Adriana Oliveros le ha entrevistado para El Periódico de Aragón:
Zaragozano, actor, monologuista, presentador y hasta productor. Comenzó su trayectoria en la radio, a la que vuelve. Lo mismo dice ‘Ven a cenar conmigo’ que ‘Atrévete’, en honor al ‘morning show’ de Cadena Dial, que presenta y dirige desde hace una semana.
– Cuando a uno le dicen ‘Atrévete’…
– Y tiene que atreverse porque, además… ¡Yo soy aragonés!
– Esta semana ha empezado a presentar y dirigir este programa, sustituyendo a Manel Fuentes. ¿Cómo ha sido?
– Es increíble, una oportunidad de crecer y de aprender y un tren que no podía dejar pasar. Ya lo dije. Estoy en una nube.
– Ahora sí puede decir que ‘a quien madruga, Dios le ayuda’…
– ¡No! A quien madruga, la empresa le paga a final de mes (risas). Mi vida era trasnochar. Solía trabajar de noche, cuando mis niñas están dormidas. Y, ahora, el programa es de 6 a 11. ¡Imagínate!
– Es curioso pero, al contrario de lo que la mayoría piensa, su primer amor no fue la tele, ¡sino la radio!
– La radio siempre ha estado presente en mi vida. En los últimos años con dos temporadas en COPE, en Radio Nacional… Pero es lógico. Yo empecé con 15 años en Radio Las Fuentes… ¡107.3! Por ahí pasamos gente como Juanjo Hernández, Beatriz Pitarch o Marián Orós, que hoy es diputada. Aprendíamos jugando y fue una experiencia impagable. Y fíjate que hubo un momento en el que Beatriz me animó a hacer una prueba para Cadena Dial. Aquello no salió pero, años más tarde, estoy aquí.
– Usted ha hecho de todo en sus tiempos mozos, se lo ha currado. Yo le recuerdo poniendo cervezas en el Halley.
- Y mientras estudiaba en la universidad, hacía extras en el Sella y estuve cuatro años de camarero en el Garden. !Acabé de maître y jefe de sala!
– Y entonces, llegó ‘El Lobo’…
– Yo ya estaba en la radio, empezaban las teles locales. Y llegó Félix Zapatero y me dijo: «¿tú has pensado dedicarte a esto?». Él fue la primera persona que me cogió aparte y me dijo que tenía cualidades y que tenía que centrarme en eso. Porque antes de Que viene el lobo, yo había entrado en Antena Aragón para hacer producción en un documental sobre Buñuel. Mi primera prueba de cámara fue por culpa de Lola Arizcuren para el programa de la tarde. Y luego hicieron la de El lobo y me escogieron a mí, con Coronas y Videgaín. Aprendí mucho de la mano de Félix.
- Después, hay una gran lista de programas. Desde el salto nacional con el ‘Un, dos, tres…’ a ‘Alta tensión’, ‘Saber y ganar’, fue la voz de ‘Supernanny’… ¡Hasta con sus hijas ha subido a un escenario!
– Mis hijas esto lo ven normal. Ten en cuenta que mi mujer –Laura de la Calle– también es actriz. De hecho fue una de las actrices de Vaya semanita. El año pasado hasta me dieron la sorpresa de que mi hija mayor fuera quien me entregara el premio Ramón Mainat en el FesTVal de Vitoria, ¡justo después de Emilo Aragón! El otro día repasando las fotos, casi lloraba. Y lo de los programas, es cierto. He hecho muchos. En Aragón, en nacionales… Pero también es verdad que la televisión es siempre una montaña rusa. Por eso, siempre estoy dándole vueltas a la cabeza y haciendo mil cosas más. Por ejemplo, hace diez años empecé a hacer monólogos en el teatro. Y eso me enseñó a controlar los tiempos del humor. Y, a su vez, eso me sirve para la interpretación. O en la tele. Todo ayuda. Y todo te hace aprender.
– Amén de la radio, este año ha venido con alguna otra novedad. por ejemplo, está como actor en ‘45 revoluciones’.
– Acaban de subir a Netflix 45 revoluciones. Y hace un año que dirigí mi último cortometraje y estoy en preproducción para el siguiente. A mí en cine me encanta como actor y como espectador. Y eso es gracias a mi padre. Era un cinéfilo.
– En 2019, también ha escrito su primer libro, ‘Un tuitero enamorado’.
– Y cien por cien solidario. Todos los derechos están cedidos a la fundación Menudos corazones. Estoy muy orgulloso de este libro, que hice con toda la humildad del mundo. Son pequeños relatos, acompañados por la obra de ilustradores e ilustradoras aragonesas.
– Además de en Cadena Dial, espero que su voz nos siga acompañando en ‘Ven a cenar conmigo’. ¿Cómo aguanta esos guiones? ¿No se parte de risa?
– Yo veo los programas antes de locutarlos. Los veía por la noche. Y he tenido auténticos ataques de carcajadas. Hay mucho trabajo detrás de este programa. Y, la verdad, yo apostaba a que iba a ser un éxito, pero no tanto. ¡Es increíble!
– Y, con todo esto, ¿va a tener tiempo para venir por Zaragoza?
– Ya lo sacaré. ¡Es mi casa! Voy a ver si hago un hueco para ir a la Muestra de Cortos…
– Mucho confía… ¡Es un ‘atrevido’!
– (risas). Yo no sé si atrevido e inconsciente. Pero no cambio lo que me está pasando y solo puedo dar las gracias.
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