La online Ràdio Terra cierra por ser económicamente insostenible

La campaña para lograr la viabilidad de Ràdio Terra y garantizar el futuro del proyecto no ha tenido éxito. La emisora autogestionada que se proclamaba como «La Voz de los Países Catalanes» ha decidido cerrar «a regañadientes» cuando se encaminaba hacia el quinto aniversario desde el inicio de emisiones.
Los factores que han provocado la decisión son diversos, más allá de la frustrada campaña que buscaba obtener una base sólida y regular los ingresos. En los dos últimos años, la entidad había perdido más de 100 socios (de los casi 400 que había llegado a tener), lo que provocó pasar «de la precariedad a la inviabilidad económica».
Tampoco fructificaron los intentos para complementar los ingresos de las personas asociadas con publicidad de entidades sin ánimo de lucro y empresas con criterios sociales, así como con subvenciones de instituciones públicas.
En paralelo, la oferta de Ràdio Terra había experimentado un crecimiento exponencial: comenzó con un informativo y una hora de debate al día; el año pasado contaba con siete programas propios en la parrilla, y este año los había triplicado llegando a los 21.
La emisora también ha rechazado donaciones puntuales de personas y entidades porque con la campaña se buscaba lograr «una base de ingresos sólida y regular para poder salir de la precariedad y dedicar el tiempo necesario a hacer radio y hacer crecer el proyecto, en lugar de sufrir constantemente por la sostenibilidad económica».
La decisión de cerrar, pues, es consecuencia de una «reflexión serena y madurada», explican en un comunicado. «Del mismo modo que lo hicimos en el inicio del proyecto, y hemos mantenido a lo largo de estos cinco años, hemos partido del principio de prudencia y tener claro que Ràdio Terra sólo era viable si la gente quería que ésta lo fuera», añaden.
Las personas responsables de Ràdio Terra no esconden la «tristeza», no sólo por el fin del proyecto, sino también «por el hecho de constatar que aún estamos a kilómetros luz de tejer una red nacional de medios de comunicación populares». Con todo, se muestran convencidas de que «son posibles» los proyectos de comunicación popular y de ámbito autonómico.

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