Pepa Fernández (RNE): «Estoy intentando que todos los días sean especiales para mí y para los oyentes»

Pepa Fernández

Curtida en mil batallas, la periodista afronta su nuevo reto profesional al frente de ‘Las mañanas de RNE’, donde aborda la actualidad política y social de nuestro país sin pelos en la lengua. Rosa Villacastín le ha entrevistado para Diez Minutos con fotos de Gema Checa.



Tras 20 años presentando y dirigiendo en RNE el programa ‘No es un día cualquiera’, Pepa Fernández cambia de registro y pasa a las mañanas de la radio pública, con un programa donde espera conseguir la credibilidad y la audiencia que tenía los fines de semana. Un reto que piensa aprobar con muy buena nota por su manera de enfocar los temas, por la relación tan estrecha que mantiene con los oyentes, no solo porque es una gran comunicadora, también porque la radio se ha convertido en un confesionario donde llaman personas de todo tipo para hablar de los asuntos más diversos, algunos tan íntimos que a veces me pregunto si en la época de las comunicaciones no estaremos más solos que nunca. La veterana periodista se sincera con su colega Rosa Villacastín con la que repasa su trayectoria profesional y no se corta al hablar de la situación actual de nuestro país.

  • Pepa, ¿qué supone este cambio?
  • Estoy intentando que todos los días sean especiales para mí y para los oyentes. Para conseguirlo, me he llevado al mismo equipo que tenía los fines de semana, tanto de producción, como de redacción y realización.
  • Ahora tienen que madrugar más.
  • Y eso me ha hecho muy feliz, porque me he dado cuenta de que estaban dispuestos a cambiar de vida para que siguiéramos trabajando juntos. Javi Soto, el realizador, siempre había dicho que nunca haría un programa de mañana y lo está haciendo: eso es muy gratificante para mí y para todos.
  • Tener un buen equipo es fundamental.
  • Más en un programa de radio, donde se tocan tantos temas y donde, si no tienes un gran equipo detrás, no podría hacerse, porque un programa no es una persona, somos muchas.
  • ¿La mañana es una zona confortable?
  • Sí, porque es vistosa pero en la radio hay muchos cambios. Julio César Iglesias me lo decía: Un programa de radio no dura porque sea bueno, es bueno porque dura. Hay que dejar que las cosas cuajen, algo que debería hacerse en televisión. En los medios de comunicación tenemos poca paciencia, algo que reivindico y que dije a mis jefes cuando me propusieron cambiar a la mañana.
  • Le preocupa enfrentarse a Àngels Barceló en la SER y Pilar García Muñiz, en la COPE?
  • Prefiero no pensarlo, teniendo en cuenta la profesionalidad de ambas. Yo voy a hacer lo que creo que hay que hacer en una radio pública, y no voy a fijarme en lo que hagan las demás. Para mí es una sensación preciosa pensar que hemos creado un club de colaboradores y escuchantes que nos siguen.
  • Hace años, todos eran hombres: Gabilondo, del Olmo, Lucas… ¿Significa un paso hacia la igualdad?
  • Nunca me he quejado, porque he hecho programas en franjas que eran más masculinas, pero no creo que en la radio haya habido discriminación, en todo caso la ha habido en puestos directivos, no ahora, ya que en RNE tenemos una directora, Paloma Zuriaga, y una presidenta, Rosa María Mateo. Había, eso sí, franjas femeninas, la tarde estaba en manos de mujeres y la mañana en la de los hombres, salvo Olga Viza, que presentó las mañanas en RNE.
  • ¿Por qué hay tantos y tantas periodistas catalanes?
  • Hemos tenido una buena escuela, con buenos maestros: fíjate que la primera emisora con una programación continuada fue Radio Barcelona, también tuvimos Miramar. Ha sido una comunidad autónoma muy prolífica en dar comunicadores.
  • ¿Alguien a quién recuerde especialmente?
  • Crecí con Luis del Olmo, que para mí ha sido un referente; cuando yo empecé ahí estaba Isabel Gemio haciendo una radio muy especial… Ha habido tantos y tan buenos…
  • En la radio la voz es su arma de trabajo.
  • Es un artilugio que puedes escuchar mientras te duchas, haces deporte o vas en el coche, porque te la puedes llevar a cualquier parte y eso te da una cercanía que es lo que atrae a tanta gente.
  • ¿Qué le parece que se televise lo que ocurre en el estudio?
