los grandes aliados de la redacción eran las guías telefónicas, sobre todo para los sucesos. Había que buscar las calles y empezar a llamar, dejar que le oyente nos contara y conseguir los detalles. Para tener éxito durante ese proceso, eran necesarias «dotes de persuasión, pero sobre todo una curiosidad innata. Había que saber preguntar para hacer una buena crónica con detalles que nos diferenciara de los demás. La radio siempre ha sido un medio muy respetado, literalmente los oyentes nos han abierto las puertas de sus casas».
2,2 millones de oyentes
Onda Cero cerró la pasada temporada con su mejor audiencia en una década, lo que refleja la consolidación de un modelo de éxito que no renuncia a sus principios. En total, 2,2 millones de oyentes sintonizan cada día la cadena generalista de Atresmedia Radio, según los datos del último Estudio General de Medios, tal y como recuerdan desde la empresa.
En su dial suenan voces muy diferentes actualmente, Carlos Alsina (Más de uno), Jaime Cantizano (Por fin), Rafa Latorre (La brújula), Julia Otero (Julia en la onda), Edu García (Radioestadio), Rocío Martínez y Edu Pidal (Radioestadio noche), Elena Gijón (Noticias mediodía), Gemma Ruiz (No son horas), Juan Diego Guerrero (Noticias fin de semana), Carles Lamelo (Gente viajera), Bruno Cardeñosa y Silvia Casasola (La rosa de los vientos), Carlos Rodríguez (Como el perro y el gato), Rubén Amón (La cultureta – Gran Reserva), Lorenzo Fernández y Laura Falcó (El colegio invisible), David Martos (Kinótico), Nacho Arias (Lovin You), Paco de León (De cero al infinito) y Pablo Rodríguez y Soledad de Juan (Onda agraria).
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