Xavier Vinader pasó por Radio Juventud de Sabadell

Xavier Vinader

Antonio Santamaria ha publicado en isabadell.cat una biografía del periodista Xavier Vinader, que alcanzaría su máxima cota de popularidad a partir de sus trabajos en la revista Interviu y de las consecuencias que de ello se desencadenaron y que explica Santamaría. Vinader pasó por Radio Juventud de Sabadell, una emisora de la que apenas ha quedado rastro. De ahi que nos hagamos eco de esta historia.



Trazamos una semblanza biográfica de un periodista comprometido en la lucha antifascista y uno de los informadores más influyentes en la transición democrática. Su caso judicial desató un dura batalla, con un amplio eco internacional, que marcó los límites de la libertad de expresión en España.
Xavier Vinader Sánchez nació el 17 de febrero de 1947 en la calle Sardà n. 71, bis de Sabadell en el seno de una familia republicana. Su padre, Manuel Vinader Ballester, era valenciano y trabajador del metal y su madre, Mercedes Sánchez Morales, era murciana y modista. Xavier fue el más pequeño de tres hermanos, Mercè y Manel. Cuando era niño contrajo la poliomielitis, una enfermedad que marcó su vida y que, con el curso de los años, le llevó a la silla de ruedas.

Vinader, de niño.
Xavier hizo sus primeras letras en el Colegio Corazón de María de la orden de los claretianos de Sabadell donde tuvo como profesor al futuro obispo y teórico de la teología de liberación Pere Casaldàliga. Desde muy joven sintió la llamada de la vocación periodística. En 1965 fundó la revista L’Impacte de los alumnos de la Academia Taulé-Viñas. Uno de sus artículos sobre la identidad cultural de Catalunya provocó el registro de la Brigada Político-Social, sólo la protección de la dirección del centro impidió que se produjeran detenciones. Entre 1965 y 1970 fue locutor-realizador de EFJ 12 – Radio Juventud de Sabadell, de la Cadena Azul de Radiodifusión. Allí creó, dirigió y presentó el programa «Guerrilla radiofónica» dedicado a la Nova Cançó. Después de una advertencia a la emisora por parte de las autoridades gubernativas el programa fue definitivamente clausurado. Por otra parte, entre 1967 y 1969, colaboró en el programa «Gente como nosotros» de Radio Sabadell EAJ 20, con Manuel Foraster y Eloi-Jaume García.

En 1969 comenzó a estudiar en la Escuela Oficial de Periodismo de Barcelona, la única que existía en la época, donde se licenció en el curso 1973-74 con la tesina de 250 páginas titulada La prensa en Sabadell. En diciembre de 1969 fue nombrado corresponsal en Barcelona de la revista Gaceta Universitaria, una publicación quincenal nacida en 1962 en la Universidad de Navarra e impulsada por los sectores más liberales del Opus Dei. Después de sufrir una decena de expedientes informativos, numerosas multas y procesos en el Tribunal de Orden Público (TOP) fue cerrada en 1972. En esta publicación, Vinader hizo un seguimiento del movimiento estudiantil. En 1969 entró como redactor del diario Sabadell, órgano de la cadena de prensa del Movimiento y que tenía su sede en la actual Casal Pere Quart, donde trabajó hasta 1971. En aquellos tres años publicó numerosos artículos a las secciones Televicuriosenado, de crítica televisiva y Sonido en Hi-Fi de actualidad musical. Además, junto con Pere Font Grassa, publicó artículos y entrevistas firmados con sus apellidos y una caricatura de los dos redactores.