  • Soy contraria porque en la radio hacemos gestos que la gente desde su casa no puede entender y que forman parte de la trastienda.
  • ¿Qué le atrajo del medio?
  • Me aficioné porque mi abuela era modista, cosía mucho en casa, pues vivía con mis padres, y siempre tenía la radio puesta. Yo me enamoré de la voz de Luis del Olmo, del consultorio de Elena Francis… Era fascinación lo que sentía escuchándoles. Tuve claro desde siempre que quería ser periodista, estudiar letras, porque tenía muy buenas notas en todo, pero a mis padres la idea no les gustó, preferían que estudiara clásicas, la veían con más futuro.
  • ¿No se ha arrepentido?
  • Nunca, empecé a trabajar a los 18 y tengo 54, imagínate. Siempre he tenido claro que para aspirar a ser bueno o medianamente bueno, si trabajas en lo que te gusta, mejor que mejor.
  • Los oyentes han sido parte de su éxito. ¿Cómo piensa recuperarlos?
  • Lo estoy notando mucho porque me encuentro a gente por la calle que me saluda y me dice que no va a poder escucharme salvo que se baje el programa por medio de las nuevas tecnologías, y eso hace que la participación sea menor que la del fin de semana. No hay menos gente escuchando pero sí menos dispuestos a marcar el teléfono o el correo.
  • ¿Qué ha aprendido de esas personas que no conoce pero están ahí?
  • Me han dado mucha vida en estos 20 años porque hemos sido un programa muy viajero. Esa interacción con esas personas, ha sido maravillosa. Y ahora, por la mañana, esta interacción es posible gracias a las redes sociales.
  • Explíquese.
  • Hace unas semanas hicimos un llamamiento en la sección de la boticaria García a las farmacias de toda España. Queremos que nos cuenten anécdotas que hayan vivido porque los farmacéuticos se han convertido en nuestros asesores sanitarios de confianza.
  • ¿Alguna otra novedad para este curso?
  • Tenemos otra sección sobre el mundo del lenguaje, palabras que ya están en desuso y queremos recuperar, como el latín. En colaboración con la Real Academia de la Lengua y los correctores, estamos haciendo un espacio sobre las lenguas cooficiales más habladas del Estado: catalán, euskera y gallego.
  • Eso tiene su público.
  • Desde que hemos empezado no sabes la cantidad de gente que nos llama para preguntar cuándo empezamos con el aragonés o el asturiano. Esto es un experimento porque me gustaría que el euskera o el catalán no se oyeran como si fuera chino.
  • ¿Para un profano, cuál es más difícil?
  • El más difícil es el catalán, sin duda.
  • No para Aznar, que lo habló en un plis-plas.
  • Por eso solo lo hablaba en la intimidad. Yo en la intimidad hablo de todo, el problema es cuando hay que hablarlo en público.
  • ¿Le preocupa la situación en Catalunya?
  • Lo que me preocupa es que los políticos, todos, pero los independentistas más, son unos irresponsables que han conseguido no sólo abrir una brecha entre Catalunya y el resto de España, sino dividir a los propios catalanes. Nos han hecho un daño terrible.
  • ¿Ve alguna solución?
  • Hay que acercar este país, vertebrar este país, que los de Huelva o Valladolid no se sientan alejados de los de Girona o Lleida, por eso en los viajes que organizábamos los fines de semana, nos hemos movido tanto, para llevar la realidad aquí y allá.
  • ¿Qué siente cuando oye que Catalunya no es España?
  • Muchísima pena, pienso que deberíamos esforzarnos por entendernos todos, porque vivimos tiempos difíciles.
  • ¿Demasiada agresividad?
  • Y crispación, porque lo fácil es separar en vez de unir, y eso para mí es muy traumático porque yo me siento de todas partes. Paso mucho tiempo en Madrid, soy catalana y medio gallega, y cuando voy a Andalucía, Canarias o País Vasco, a cualquier lugar de España, me siento feliz. Nunca he tenido esa sensación de qué incomoda me siento porque soy de allá.
  • ¿Quién debe coser las heridas, los políticos, los ciudadanos, quién?
  • Yo confío poco en los políticos, confío más en la sensatez de la gente que no tiene otros intereses que salir adelante, mientras que los políticos se nos escapan.
  • En su programa no tocaba la política.
  • No porque no me interese, que me interesa, pero hay otros dos temas que tampoco abordo: la prensa del corazón y la política porque tienen ya sus espacios, demasiados, y el fútbol porque no me interesa, pero sí tuve una sección de deportes alternativos, deportes femeninos que ahora empiezan a brillar, pero que nunca han preocupado demasiado.
