Juanma Castaño (COPE): «Yo soy un producto efímero. En el momento que rasquen verán que soy un coñazo»

Juanma Castaño

Raúl Rodríguez le ha entrevidstado para 20 Minutos:
Todo listo: Belén, Miki, David o Juanma. Solo uno de ellos puede ganar esta noche MasterChef Celebrity 6, el rincón donde los famosos se atan el delantal y se ponen delante de los fogones. Todos tienen sus opciones y es el periodista Juanma Castaño quién más ha subido en las apuestas. ‘El triste’ -así lo bautizó Carmina Barrios- llegó con la maleta a cuestas, literalmente. Imaginó que apenas aguantaría dos semanas y la experiencia se ha alargado. Tres meses compaginando las grabaciones en el estudio con su programa nocturno de radio en la Cope. «Acabé hecho polvo», confiesa. Casi tanto como sus míticas pruebas de exteriores junto a Verónica Forqué.

  • ¿Se acostumbra a dar más entrevistas que hacerlas?
  • Tampoco hago muchas entrevistas, sigo haciendo más que recibiendo, y será así toda mi vida. Esto lo tengo como un periodo circunstancial, soy un famoso temporal porque esto se acaba y volverá a la normalidad de la radio, currando como siempre.
  • Líder de la noche deportiva, hombre del año, finalista de MasterChef de momento… ¿Es este su mejor año?
  • Es que no me gustaría calificar el mejor año de alguien por una colección de éxitos en el trabajo o en la vida pública. Yo creo que tiene que ser en función de lo que te pase a ti en tu mundo, con tu pareja, tus hijos, tu familia, tus compañeros… Entonces ha sido un buen año, pero sobre todo porque en lo personal he estado muy bien. Firmaba que el resto de años de mi vida fuera como este 2021.
  • De esta fama temporal que habla, ¿qué es lo que más le gusta?
  • Lo que más es notar cariño, algo que siendo periodista deportivo echaba en falta, porque es un mundo en el que hay cierta hostilidad. Ahora me estoy encontrando con MasterChef que hay un feedback muy positivo. No me refiero en redes, porque no soy de estar mucho en redes, prefiero protegerme para no hundirme cuando me dan un palo, pero en el día a día es increíble, a veces me asusta lo que está haciendo este programa.
  • ¿Lleva bien ese cariño de la gente a diario?
  • Lo llevo superbien, es un nivel de fama y popularidad muy asumible. Yo puedo pasear por la calle, comer en un restaurante tranquilamente, no necesito un cordón policial para moverme, con lo cual lo llevo muy bien.
  • ¿Cómo han reaccionado sus hijos a esa fama?
  • He tenido más problemas con mi hijo mayor, que es muy reacio a todo esto y no le gusta nada que la gente me conozca, pero lo está llevando mejor porque está viendo que es un lado positivo, cariñoso de la fama. En parte está orgulloso del papel de su padre y eso me hace estar tranquilo. Tiene una edad que se da cuenta de las cosas y me dice ‘papá, has rajado de este jugador en la radio y en el colegio se han enfadado’, pero se ha dado cuenta de que este formato no le ha dado problemas y los niños son muy egoístas: si algo no les da problemas, mejor.
  • ¿Le da miedo que la prensa rosa llegue a su vida?
  • No, porque yo soy un producto efímero. En el momento que rasquen van a ver que soy un coñazo, aquí no hay nada. Soy un tipo con su pareja, su familia, sus hijos, y nada más.
  • Un tipo normal… Eso es, ellos buscarán algo más extraordinario.
  • Es que yo no puedo ni ir a photocall, porque estoy haciendo radio. No soy un producto atractivo para la prensa rosa.
  • ¿Y cómo termina un tipo normal en MasterChef, como surge?
  • Te van envolviendo. Te van llamando y vas diciendo que no, que no puedes, pero te van convenciendo sin que tú lo sepas. Cuando te has dado cuenta, estás con el delantal puesto, te lo digo en serio. Te dicen que hagas la prueba, y fui a hacer una tarta de queso y me salió fatal y me dijeron, ‘bueno, tú vente a probar dos semanas y ya está’, y probé dos semanas de esfuerzo. Hago un poco el canelo y ya está, y mira, han sido tres meses.
  • ¿Imaginaba este boom?
  • No, no, ni mucho menos. Además, pasa una cosa, como estás grabando y no se está emitiendo, la gente no sabe lo que estás haciendo. Yo esto lo hice hace tiempo y nadie sabía que lo estaba grabando, y luego lo saca TVE y te sorprendes.
  • Usted lo llevaba en silencio, imagino, ¿nadie lo sabía?
  • Conviene llevarlo en silencio, casi por protegerte a ti mismo, porque si no, todo el mundo te pregunta sin parar y si hay algo que no puedes hacer en MasterChef es hablar de lo que pasa en MasterChef. Solo se puede saber los lunes por la noche, no puede salir de nadie de nosotros.
  • ¿Se ha tenido que morder mucho la lengua por no decir el resultado?
  • Sí, sí, eso es lo peor. Estoy como loco porque termine el programa para que se sepa de una vez lo que pase y que no me preguntan más. No quiero guardar más secretos en mi vida. Es que los periodistas no estamos hechos para guardar secretos, entonces, llevar un periodista a MasterChef es meter al enemigo en casa, porque a mí me gustaría dar la exclusiva, pero claro, no puedo decirlo.