Por otra parte, entre marzo de 1973 y junio 1974, colaboró en la revista Can Oriach, que de boletín de la Agrupación de Vecinos del barrio se había convertido en portavoz del conjunto del movimiento vecinal y de la oposición democrática. Vinader publicó varios artículos con el seudónimo Till Eulenspiegel, un personaje irreverente y travieso del folklore popular del norte de Alemania y Holanda. Asimismo, participó en la revista TS, promovida por los Amigos de las Artes de Terrassa y la Academia de Bellas Artes de Sabadell. La publicación, de periodicidad muy irregular, salió a la calle en febrero de 1971 y editó siete números hasta que cerró en abril de 1976 a consecuencia de la multa de 100.000 pesetas impuesta por el gobernador civil. Vinader entró en la redacción en julio de 1974, y publicó dos reportajes; uno sobre el conflicto de la Residencia Albada y otro sobre la Gran Vía.
En la Escuela Oficial de Periodismo, entró en contacto con la Organización Comunista de España (OCE) -bandera Roja, fundada en 1968 y dirigida por Jordi Solé Tura y Alfonso Carlos Comín. Bandera Roja se implantó en Sabadell en 1973 introducida por Xavier Vinader y Josep Maria Benaul. Otros militantes destacados fueron Francisco José Serra, Albert Torrent, Joaquim González, Dionisio Giménez, que sería director de la revista Can Oriach, Paco Vilches, Mari Carmen Martínez, Anna Tenza o Rosa Cañadell y Conxa Oliu, estas dos últimas en el ámbito universitario. A finales de 1974, Vinader, como la mayoría de militantes de Bandera Roja, se integró en el Partido Socialista Unificado de Cataluña (PSUC).

El corresponsal antifranquista
En 1974 dio el salto a la prensa barcelonesa. En ese mismo año publicó dos artículos en Mundo Diario y El Correo Catalán sobre la impunidad de la extrema derecha en Catalunya y comenzó a trabajar como corresponsal en Sabadell de La Vanguardia, Tele/eXprés, Mundo Diario y de la agencia Europa Press. Desde estos medios de comunicación cubrió diariamente los graves conflictos laborales y políticos que se sucedían en la ciudad. Su tarea periodística lo puso en el punto de mira de la extrema derecha. La madrugada del 9 de julio de 1975, una organización ultraderechista anónima lanzó un artefacto incendiario contra el domicilio familiar que causó graves daños a la fachada del edificio. El atentado tuvo un gran eco en la prensa catalana y española y provocó numerosas reacciones de repulsa.

Durante el pleno municipal del 30 de diciembre de 1975, donde el movimiento vecinal y una treintena de entidades ciudadanas presentaron un documento en favor de la amnistía, él fue agredido verbalmente. Esto motivó una protesta de los medios de comunicación de Barcelona y que publicara en la revista Mundo el artículo Sabadell, ciudad piloto … de los ultras; una publicación donde colaboró desde febrero de 1975 a octubre de 1977. Vinader hizo un seguimiento exhaustivo de la Huelga General Política de febrero de 1976. Entonces la editorial Laia, dirigida por Alfonso Carlos Comín, le encargó un libro sobre la huelga, pero que no se publicó hasta 2012.

También participó en el proyecto de corta existencia (1976-1977) del semanario en lengua catalana Arreu, en la órbita del PSUC, donde publicó varios trabajos sobre las tramas fascistas. Sin embargo, la entrevista a Oriol Arnau, el abogado defensor de Salvador Puig Antich, donde figuraba el pie de foto: «la sentencia estaba ya dictada antes del juicio», provocó que el auditor de guerra el general Pascual Vidal Aznares – que había formado parte del consejo de guerra que juzgó a Jordi Pujol- enviara una carta al capitán general de la IV Región militar, Francisco de Paula Coloma-Gallegos y Pérez, para incoar un juicio militar contra el director de la revista, Xavier Caño, y contra Vinader. Finalmente, después de sus declaraciones, se decretó el sobreseimiento de la causa. Meses más tarde, publicó en Por Favor, con Georgina Cisquella, una entrevista al último carcelero de Puig Antich.
En febrero de 1977 apareció la revista Primera Plana, fundada por el sabadellense José Ilario, un semanario de denuncia social. Vinader incorporó en marzo de 1977 en el número 3 de la publicación que, a partir del número 14 (2 de junio de 1977), sería dirigida por Manuel Vázquez Montalbán. En esta revista profundizó, semana tras semana, sobre las acciones violentas y las complicidades de la extrema derecha, así como de la Internacional Fascista. Asimismo también investigó a fondo sobre la estructura y la organización de ETA. En Primera Plana realizó un excelente trabajo de investigación sobre la bomba en la redacción de la revista satírica El Papus que le condujeron a publicar el nombre de la organización y de los autores materiales del atentado, así como de sus conexiones con la Guardia Civil y la Policía Armada.

