Joan Albert Argerich (ex Ràdio 4): «La radio ha superado la pandemia»

Joan Albert Argerich

Joan Albert Argerich escribe en El Punt Avui: Hace unos años participé en un foro del Consell del Audiovisual de Catalunya sobre la interactividad en los medios de comunicación. En aquella época todavía se recibían cartas en los programas y el teléfono móvil servía prioritariamente para hablar. Analizamos prensa, radio y televisión. Al llegar a internet el estudio se complicó: ¿qué es internet? Contenido textual, audio, vídeo… y ya entonces los medios lo utilizaban para divulgar sus contenidos o para terminar de complementarlos. Y todo ello gracias a las TIC, tecnologías de la información y la comunicación.

En 1897 Marconi realizó la primera transmisión radiofónica, en 1903 la WCC transmitió de costa a costa y en 1906 se radiaron contenidos con locución y música, lo que puede considerarse el nacimiento de la radio de entretenimiento.

Había producto pero pocos consumidores. Por eso la KDKA de Pittsburgh fabricó receptores y logró la popularización de la audiencia. Similar situación se produjo cuando la ley Fraga de prensa e imprenta obligó a emitir también en FM y muchas emisoras pequeñas, a cerrar la onda media (OM). Hasta que no hubo suficientes receptores con modulación de frecuencia y se valoró la mejor calidad de la transmisión, las emisoras que disponían de ambos canales repetían el programa simultáneamente.

Dos hitos destacados han sido, en 1938, La guerra de los mundos, de Orson Welles y el 23-F, «la noche de los transistores». La primera, una ficción que hizo creer de verdad que se producía una invasión extraterrestre, y la otra, una realidad que puso al corazón en la audiencia, que estaba pendiente del desenlace.

Mientras los pioneros de la audiencia, aquellos que se construyeron precarios receptores de galena, pasaron al aparato de válvulas y más tarde a disfrutar del transistor que ya no necesitaba estar conectado a una toma de corriente. Fue posible gracias a que en 1947 se inventó el transistor y el peso y el consumo eléctrico de los aparatos se redujeron de tal modo que gracias a él pudo despegar un cohete rumbo a la Luna.

Desde el descubrimiento de los semiconductores hasta su utilización en el transistor pasaron 73 años, de 1874 a 1947. Posteriormente el progreso se ha acelerado. Hoy se ha logrado construir circuitos integrados con millones de transistores ya que cada uno ocupa la millonésima parte de un milímetro cuadrado.

Hemos pasado de la tecnología analógica a la digital. Esto supone la globalización de la sociedad y, en consecuencia, de los medios de comunicación.

La pandemia ha hecho esforzarse en encontrar formas de conectar a distancia diversas fuentes sonoras repartidas por el territorio. Y han tenido éxito.

Según el, hace dos días presentado, Libro blanco del audiovisual de la asociación mundial de comunicación, IAB Spain, un 40% de usuarios empezaron a escuchar podcast durante la pandemia.

Estamos en las puertas de una revolución radiofónica basada en la tecnología digital que correlativamente influirá en los contenidos. Pensar que cualquier archivo informático se fracciona en varios paquetes y que cada uno de ellos busca el camino más eficiente para finalmente reunirse en el destino, es hacernos una idea de que lo imposible es… casi imposible.

La creatividad reside en muchas emisoras de proximidad; sólo falta que varios ayuntamientos pongan las herramientas necesarias. Que no las gestionen como tarea más del gabinete de comunicación. La radio debe tener una estructura propia por pequeña que sea. Y vienen tiempos estimulantes.

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