«Yo soy un producto efímero. En el momento que rasquen verán que soy un coñazo»
¿Es tan protestón, cenizo o pesimista como parece en el programa? Digamos que no soy ni tan protestón ni tan cenizo y tampoco tan cariñoso como pueda verse. Soy un término medio, de verdad, es que soy un patrón de Zara, un tipo convencional. No tengo rarezas. Soy como salgo en la tele, a veces cenizo, a veces me va la marcha…

¿Le ha cambiado ahora la percepción de los cocineros? Sí, a mí siempre me ha gustado mucho la gastronomía, ir a sitio y comer bien. Valoro mucho lo que hacen. Me encanta comer y beber, pero ahora te das cuenta de lo jodido que debe ser cocinar para 50, 60 o 70 personas. Les entiendo, son casi mis compañeros.

¿Más fácil torear a Verónica Forqué o a sus compañeros del Tertulión de la COPE?

  • Verónica tiene mejor corazón que los del Tertulión. Ella es una mujer maravillosa, pero perdía los papeles en los cocinados de exteriores y nos volvía locos a todos, pero lejos de esa tensión, es una persona maravillosa, encantadora, daba gusto convivir con ella.
  • ¿Pero era todo eso real o había parte de actuación en su comportamiento?
  • A ver, esto es muy importante, no hay guion en este programa. Nadie nos dice, compórtate así en MasterChef. Verónica no interpretaba ningún papel, como yo, pero eres consciente de que hay 16 cámaras delante y no te vas a liar a sartenazos con ella, tienes que controlar tus reacciones.
  • Pero el agobio que transmitía en esos momentos, ¿lo sentía?
  • No, era mucho más. Lo que ha salido en la tele es una versión muy edulcorada de lo que yo he sentido cocinando muchas veces. Te tienes que controlar mucho porque hay veces que te dan ganas de dar a alguien con la sartén en la cabeza, pero te controlas. Yo siempre trataba de evitar el conflicto y si había conflicto, que tuviera un poco de gracia, que fuera simpático en la tele.
  • ¿El conflicto inicial con Miki Nadal también era real?
  • Muy real. Él hacía un programa en el que nos daba mucha cera. Era un programa muy dirigido a la crítica a veces excesiva y él era la cara de esa crítica, con lo que yo me enfadaba con él, así que imagina cuando me enteré de que él también participaba, porque yo no lo sabía. Te enteras casi el mismo día que se hace público y yo dije ‘jóder…’. Pero ya no podía echarme atrás. Pero bueno, yo pensaba que solo serían dos semanas. Entonces, hicieron una comida para presentarnos a todos y a los tres minutos yo ya sabía que Miki me caía bien. Yo ya lo sabía, pero le dije que hiciéramos el papel durante el principio del concurso, quedaba bien y a mí me apetecía picarle un poco y devolverle lo que me hizo en la tele.
  • ¿Congenió con todos?
  • A ver, congenias más con unos que con otros, pero yo no tenía problemas con nadie. En el autobús podía sentarme con cualquiera y no hubo ningún problema. Salgo del programa con una sensación muy buena de haber conocido a gente de otros ámbitos.
  • Defíname a Bustamente.
  • Es intensidad y nervio desde primerísima hora de la mañana. Yo llegaba totalmente plof por el programa de radio y había un tío ya haciendo flexiones y que no paraba un minuto. Yo decía: ‘qué coñazo aguantarte ahora diez horas aquí’. Es muy intenso.
  • ¿Llegaba a la grabación a las 8 de la mañana, salía a las 8 de la tarde y luego se iba a la radio?
  • Tal cual.
  • ¿Y cómo aguantaba?
  • Pues a base de mucha ayuda de los compañeros de la COPE, fuerza y vitaminas. Iba a la farmacia y pedía lo que pedían los que hacen opositores y aguantaban sin dormir, y para mí el doble de eso. Pero todo legal eh. No había otra forma.
  • ¿Merece la pena tanto esfuerzo y sacrificio?
  • Sí, porque ya pasó, pero te digo una cosa, yo no lo repetiría. A mí me vienen ahora y me dicen que pase tres meses en una isla desierta o algo así, y no, no. Yo quiero cosas normales, hacer como Bertín Osborne, ir a una casa, tomar un vino y listo.
  • ¿No le han tentado para nada más?
  • De momento no me han tentado, pero yo creo que saben que estoy atado a la radio y no puedo hacer mucho más. De aquí no voy a moverme, por supuesto, aquí tengo mi vida, mi trabajo, mis amigos.
  • ¿No compaginaría la cocina con la radio, a nivel de montar un restaurante o algo así?
  • No, porque no estoy muy a favor de esta gente de que de repente monta un restaurante. No, respeto demasiado la hostelería. Otra cosa es que yo pudiera poner un dinero y meterme como accionista en el negocio de alguien que sepa. Eso es muy difícil, los restaurantes hay que trabajarlos y eso no es por la cara bonita de MasterChef.