En junio de 1978 entró en la redacción de Interviú, un proyecto del Grupo Zeta que había nacido en mayo de 1976. Vinader trabajó hasta marzo de 1993 y publicó 140 artículos. En Interviú amplió el abanico temático y territorial de sus reportajes. Así, además de los grupos de la ultraderecha en España, investigó sobre la mafia italiana, la secta CEIS, entrevistó a dirigentes de las SS, viajó a Filipinas donde escribió sobre las acciones del Moro Islámico Liberation Front y entrevistó a Ferdinand e Imelda Marcos o con el fotógrafo Paco Elvira publicó las primeras fotografías del dirigente Javier Rupérez, secuestrado por ETA.
También cubrió la revolución de los claveles en Portugal y la invasión de la URSS en Afganistán donde en el aeropuerto de Kabul fue retenido por la policía soviética para comprobar sus contactos con la guerrilla anticomunista hasta que finalmente lo dejaron en libertad con la condición de abandonar el país en 24 horas. Vinader voló desde Peshawar, en Pakistán, hasta Roma donde se enteró de que el juez Ricardo Varón Cobos le acusaba de inducción al asesinato y decretaba prisión incondicional sin fianza.
Este magistrado del juzgado central n. 1 de la Audiencia Nacional dejó en libertad en 1984 al capo de la mafia napolitana Antonio Bardelino que huyó de España. Varón Cobos, que parece ser cobró 10 millones de pesetas, fue juzgado por prevaricación y expulsado de la carrera judicial en 1986, a la que retornó en 1986 por una resolución del Tribunal Supremo.

Esta orden judicial provenía de los tres reportajes, publicados entre noviembre y diciembre de 1979 en Interviú, donde explicaba detalladamente, con nombres y apellidos, las actuaciones de grupos de incontrolados de la extrema derecha en Euskadi que, en realidad, fueron el embrión del GAL. Unas informaciones obtenidas de las entrevistas con el ex policía murciano Francisco Ros Frutos, destinado en el País Vasco para el que también se pedía prisión incondicional. Poco después, en enero de 1980, ETA mató a Jesús García y Alfredo Ramos, dos de los individuos mencionados en los artículos que justificaron la acción del juez contra el periodista y el ex policía. Vinader decidió no volver a España y convertirse en enviado especial de Interviú en Londres y Paris.
Paralelamente, el 4 de junio del mismo año, la casa de Vinader el barrio del Putxet de Barcelona fue asaltada por un pelotón ultra, que hicieron destrozos y pintadas amenazantes. El 17 de diciembre de 1980 se presentó voluntariamente, acompañado de un numeroso grupo de periodistas, en la Audiencia Nacional, tras un pacto con el ministro de Justicia Fernández Ordóñez. El juez decidió el ingreso en prisión de Carabanchel donde permaneció tres días, tras los cuales quedó en libertad condicional con una fianza de un millón de pesetas.
El 17 de noviembre de 1981 se celebró el juicio en la Audiencia Nacional. El fiscal le acusaba de inducción de dos asesinatos y colaboración con banda armada por los que pedía 12 años y un día por el primer delito y 3 tres años y 1 día para el segundo. La acusación particular, que representaba a las familias de los dos asesinados, reclamaba una pena de 20 años por «autoría por inducción». Finalmente, el tribunal lo condenó por un delito de «imprudencia temeraria profesional» y lo condenó a siete de prisión y una multa de 10 millones de pesetas. Vinader, que se encontraba en Londres, decidió no volver a España.