  • A los que se ha puesto el foco con la muerte de Blanca Fernández Ochoa.
  • Con este doloroso suceso nos hemos dado cuenta de lo difícil que es tocar cielo cuando eres muy joven y lo doloroso que es perderlo todo, porque cuando tocas el cielo crees que eso es eterno, pero no lo es. Me ocurre también con los personajes de la cultura, a veces no somos compasivos con esas personas que necesitan un mimo y los olvidamos rápidamente.
  • Encumbramos a la gente para olvidarnos de ellos.
  • A los que adoramos cuando están arriba, y cuando se tambalean les olvidamos, me parece muy injusto.
  • ¿Es uno de nuestros pecados capitales?
  • Seguramente, porque todo pasa muy rápido, y no nos damos cuenta que detrás de un triunfador hay una persona, una familia, pero también cuando no está arriba.
  • Como decía Rubalcaba: en este país enterramos muy bien.
  • A mí me dio mucha rabia su muerte porque le admiraba enormemente, pues me parecía un político sensato, dialogante, un hombre de Estado. Recuerdo también cómo le criticaron, le vilipendiaron y cuando murió, todo eran alabanzas.
  • ¿Qué opina de las redes sociales?
  • Son un vehículo estupendo para comunicarnos, pero también para el linchamiento público, eso es algo que no entiendo.
  • Está a la orden del día.
  • ¿Sabes cuánta gente se arrepiente de haber enviado esos 240 caracteres, sin meditar lo que había escrito? Mucha. Ponía el caso de Luis Enrique: cuando se retiró de la selección, le llovieron los twitter poniéndole a caldo. A mí, que sabía lo de su hija, me parecía injusto, tremendo, vomitivo.
  • Se amparan en el anonimato.
  • Es la fortaleza que sienten las personas que no se atreven a decir las cosas a la cara. Las redes tienen una parte dañina.
  • ¿Hay forma de combatirlo?
  • Solo hay una manera, educación. Tenemos que educar a nuestros niños, a nuestros jóvenes en el uso de las redes sociales, pero eso lleva años, y mientras ahí estamos destruyendo a personas que no lo merecen. Hay gente que merece una crítica, pero no una lapidación.
  • Hay partidos que las utilizan para desprestigiar a su oponente.
  • Pues deberían pensar que estamos alimentando monstruos, que no sabemos dónde nos van a llevar. Todas las ideologías son respetables, lo que no puede ser es que porque no estés de acuerdo con alguien, lo linches.
  • ¿Qué tal lleva vivir a caballo entre Madrid y Barcelona?
  • Me ha resultado fácil adaptarme porque Madrid es una ciudad muy acogedora; el problema son las distancias, me parece que todo está muy lejos, acostumbrada a moverme en Barcelona, que es muy manejable, Madrid es enorme.
  • Perdió a Iñigo y a Forges.
  • Antes de trabajar con Iñigo, no le conocía, después nos hicimos muy amigos y su casa era la mía. Todavía no me he hecho a la idea de que no le veré más. Con Forges igual, era tan adorable, tan buena persona… Todavía conservo sus contactos, porque necesito saber que siguen en mi vida.
  • ¿Qué le ha enseñado la vida?
  • A rodearme de gente buena. Cuando era jovencita, pensaba que todos eran buenos, después me caí del guindo, y me di cuenta de que hay buenos y malos.

¿Quién es Pepa Fernández?
Nació. En la localidad leridana de Cervera, el 4 de marzo de 1965. Su familia paterna es orensana.
Inicios. A los 18 años comenzó a trabajar en la radio. Es Licenciada en Ciencias de la Información por la Universidad Autónoma de Barcelona.
Trayectoria. Desde 1999 hasta septiembre de 2019 ha presentado en Radio Nacional de España el programa de fin de semana ‘No es un día cualquiera’, uno de los más premiados. Es profesora en la Facultad de Comunicación de la Universidad Ramón Llull. Además de la radio ha colaborado en TV3 en el espacio ‘El Club’ y en La mañana de la 1 de TVE. Ha escrito ‘Lo que la vida enseña’ con la Editorial La Esfera de los Libros. Desde primeros de septiembre se ha hecho cargo de 10.00 a 13.00 horas de ‘Las Mañanas’ de RNE.
Premios. Ha recibido el Ondas de 2003 y 2008 por su programa ‘No es un día cualquiera’, la Antena de Oro, el Emilio Castelar, el Premio Nacional de Periodismo Miguel Delibes y el de Concha García Campoy, entre otros.

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