  • ¿Sus tres restaurantes favoritos?
  • A ver, Casa Gerardo, porque allí me enseñaron para ir a MasterChef. Diverxo me parece el número uno, y el otro… me gustan tantos… Mira, Güeyo Mar. Y esta es la pregunta que más problemas me van a dar, no me he acordado de muchos, Quique Dacosta, el Bohío, Sushi 99.
  • Se los conoce todos.
  • Porque soy un gran cliente desde hace años. Yo, cuando ganaba una miseria con 18 o 19 años. Ya invertía mucho dinero en comer los fines de semana.
  • ¿Tres vinos?
  • Me pasa lo mismo. Voy a decir la Ribera del Duero.
  • Si no fuera por el Sporting, sería su año soñado.
  • Me ha condenado la vida ser del Sporting, es que no podemos celebrar nada.
  • ¿Lo suyo con Florentino Pérez se puede arreglar?
  • Por mi parte sí, habría que preguntarle a él. Por mi parte, la mano está tendida y la puerta abierta.
  • ¿Qué cree que tiene con usted?
  • No lo sé, me gustaría saberlo y discutirlo.
  • Defíname a Javier Tebas.
  • Tebas es un AVE, va por la vía a 300 por hora y si te subes vas a gusto, pero si pasa por al lado te tira y si te pones de frente te mata. Es un torbellino con una fuerza increíble, un conglomerado de ideas, proyectos, ambiciones, y también es o conmigo o contra mí. Todos los que están al frente del fútbol ahora dibujan una línea y te pones a un lado u otro, no entienden que tú no tienes que estar con ellos. Interpretan que no estar con ellos es estar contra ellos.
  • ¿Es culpa de los periodistas deportivos que los deportistas elijan plataformas como la de Ibai Llanos?
  • No sé, desde luego lo que no voy a hacer es un programa para que vengan los futbolistas, hago un programa que le guste a la gente y los oyentes no son futbolistas. Tengo que ser honesto con el oyente y agradarlo, pero no puedo hacer un programa que le guste mucho a los futbolistas y no le guste al oyente. En mi caso, mi producto va para los oyentes de radio.
  • ¿Hay jefes de prensa que se consideran estrellas?
  • Hay de todo. Los hay buenos y malos. Hay algunos que no sé para qué están, porque siempre dicen que no. Y hay otros que intentan tender la mano, hacerte entender por qué sí y por qué no…
  • ¿Fichará el Madrid a Mbappé?
  • Yo creo que sí.
  • ¿Los periodistas tienen que callar mucho?
  • Eso era más antes, cuando había una vida más común. Ahora te llegan historias y líos, pero por todas partes, no solo del futbolista.
  • ¿Un deportista con el que congenie especialmente?
  • Saúl Craviotto. Me cae genial, es policía nacional como mi padre y también ha estado en MasterChef.
  • ¿Quién cocina mejor?
  • De momento Saúl, que es ganador.
  • ¿Algún deportista con el que no haya congeniado?
  • Isco.
  • ¿Qué técnica de cocina pensó que nunca haría?
  • Trabajar con nitrógeno, es congelar una sustancia, pero a medida que lo metes las manos te queman.
  • ¿Qué plato no se comería nunca?
  • Pepino. Del resto he probado todo, insectos, casquería, ojos…
  • ¿Los saltamontes qué tal estaban?
  • Sabían a pipas, como cuando te metes una pipa quemada en la boca.
  • ¿En algún momento de MasterChef dijo: ‘me largo’?
  • En alguno no, en todos. Lo dije hasta el último día.
  • ¿Por qué seguía?
  • Porque mucha gente me decía que no podía abandonar, y tiré para adelante.
  • ¿Es Jordi Cruz tan fiero?
  • No, ni mucho menos. Es más fiero Pepe. Jordi es recto, pero no fiero, me llevé una grata sorpresa con él.
  • ¿Tierno?
  • No llega, pero es un buen tío. No me sale abrazarlo, pero es una buena persona.
  • ¿En qué momento pasó mayor vergüenza como periodista?
  • Una cagada que tuve en Cuatro, cuando canté el ascenso del Sporting y no había subido. Imagínate a un asturiano haciendo eso.

JUANMA CASTAÑO
A sus 44 años, este periodista asturiano se ha consagrado este año, liderando la radio nocturna con ‘El Partidazo’. Además, presenta en Movistar + y, ahora, se desenvuelve en los fogones de ‘MasterChef’, donde es finalista.

  • ¿Alguna vez le ha dado la razón Manolo Lama?
  • No, pero tampoco lo necesito
  • ¿La mejor persona de su equipo de periodistas?
  • Todas son personas increíbles.
  • ¿El que más se enfada?
  • Pepe Domingo Castaño. Tiene un carácter para echar de comer aparte.
  • ¿Impresiona más ver a Paco González dirigir el programa, a Messi jugar o a Jordi Cruz cocinar?
  • Para mí, ver a Paco.

67199