Esta sentencia conmocionó la profesión periodística y desató una ola de solidaridad en España y otros países europeos como Francia, Reino Unido o Suecia. En España se convocaron manifestaciones en Sabadell, Madrid y Valencia. En Madrid y Barcelona se constituyeron comisiones de seguimiento del caso Vinader, formadas por representantes de los comités de empresa de la mayoría de los medios de comunicación.
El 29 de enero de 1983 el Tribunal Supremo resolvía desestimar el recurso de casación presentado por su defensa y confirmaba la sentencia de la Audiencia Nacional. Vinader, con el apoyo del director de Interviú, Eduardo Álvarez Puga, decidió permanecer en Londres y presentar recurso ante el Tribunal Constitucional. Esta situación provocó una intensificación de las protestas de los partidos políticos de izquierda y de los profesionales de la información mediante asambleas multitudinarias. Durante los cuatro años exiliado en Reino Unido y Francia continuó su tarea profesional con grandes exclusivas y reportajes sobre la guerra de Afganistán, la situación de las prisiones en China o la guerra sucia del Estado británico en Irlanda del Norte.

El 23 de noviembre de 1983, el Tribunal Constitucional denegó el recurso de amparo pedido por Vinader, con lo cual se cerraban las vías legales de modificar la sentencia. Así, agotadas todas las posibilidades legales, sólo tenía la opción de volver a España a cumplir los siete años de prisión o permanecer en el exilio. La resolución del Constitucional no sólo provocó una fuerte reacción de rechazo en la prensa española, sino que fue ampliamente cubierta por los medios europeos, pero también por el gran diario japonés Asahi Simbum o del Indian Times. Se denunció el gran peligro que suponía para la libertad de expresión la llamada ‘doctrina Vinader’, según la cual el periodista podía ser imputado por imprudencia temeraria a raíz de las imprevisibles consecuencias de las informaciones que publicara, lo que propiciaba una especie de régimen de autocensura.
Se inició una intensa campaña para pedir el indulto que en Catalunya fue pedida oficialmente por el presidente de la Generalitat, Jordi Pujol y por el presidente de la Diputación de Barcelona, el socialista Antoni Dalmau. El 21 de septiembre de 1984 se desató un gran escándalo a raíz de la negativa de permitir la entrada de Vinader en la rueda de prensa convocada en la embajada española de París con motivo de la visita oficial de Felipe González en Francia. Ante las protestas de los periodistas españoles, González se tuvo que pronunciar públicamente sobre el caso en el sentido de que no tramitaría el indulto hasta que Vinader no volviera a España y se pusiera a disposición judicial. Paralelamente el periodista sabadellense recurrió a la subcomisión de Derechos Humanos de la ONU en Ginebra y al Tribunal Europeo de Derechos Humanos de Estrasburgo.
El periodista José Luis Martínez, a sugerencia de Enric Sopena, presidente de la Asociación de la Prensa de Barcelona, contactó con el ministro de Justicia socialista, Fernando Ledesma, para pactar una solución al caso Vinader en los siguientes términos: el periodista sabadellense se entregaría a la justicia española a cambio el gobierno el indulto.
El 8 de febrero de 1984 Vinader se presentó en el aeropuerto de Barajas donde fue detenido por el comisario jefe de la audencia Nacional, Ramón Lillo, con quien le unía una relación cordial de mutuo respeto, y un alto cargo del ministerio de Justicia. Desde allí fue trasladado a la cárcel de Carabanchel y después al Hospital Penitenciario. El 21 de marzo de 1984, el gobierno socialista, mediante Real Decreto, otorgaba el indulto a Vinader y Francisco Ros quien, años después, enfermo de cáncer se suicidó.
Durante el mes y medio que permaneció en prisión, Amnistía Internacional lo declaró ‘preso de conciencia’ y el gobierno socialista recibió un alud de telegramas reclamando su libertad de los estados de Colorado y Nueva York y de los gobiernos de Canadá, Francia, República federal de Alemania, Austria, Suecia, Bélgica, Holanda, Finlandia, Suiza, Reino Unido, Tailandia y Ecuador.

El balance del caso Vinader fue de una cierta ambigüedad. Por un lado, significó una victoria para los defensores de la libertad de expresión; pero, por otro, introdujo un factor de autocensura entre muchos periodistas. Según él mismo manifestó a Xavier Montanyà:
«Yo pienso que mi procesamiento es el final de una etapa de periodismo de investigación. Es un punto de inflexión. A partir de aquí, se instaura lo que en las redacciones se decía, en una época, el ‘síndrome Vinader’, que es lo que querían. Que cuando te pusieras delante del teclado a escribir determinadas cosas, pensaras: ‘mira lo que le pasó a este, que estiró demasiado el hilo’. Claro, esto frena. ¿Qué propicia? La autocensura (…) Muchos de los periodistas que estaban en la misma trinchera que yo comenzaron a practicar la autocensura, que después ha ido a más».
A la salida de la cárcel continuó con su labor de periodista de investigación. Así publicó numerosos artículos sobre el GAL y en 1999 publicó el libro Operación Lobo, basado en sus entrevistas a Mikel Lejarza, agente secreto de la policía española, que se infiltró en ETA donde llegó a su máximo órgano de dirección.

Entre 1990 y 1993 fue presidente internacional de Reporteros sin Fronteras, fue miembro de la asociación estadounidense de periodistas de investigación (IRE) y de la Missouri School of Journalism. Asimismo, en 2007 recibió la Cruz de Sant Jordi y en 2011 la Medalla de la Ciudad de Sabadell al Mérito Periodístico.
Sin embargo, según Xavier Montanyà, su figura fue poco a poco difuminándose y los grandes medios de comunicación españoles y catalanes se desentendieron de él, por lo que su actividad profesional disminuyó notablemente. Sin embargo, presentó un programa cultural en COM Radio, en 2004 realizó un documental sobre ETA para el Canal + francés, titulado Sans cagoules, escribía en El Temps, donde dirigió un equipo de investigación, y últimamente en el digital La Directa. Además, desarrolló una actividad docente en la Universidad Ramon Llull y la Escuela de Policía de Catalunya. En 2008 legó su valioso archivo personal al Centro de Estudios Históricos Internacionales (CEHI) de la Universidad de Barcelona que actualmente se encuentra depositado en la Biblioteca del Pabellón de la República del CEHI donde se pueden consultar sus artículos y reportajes, recortes de prensa, fotografías, archivos de Fuerza Nueva, CEDADE y Reporteros sin Fronteras.
En febrero de 2015, TV3 emitió el programa Sense Ficció el documental, Xavier Vinader, periodista. Contra la guerra sucia. El 9 de abril de 2015 murió de neumonía en el Hospital del Valle de Hebrón, después de dos semanas de ingreso hospitalario.

El 17 de febrero de 2017, coincidiendo con los 40 años de la Huelga General Política y del 70 aniversario de su nacimiento, se le rindió un homenaje con un mural en la pared del Centro Cívico de Sant Oleguer y con una mesa redonda con los periodistas David Fernández y Jordi Borràs, moderada por Mònica Terribas (Catalunya Ràdio).
El odio de la extrema derecha le persiguió hasta después de la muerte, así dos días antes de inaugurarlo, el mural recibió un ataque fascista que se ha repetido varias veces, la última hace pocos días.

Bibliografia
BUSQUÉ i BARCELÓ, Jordi. Xavier Vinader i Sánchez. Periodisme i compromís. CEHI-Editorial Afers, Catarroja, 2009.
CASTELLS Andreu. Sabadell, informe de l’oposició. El franquisme i l’oposició sabadellenca 1939-1976. Ed. Riutort, Sabadell, 1983.
MONTANYÀ, Xavier. El cas Vinader. El periodisme contra la guerra bruta. Pòrtic, Barcelona, 2015.
VINADER, Xavier. Operación Lobo. Memorias de un infiltrado en ETA. Temas de Hoy, Madrid, 1999.
Quan els obrers van ser els amos. Una setmana de vaga general política a Sabadell el febrer de 1976. Pagès Editors, Lleida, 2012.

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